La creta
Fue la expresión que salió desde lo más profundo del corazón de Crismaylin, el cual no pudo retener a tiempo mientras observaba a la moderadora con cara de rodilla disecada. Con la frente en alto y el corazón destrozado tomó el papel y lo tiró a la basura como si fuera una bola de basquetbol.
Cayó en el piso un claro indicio de sus nulas habilidades atléticas. Recogió el papel en medio de una carcajada burlona por parte de la moderadora. No le importó, qué más le daba, hizo lo que debía de hacer y se largó de allí.
Su tutora volvía a rechazar su tema, algo muy frustrante y catastrófico. Iba a graduarse con los más altos honores, Summa cum laude, como lo había planeado desde un principio.
Cris era una chica muy curiosa y le encantaba investigar. A veces se adelantaba a los acontecimientos y aunque su familia la tachaba de avispita lo cierto era que cedía mucho a los deseos de los demás.
Provenía de una familia reconocida por sus actos de corrupción en los gobiernos de turno: desfalcos, malversación de fondos, abuso de poder, tráfico de influencias y nepotismo por solo mencionar algunos.
Al ser la única integrante que sintió vergüenza por dichas prácticas familiares, decidió no utilizar el dinero ni las influencias que su apellido podía darle para lograr sus objetivos. Se matriculó en la UASD a coger lucha, en vez de estudiar como sus hermanos en universidades prestigiosas y elitista, llámese INTEC y PUCMM.
Usa casi los servicios que brinda el Estado y el infernal transporte público dominado por un grupo de mafiosos sindicalistas. Además, no desperdicia el dinero que gana como profesora de español en una academia exclusiva para extranjeros. Sus hermanos se burlan por su obstinación de vivir, según ellos, en la auto indigencia.
Ocho de cada diez familias estaban sumidas en la pobreza por las artimañas de su abuelo. Cris lo amaba, pero se negaba a hacerse la loca con todo el daño que había causado. Por eso, cuando tuvo que verlo enfrentarse en los juzgados—que no fue más que un espectáculo político hablado entre él y la justicia—deseó que fuera a la cárcel.
Para darles Panem et circenses al pueblo construyó dos centros educativos especializados en arte y música después del juicio. Además, donó una gran cantidad de dinero al Patronato de Ciegos, sin embargo, todo eso fue como quitarle un pelo a un gato. Cada vez que a su abuelo le remordía la conciencia hacía terapia de recesión tratando de sanar a una de sus reencarnaciones, porque según su abuelo, esa era la causa principal de que fuera así de gato.
Por último, se asoció con una comunidad de saberes ancestrales indígenas, algo que la tenía muy preocupada por las cosas raras que hacía. Sus raíces delictivas y su actual situación estudiantil la tenían frustrada.
A pesar de la oposición familiar quiso estudiar arqueología, pero no pudo porque al ser una carrera muerta en su país, ninguna universidad la ofrecía. Por eso optó por estudiar dos licenciaturas a la misma vez, antropología e historia. Cuando se graduara viajaría directo a España para cursar una maestría en Arqueología y Ciencias de la Antigüedad con los ahorros que le había dado su abuela antes de fallecer.
Sin embargo, como iba a lograrlo en el tiempo programado cuando su tutora se empeñaba en rechazar los temas que elegía. Nathalie Eunice, le repetía una y otra vez que su planteamiento era para nada convincente y que su trabajo consistía en orientarla.
El problema era que ella deseaba emplear el método inductivo que sería sacar una conclusión general a partir de un dato o hecho específico, mientras que Eunice deseaba que aplicara el deductivo, datos generales para llegar a una conclusión particular.
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Atrapada en el tiempo con el último de los taínos
HistoryczneCrismaylin, viaja en el tiempo y tiene que tomar una difícil decisión, para que su futuro permanezca el hombre que ama debe de morir. ________________ Crismaylin, es una joven estudiante de arqueología de rasgos andróginos que vive en un país donde...