X. 𝐄𝐋 𝐓𝐈́𝐎 𝐌𝐈𝐒𝐀𝐊𝐈

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WAKABAYASHI'S POV

Tsubasa notó mi seriedad, y no dudó en preguntarme el motivo de ella:

─¿Por qué tienes esa cara?

─Oh, no es nada. Sólo estaba pensando, es todo.

─¿Pero qué estabas pensando?

─No es nada, Tsubasa, enserio.

─Hasta que no me lo digas no dejaré de preguntarte─ me sonrió con picardía─, además de que no te dejaré dormir hasta que le des a mi cuerpo lo que necesita cada noche.

Dios, este chico no tiene remedio. 

Suspiré, y le conté:

─Es que me hubiese gustado tener la misma infancia que Himeko.

─¿Pero no la tuviste? Digo, tuviste mucho dinero así como ella, ¿o acaso hubo algo que te hacía infeliz?

─Tsubasa, ya no soy el mismo arrogante de antes. El dinero no te asegura toda la felicidad, sólo va como ayuda.

─Ese es mi Ganso─ me guiñó el ojo.

─Y respondiendo a lo otro: sí, hubo algo que me incomodó por un largo período de mi niñez...

─¿Y qué es?

─Que desde los dos años no supe nada de mis padres. 

─Oh...

─Ver a Himeko con nosotros me hace desear haber estado en su lugar. 

─Sí, te entiendo.

─Ellos se fueron al extranjero por lo que me contó Mikami. En ese entonces, por alguna razón me daba miedo esa palabra─ reí levemente─. Y no recuerdo si se despidieron de mí, pero yo sólo sé que me sentí abandonado... Lo peor es que nunca supe nada de ellos, nunca me visitaron, nunca me llamaron, nada, es como si hubieran desaparecido...

─Que pase eso es horrible. ¿Pero tú no habías dicho que no los necesitabas?

─Es decir, nunca los necesité, porque siempre conté con Mikami, y luego con Yoriko y Cho. Familia tenía, pero mis verdaderas figuras materna y paterna no estaban, además tenía esa inquietud de saber por qué se fueron de la noche a la mañana, sin siquiera dar alguna señal de vida. Eso era lo que me incomodaba: el saber por qué me abandonaron siendo tan pequeño, ¿acaso no me querían en sus vidas y por eso me dejaron con el señor Mikami?

─Genzo, quizás ellos no te hayan querido, pero yo siempre te voy a querer. No te abandonaré nunca, ninguno de nosotros te abandonará nunca─ tomó mi mano.

Sus palabras me emocionaron a tal grado que me dieron ganas de llorar, por supuesto me abstuve de hacerlo en la escuela.

─Gracias, Tsubasa. Y yo prometo no abandonarlos ni a ti ni a Himeko. Voy a hacer que tenga la mejor infancia y vida, la que yo siempre quise tener─ sonreí.

─Así se habla.

Aunque pensándolo bien, Himeko y yo nos parecemos en algo: a los dos nos faltan nuestros padres verdaderos...

No, ella nunca va a saber que tuvo padres verdaderos. Nosotros somos su verdadera familia.


A la salida de la escuela, llevamos a los amigos de Himeko para que pasen la tarde en nuestra casa. Yuki y Urabe quieren tener una cita hoy, y no podrá cuidar de ellos, entonces decidimos dejar que duerman con nosotros. Himeko se entusiasmó tanto por la idea de la piyamada que iba saltando en la calle, jaja.

─¿Y qué hicieron hoy en la escuela?─ les pregunta Tsubasa.

─Nada─ responde Hiroto, con las manos en la nuca.

─¿Llamas "nada" a dibujar y pintar con las manos?─ le dice Michiru.

─Yo quería ver la película que nos iba a poner la maestra, pero cierto niño de lentes y pelo rojizo no dejaba de llorar porque se comieron su emparedado de almuerzo─ dice Hiroto, refiriéndose a Eiji.

─¡Es que tenía hambre!

─¿No podías aguantarte hasta el recreo?

─Bueno, ya, al menos hicieron algo divertido como pintar. Yo recuerdo que de pequeño vivía pintando a mi balón─ ríe Tsubasa.

─Yo le pinté una carita feliz a Piko─ Himeko nos muestra a un Piko sonriente. Me dio mucha ternura.

─Awww, te quedó muy adorable, Himeko.

─No sé por qué me hace acordar al balón que me enviaste desde la colina cuando nos conocimos. Ni te importó rayarlo, jaja.

─Nop, y no me arrepiento de haberlo hecho─ los dos nos sonreímos mutuamente. Es verdad, de no ser por ese balón, no nos hubiéramos conocido.

Entonces escuchamos unos gritos cuando nos acercamos a nuestra casa. Es Misaki. Está gritando nuestros nombres para ver si estábamos en casa.

─¡Misaki!─ le grito.

─¡Con que ahí estaban!─ se acerca a nosotros.

─Deberías saber que a esta hora estamos viniendo de la escuela.

─Lo lamento, lo había olvidado─ ríe.

─¡Tío Misaki!─ Himeko hace lo de siempre: darle un fuerte abrazo.

─¿Soy yo o estás cada día más grande, pequeña?─ la carga en upa─Te pareces tanto a tu mamá de energía.

─¿Cuántos tíos tiene Himeko?─ pregunta Michiru.

─Uff, los dedos no me alcanzan para contarlos─ río─. Son prácticamente todos nuestros amigos.

─Pónganle que tiene como veinte tíos─ le dice Tsubasa.

─¡¿QUÉEEE?!─ los tres no lo pueden creer. Creo que nadie tiene una familia tan numerosa como la nuestra.

─Oh, veo que Piko tiene un nuevo "look"─ Misaki ve la carita de Piko.

─Síp, se la pinté hoy. 

─Creo que tiene ganas de jugar un buen partido de fútbol.

─¡Nosotros también queremos!─ dicen todos.

En la cancha de fútbol, Misaki y los niños están jugando con Piko mientras que Tsubasa y yo preparamos un pastel para la merienda.

Misaki vino a Japón luego del torneo europeo, y desde entonces vive aquí. Es uno de los tíos favoritos de Himeko debido a su cercanía con Tsubasa, y también porque le ha enseñado muchas reglas del fútbol.

Me alegra que Himeko tenga una familia tan grande como la que tenemos ahora.

𝗠𝗜 𝗠𝗘𝗗𝗜𝗢 𝗕𝗔𝗟𝗢́𝗡 𝟯 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora