XIII. 𝐌𝐈 𝐓𝐈́𝐎 𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐆𝐑𝐄

129 18 17
                                    

TSUBASA'S POV

Karl tuvo que irse al hotel donde se está quedando estos días que está de visita en Japón. Se va a quedar por dos semanas y luego se va a ir de nuevo a Alemania. Sanae estuvo con nosotros un rato en nuestra casa de Tokio (compramos una casa pequeña para quedarnos en esta ciudad sin tener que hospedarnos en un hotel). Ella vive con Yukari y Kumi en un apartamento para las tres solas. Desde que se conocieron en secundaria se hicieron grandes amigas, y se prometieron que cuando terminaran la secundaria iban a vivir juntas, se les cumplió el sueño.

Aunque... recuerdo cuando terminó el tercer torneo de secundaria, y Genzo llegó e hicimos pública nuestra relación, y descubrí que Sanae estuvo enamorada de mí desde que nos conocimos. Yo nunca sentí nada por ella, pero me sentí un poco mal por haber herido sus sentimientos. Obviamente no iba a terminar con Genzo por ella, pero de todas formas sentí un poco feo al verla triste. Sin embargo, ella se la ve muy contenta cuidando de Himeko. Eso me alegra. De todas formas ella me lo había dicho, me había dicho que estaba dispuesta a cuidar de nuestro hijo cuando lo tengamos. Aún lo recuerdo:

─Sólo te pediré que me dejes ser la madrina del peque cuando sean padres─ me guiñó el ojo.

─Sí─ asentí.

Y aquí está: es una de las niñeras de Himeko.

En una estuvimos hablando de nuestros amigos, y Genzo mencionó a Izawa. Entonces Himeko le dijo a Sanae:

─Tía Sanae, los tíos Mamoru, Teppei, Taki y Takasugi me cuidaron el otro día.

─¿Ah, sí? ¿Y te fue bien?

─Me divertí muchísimo con ellos cuatro. Corrimos por toda la casa por horas y vimos Dragon Ball Z─ sonrió tiernamente como ella siempre acostumbra.

─¿Y por qué corrían por toda la casa?─ preguntó por mera curiosidad.

Yo sólo pensé en mi mente: "Por favor, que no se le ocurra decirle que tomó cerveza porque esto se va a ir a la mierda".

¿Y saben qué fue lo que le respondió Himeko a Sanae? Sí, fue justamente eso que yo temía que fuera a decir:

─Bebí una cerveza que ellos tenían en la cocina, y quisieron jugar conmigo a las atrapadas, pero por supuesto que yo soy más rápida que ellos porque soy hija de mi mamá y mi papá.

Bueno, admito que nos dio mucho orgullo lo último, pero no saben cómo se puso Sanae: ¡estaba rabiosa!

─¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO QUE CERVEZA, HIME?! E-ellos no pudieron haberle dado algo así a una niña de tu edad...

─Sí. Yo encontré una bebida en la mesada de la cocina, y cuando vi la lata decía: "Cerveza Mikigai". La probé, estaba rica, pero de la nada como que me sentía con más energía para correr por toda la casa, hasta me sentía caliente...

─...

─¿S-sanae?

─¿Me pueden pasar la dirección de la casa de alguno de ellos? Tengo algo muy serio de lo que quiero hablarles─ dijo en un tono serio. Su cabello ocultaba sus ojos. Esa cara me dio mucho miedo.

Lo peor de todo fue que Genzo le dio la dirección de la casa de Izawa así como si nada. No le importó que Sanae podría asesinarlo si ella quería, jaja.


Ya es domingo. Himeko ya estaba levantada desde hace rato, corriendo por la casa con Piko a sus pies. Genzo y yo volvimos a hacer el delicioso anoche, silenciosamente para no despertar a la criatura. Nunca puede faltar una buena ronda nocturna del Ganso dándome duro por detrás. Cielos, qué rico.

Yo como siempre fui el último en despertar. Algo peculiar fue que Genzo se estaba tentando mal, y me hizo irrumpir mi magnífico sueño de él dándome con todas sus fuerzas mientras yo estaba amarrado a una silla con cadenas y una cinta negra en la boca.

─¿De qué te estás riendo?─ le pregunto.

─E-es que Sanae sí lo hizo─ apenas puede hablar por la risa.

─¿El qué?

─Les dio su merecido a los del Shutetsu. Mira─ me muestra su celular. La foto de los cuatro apretados en un rincón con una mueca de espanto ocupaba toda la pantalla.

─Pero...

─Me escribió y me dijo que les gritó de todo como si fuese la niña regañona que era hace diez años. Y luego los persiguió por toda la casa.

No pude evitar reír. Jamás pensé que Sanae volvería a su antiguo carácter. Suspiro. Recuerdos de Vietnam, jaja.


Hoy es lunes, y estamos en el auto, yendo a casa, luego de otro día en la escuela de Himeko. Ella estaba hablando con Piko sobre el día que habían tenido. Entonces vimos a una persona conocida caminando por la calle con una lata de Coca-cola. Imposible no reconocerlo.

─¡HYUGA!─ le gritamos y tocamos bocina.

Él se dio vuelta y nos vio.

─¡Tsubasa, Wakabayashi!

Una vez paramos el auto, Himeko salió del auto y le fue a dar un abrazo.

─¡Tío Kojiro!

─Y no podría olvidarme de esta pequeña bala. Estás cada vez más pesadita. Se ve que tus padres te alimentan bien.

─Sípi─ le sonrió tiernamente.

─Aunque tienes mis ojitos. ¿No serás hija mía?

─¿Eh?

Genzo se prendió como un cerillo: 

─¡Himeko es mía, maldito!

─Sí, papi. Tú eres mi papi, y él es mi tío, el tigre Kojiro.

Eso lo tranquilizó, jaja.

Invitamos a Hyuga a pasar la tarde con nosotros. Estuvo jugando con Himeko y Piko mientras nosotros nos encargábamos de otras cosas.

Suspiro. Recuerdo cómo solíamos competir uno contra el otro por ser el mejor. Viejos tiempos...

𝗠𝗜 𝗠𝗘𝗗𝗜𝗢 𝗕𝗔𝗟𝗢́𝗡 𝟯 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora