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Narra Monica

Pasado 25 febrero 2017.

Luego de la playa volvimos a su casa nada más entrar uní nuestros labios a la vez que cerraba la puerta.

Sus manos viajaban en mi cintura buscando piel debajo de mi blusa y dejando caricias en esta .

Sus labios abandonaron los míos y fueron a mi cuello dejando besos y mordidas en este, mis jadeos cada vez ganaban más fuerza.

- vamos a la habitación - murmure.

Ella me guió a esta sin dejar de besar mi cuello dejándonos caer en la cama quedando sobre mi mirándome fijo por unos segundos.

Acomodo un mechón de cabello tras mi oreja besando mi frente siguiendo por mi nariz, mejillas y labios.

Nos desnudamos despacio sin prisas besando nuestros cuerpos buscandonos.

El morbo invadía nuestra mirada y la devoción que sentíamos la una por la otra era el mayor placer del momento por no nombras el deseó con el que degustaba mi cuerpo a su antojo, intentaba ahogar mis gritos sin éxito alguno.

Hicimos el amor hasta cansarnos disfrutamos entre gritos cargados de deseo invadiendo la habitación los rasguños de la espalda de la otra eran más que notorios y el movimiento frenético de nuestros cuerpos creando una maestría de la cual no sabía tenía capacidad de tener, cada parte de mi cuerpo reclamaba su atención y ella estaba allí para saciar el pedido de este recorrimos nuestros cuerpos hasta cansarnos conociendo esta vez si cada pliegue de nuestro cuerpo y cada vertiente de placer de este.

Nos encontramos en una cama revuelta de sábanas blancas abrazadas a la otra mientras vanesa aún duerme y yo me dedico a solo mirarle y intentas contar las pecas de su rostro aunque ya lo declare misión imposible, su brazo rodeaba mi cuerpo desnudo y yo le acariciaba el cabello con sutileza sin querer que despertase aunque ya me tuviese que ir la hora volaba y yo me resistía quería poder quedarme allí con ella por horas simplemente abrazadas.

el tiempo decidio jugar en contra y ya eran las 6:30 tenía media hora para ducharme y salir.

Intenté levantarme y vanesa me pego aún más a su cuerpo quejándose volviéndose a acurrucar en mi cuello.

- vane - Susurre - me tengo que ir guapa- bese su cabello ella negó en mi cuello y yo morí de amor.

- 5 minutitos - murmuró.

- no me va a dar el tiempo - le respondí en un susurro.

- yo te llevo -

- no hace falta descansa que estas muerta cariño- ella salio de mi cuello abriendo los ojos con fuerza finjiendo estar completamente despierta aunque sus ojos se cerraron y la delataron.

- te llevó - murmuró estirándose y acercándose a mi oído - no me vas a compar con mimos - susurro y yo sonreí - bueno un poco puede que si "cariño" - no fue hasta que ella lo recalco que me di cuenta de mis palabras y inevitablemente los nerviose invadieron en una sola pregunta ¿y si me e apresurado mucho?

- ¿ah si? Señora Martin usted se va a quedar a dormir mientras yo voy a pedír un cabify y voy a ir a la estación, usted va a dormir aquí en su camita, cuando despierte me va a escribir y va a ir a comer en algún lugar bonito ¿vale? - ella hizo un puchero y yo reí.

- vale, me das un besito - usando su mejor arma la voz de niña chica y yo le deje un beso en los labios antes de levantarme entrando a la ducha.

El agua caliente terminó de despertarme y salí de esta como nueva aunque aún tenía una que otra agujeta me coloque el albornoz blanco que estaba perfectamente acomodado y seco dejándome saber que vanesa lo había colocado allí hace un momento y salí busque en mi bolso la ropa que me pondría y vanesa me miraba desde la cama con completo descaro antes de levantarse y salir no sin antes abrazarme por la espalda y besar mi cuello.

En lo que salí de la habitación escuché una voz que bien conocía cantando bajito me gire y vanesa estaba allí mirandome con una ceja alzada y una sonrisa en labios.

Me acerque a ella y le abracé sin querer despedirme fundiendome en su cuello como ya era costumbre llenándome de su olor mientras ella me besaba el cabello y agradecía que estuviese con este gesto.

En ese momento no había algo que odiara más que las despedidas y aún más tener que separarme de aquella persona que la noche anterior me había hecho sentir lo que no sentía hace mucho por alguien y aun así tuve que hacerlo.

Me separe de ella y le mire sin querer romper este momento, no quería salir de allí, estar entre sus brazos era estar un una burbuja de calma de la que yo debía salir y no queria.

- me tengo que ir - murmure y ella entendió mis palabras a la perfección callando las con sus labios sobre los míos dejándome volver a provocar lo mismo de lo que provocó ayer en aquella playa con solo rozar mis labios y decirme que me quería.

- te quiero - respondió sobre mis Labios - no te olvides de mi
Carrillo.

- nunca Martin - respondí sonriendo.

- te va a dejar el AVE como me mires así por mucho tiempo - dijo riendo bajito.

- no sería la primera vez - respondi riendo con ella.

- ni la última -

- ni la última - afirme.

-Aún no te has ido y ya te echo de menos, cuanto las horas para vernos de nuevo, guardo tu aroma para olerlo luego, que más quiere de mi - canturreo en mi oido.

- un beso seria mucho pedir - respondi ruborizadome en el acto.

- nunca - respondió antes de adueñarse de mis labios abrazándome a su cuerpo con fuerza quitándome el aliento y las ganas de irme también se fueron.

- gracias cariño - dije al separarme de ella.

- espero me llames más seguido así - dijo mientras caminábamos a la puerta.

- cuenta con ello - respondí sonriendo.

- piensa mucho en mi - me dijo antes de abrir la puerta.

- de eso no tengas duda alguna, no tienes que pedirlo si quiera. - deje un beso en su labios y salí dejándolo allí en el marco de la puerta mirandome con cariño y una pizca de burla en ellos, su sonrisa se fue haciendo pequeña al verme subir al cabify y me fui.

Llegué puntual a la estación y a Madrid también reuniones salieron bien igual que las noticias mientras daba un corte de cámara me llegó un mensaje.

-Vane -
Que guapa estas sonriendo así por Dios me voy a Madrid a comerte la boca ya mismo.

Sonreí a más no poder intentando retener la risa que me causaba su mensaje y mis mejillas se sonrojaron.

Calla que me sonrojo Martin.

Matias me miraba alzando una ceja y complicaba más mi seriedad.

Seguí con las noticias, la sonrisa me desbordaba el rostro y podía aseguras que mi mirada brillaba.

Sintiendome tan especial solo por saber que ella me estaba viendo desde su casa y volví a mi nube.

Nuestra nube de amor.

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HOLAAA que tal no sabes la que me a hecho pasar este capitulo pero bueno dejemos lo allí un besooo mu grande




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