25

384 21 3
                                    

Narra Monica.

La noche pasaba despacio y no se en que momento empecé a hacerme masajes a la mujer que tenía en frente.

Sentí su cuerpo relajarse totalmente, se había quedó dormida me levante y detuve la música.

Me quedé un tiempo mirando su rostro adormilado, sus labios formaban un puchero, sus mejillas sonrojadas , sus ojos cerrados con abundantes pestañas, su frente cubierta por el flequillo.

- vane - Susurre en su oído, para que se levantase.

- umm - murmuró.

- despierta - volví a susurrar.

- no quiero - su voz sonaba adormilada.

- vas a dormir mal - volví a susurrar.

- umjum - volvió a murmurar.

- vale, me voy, descansa - ella tomo mi muñeca y aprentandola.

- no quiero - volvio a murmurar.

- vale, me voy y tu duermes - repetí soltado mi mano.

- no - se giro quédando boca arriba, mirandome fijo.

- ¿no que? - pregunte.

-no te vayas - murmuró cubriendo su rostro con las manos.

- ¿a no? - volví a decir.

- no - negó acomodando su blusa y sentándose.

- ¿porque no? -

- no quiero - respondio.

-¿ y si no quieres que? - contra ataque.

- no te vas - respondió retandome con la mirada.

- ah si, aquí se hace lo que tu quieres ¿no? - dije alzando las cejas.

- si no quieres no, peroooo preparo muy buen desayuno - respondió entre risas.

- ¿me estas chantajeando? -

- no es un chantaje, solo elige lo tomas o lo dejas - respondío haciendo un gesto con sus manos.

- vale - respondí girandome a la puerta.

- vale, te acompaño - se levantó y acomodo nuevamente su blusa.

- vale - seguí caminando con una sonrisa imborrable en labios.

- hasta pronto, espero volver a tomar una copa en algún momento, cuando tengas tiempo en tu apretada agenda -

- me encantaría - respondí volviendo a mirarle.

- pues tu dices cuando y yo veré si puedo sacar tiempo -

- vale, cambio de opinion - volví a decir caminando de nuevo al interior del lugar sentándome en la orilla de la mesa de un escritorio repleto de papeles - me quedó, solo por hoy -

- vale - dijo entre risas mirándome volviendo a caminar hacia mi, sus caderas se entornaban y sus pasos iban uno delante de otro y su ceja formaban un marco para sus ojos verdes.

- deja de coquetear Martin - dije entre risas.

Ella se detuvo apoyando su mano en el mismo escritorio.

- no coqueteo, si coquetera ya hubieras caído en mis brazos como una damisela  en peligro - repondio presumida.

-no tienes ni idea de qué pasaría si me coquetearas y tu me está coqueteando no te atrevas a negarlo -

- puedo negar algo si es mentira, entonces me niego a aceptarlo - dijo volviendo su mirada a los papeles y tomandolos en manos.

- no te lo crees ni tu -

Promesas De Abril Donde viven las historias. Descúbrelo ahora