XI. 𝐔𝐍 𝐕𝐈𝐄𝐉𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀𝐍̃𝐄𝐑𝐎

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TSUBASA'S POV

Luego de que los niños entrenaran un poco con Misaki, Genzo y yo también practicamos un poco con él, como en los viejos tiempos. Practicamos nuestros mejores tiros, y Genzo sus atajadas. Hicimos una vez más el tiro de chilena doble que nos dio la victoria contra Brasil en la final del torneo europeo, y Genzo no pudo detenerla.

─¡Ese tiro es invencible!─ exclamó Himeko con alegría─¡Muy bien, mami, tío Taro!

─Ese tiro es fuera de este mundo─ comentó Hiroto, comiendo un trozo de pastel.

─Por alguna razón me da miedo─ dijo Eiji.

─Jeje, no se preocupen, nunca lo usaremos contra ustedes─ les dije, rascándome la nariz y guiñándoles un ojo.

─Esta práctica nos ayudó para nuestros futuros torneos─ Genzo se quitó la gorra y se pasó el antebrazo por la frente toda sudorosa.

─Hace tanto que no jugábamos juntos, creo que me está ganando la nostalgia─ rio Misaki, con los ojos brillosos.

─No llores, tío Taro─ Himeko le dio un abrazo.

─No iba a llorar, pequeña. Solamente me emocioné un poco. Por primera vez en mucho tiempo puedo quedarme en un solo lugar por más de un mes, ya que desde que era un niño vivía yendo de allá para acá con mi papá, era una vida nómade.

─¿No más de qué?─ pobres niños, no entienden lo que significa nómade, jaja.

─O sea, que nunca me quedaba en un mismo lugar mucho tiempo. Era el opuesto de ustedes, que son sedentarios.

─¿Sedentarios?

─Que viven en una sola casa, a eso me refiero.

─Olvídalo, Misaki, no entienden esas palabras.

─Bueno, jaja. Ya es de noche, mejor me voy a mi casa. Cuando quieran los voy a volver a visitar.

─Puede ser cualquier día de la semana luego de las dos de la tarde, trata de que no sea un fin de semana porque nos vamos a Tokio─ le expliqué.

─Entiendo. Estos días voy a estar un poco ocupado, tal vez venga la semana que viene.

─Nos vemos, tío Taro.

─Cuídate mucho, Himeko, y no le causes problemas a tu padre, ¿sí?

─Sípi─ sonrió tiernamente.

─¡Adiosito!─ saludaron los otros niños.

─Hasta pronto, Misaki─ saludamos nosotros dos.

Misaki se fue, y Genzo y yo nos pusimos a preparar la cena mientras que los niños miraban Dragon Ball Z. Les encanta ese programa desde que son unos fetos, no importa las escenas sangrientas, las pervertidas, y toda la violencia. Genzo y yo pensábamos en mostrárselos recién a los diez años más o menos, pero ellos lo descubrieron por su cuenta, y desde ese entonces no se pierden ni un episodio. Aman las escenas fuertes, sólo espero que cuando crezcan no se conviertan en Freezer, por ejemplo, jaja. Nah, no creo. Son un amor. Eiji y Hiroto ya se convirtieron en Goten y Trunks, literalmente.

Cenamos pollo y puré de papas. Luego fuimos a dormir. Himeko con Michiru y Eiji con Hiroto. 

Mierda, nos dieron ganas de hacer un delicioso, pero si ellos nos descubren...

─Genzo. Genzo─ le susurro.

─No empieces, que tengo sueño─ despierta, y bosteza.

─¿Podemos hacer uno pequeño? Si quieres átame a una silla y ponme un pañuelo en la boca para que no grite y despierte a los pequeños. Porfiiiis─ junto las mano y lo miro haciendo puchero.

Él suspira.

─No puedo decirle no a esos ojos hermosos.

Tsubasa Ozora uno, Genzo Wakabayashi cero.

Y en efecto: me puso un pañuelo en la boca y me dio duro como por dos horas. Quedé deshecho, tirado en la cama. Él me miraba con los brazos cruzados.

─Ahora ya no me pidas más nada, que quiero dormir.

Yo asentí. Pero la verdad es que quiero repetirlo por lo menos cinco veces más. Mañana voy a amanecer como el loco de sexo, estoy seguro.


WAKABAYASHI'S POV

Pasó la semana bastante rápido. Ya es sábado, y estamos paseando en el auto por Tokio, como es costumbre. Entonces Himeko habla:

─Tengo hambre, papi, y Piko también quiere comer.

─Ya vamos a parar en un restaurante, pero al parecer hoy hay mucha gente...

─Oh, Genzo, ¿ese no es...?

Tsubasa señala a un chico rubio entrando a un local, y justito hay un lugar libre para estacionar. Si pudiera describir a ese chico, diría que es como un "Tsubasa super sayajin": es el mismo peinado de Tsubasa pero rubio, y tiene los ojos azules.

─Sí─ le respondo a Tsubasa, y toco bocina─. ¡RUBIO MAL TEÑIDO!─ le grito. Tsubasa se tienta pero mal, jaja.

Él se dio vuelta y me echó el dedo del medio, jaja.

Se llama Karl Schneider. Era un compañero de equipo cuando yo estaba en Alemania. No puedo creer que esté aquí en Japón, aunque él suele ser muy misterioso.

Estaciono, y salimos del auto a saludarlo.

─No puedo creer que estés en Japón─ le digo.

─Es que quería visitarlo aprovechando que nos dieron vacaciones, y sabía, por alguna razón, que estarían en Tokio, por eso decidí venir.

─Gusto en verte de nuevo, Schneider─ saluda Tsubasa.

─Igualmente, capitán de la selección japonesa─ se dan la mano.

─¿Desde cuándo hay una copia de mamá versión super sayajin?─ pregunta Himeko, sorprendida. Los tres reímos.

─Himeko, él es Schneider, un viejo compañero de Alemania. Fuimos a ese lugar cuando cumpliste dos años, no creo que lo recuerdes.

Ella niega con la cabeza.

─Recuerdo cuando te vi. Apenas podías caminar, y ahora mírate: toda una señorita─ le dice Karl, acariciándole la cabeza.

─Mucho gusto, mamá super sayajin.

Dios, no puedo con lo tierna que es Himeko.

𝗠𝗜 𝗠𝗘𝗗𝗜𝗢 𝗕𝗔𝗟𝗢́𝗡 𝟯 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora