CONVENCEME 1994  my﹢jh

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—¿Lo escuchaste? La policía ha revelado otra evidencia gracias a la presión social. —Mi hermano comentó luego de terminar su desayuno.

Tallé mis ojos somnoliento y asentí, esperé exclusivamente por ello en la madrugada para saberlo; no era un secreto que los investigadores y la policía recogían constante evidencia de las escenas del crimen que Agust D realizaba.

Pero, finalmente, el secreto no muy secreto resultó siendo el mismo; un pequeño papel con un número escrito.

El último papel recogido en la masacre de los parientes de los Jeon, fué evidenciado; el número escrito era 1985.

Se sabía que el asesino dejaba un pequeño trozo de papel con números en el, pero recientemente, se sospechaba que podrían ser, no números al azar, sino, años.
¿Qué intentaba decirnos dejando aquéllo?

Agust D no era idiota, ésto era apropósito pero de nueva cuenta, ¿Cuál era el significado detrás de ésos números o años?

En cada crimen, el número descendía; éso era seguro.

El penúltimo número evidenciado fué el 1975, y fué en la masacre de la familia Kim a las afueras de Seul.
Se conoce que durante las masacres que realizó en Busan, el asesino comenzó desde el 1985 hasta descender nuevamente al 1975, luego de aquéllo, los asesinatos continuaron en Gwangju siguiendo el mismo patrón de números.

Un total de once masacres eran ejecutadas por éste sujeto en cada ciudad, ¿Cuántos crímenes ha acumulado? ¿Cuánta sangre ha derramado? Nunca ha sido atrapado, siquiera se han molestado en realizar una búsqueda furtiva del asesino; como expliqué con anterioridad, el miedo de que sus vidas estuvieran en juego, era más grande que sus intenciones de capturarlo; sin embargo, existían algunas organizaciones secretas que tenían por objetivo, la captura de éste desconocido sanguinario.
¿Podría ser algún día capturado?

Tocando madera y volviendo a la real situación, el pánico actual era inmenso, la policía había revelado el número que el asesino dejó en la reciente escena.

1985.

Oh, vaya. Seul se volvería un infierno; aquél número sólo podía indicar una sola cosa, el comienzo de un nuevo martirio por segunda vez.

La primera masacre dentro de Seoul ya había ocurrido, era la primera masacre luego de tantos años desde el último crimen registrado del asesino ¿Qué familia sería la siguiente?

Maldición, aún cuando existía la posibilidad de que pudiéramos estar en su lista, yo sólo podía notar la disgustante sensación de cosquilleo y emoción dentro de mí.
Ésto no está bien, no es normal que me sienta de ésta forma respecto a un criminal, ¿Qué puedo hacer?

Me gusta, pero no quiero sentirlo.

—Hyung, ¿Qué pasaría si-...

—Hoseok, en ésta grande capital existen más de cincuenta grandes familias con suficiente dinero para malgastar en una simple noche, no somos los únicos, por lo tanto, ¿Por qué tendríamos que preocuparnos? Sólo serán once asesinatos y se marchará. —La frialdad de sus palabras habían despertado mis sentidos.

Fué como si hubiera leído mi inquietud.

Una familia había sido ya ejecutada, faltaban diez; ¿Acaso Jungkook no sentía lástima por las víctimas que seguirían luego? Pero quién soy yo para juzgar su juicio cuando el mío era aún más morboso que su indiferencia; permitiéndome sentir anhelo y admiración por un asesino del cuál no se conocía siquiera su apariencia real más que lo revelado.

Suspiré con la culpa carcomiendo mi interior.

—Por cierto, ¿Me llevarás hoy a la empresa de papá? —Cambié de tema intentando olvidar todo lo que involucrara al asesino.

—Sí, ve y prepárate; procura no molestar y desobedecer a papá hoy, ¿Entendido? No quiero limpiar tu desastre.

Bajé la mirada y asentí, acaricié mi brazo izquierdo por un poco de autocontención y acaté su mandado.