CONVENCEME 1994  my﹢jh

𝑀̲ ❟ 1﹗∅ CONTINUACIÓN

Parpadeé tres veces intentando acostumbrar mis adormilados sentidos hacia el comienzo de la mañana.

—¿Papá? —Fué lo primero que salió de mi baja y vaga voz.

Tallé mis ojos y observé alrededor del cuarto en el que me encontraba descansando con anterioridad; estaba solo, el silencio penetraba las oscuras paredes que parecían encerrarme en éste gran dormitorio.

Carrapeé mi garganta y saqué un pié.

Comprobando temperatura.

—Hmm. —No hacía frío, decidí salir de la cama.

Tras un repentino segundo, luego de estar de pié, caí al suelo.

Mierda.

Con cuidado, y el punzante dolor en mi cabeza, volví a colocarme de pié.
Acomodé mi ropa y rasqué mi nuca algo confundido.

Tenía el presentimiento de que algo había pasado. Un presentimiento de inquietud me tomaba poco a poco mientras intentaba escarbar entre la curiosidad.

¿Había ocurrido algo o sólo fué un sueño? Tal vez tuve una pesadilla, incluso ahora, sólo me siento cada vez más ansioso.

Tras haber finalizado mi rutina mañanera, tarareé de camino a la puerta, giré la perilla y chik.

—Oh, no abre —Fruncí el ceño e intenté, una, dos, tres, cuatro veces; la puerta no tenía intenciones de abrirse—. ¿Se trabó?

Mordí mis labios nervioso y saqué el móvil de mi bolsillo.

—Llamaré a papá.

Antes de siquiera abrir el marcador, el spam de noticias Seúl News llegó; entre lo que pareció un molesto ads, discerní el único nombre que mantenía mi cuerpo y mente vibrante y desbozante de emoción.

agust d.

Un suspiro embobado y ya me encontraba dentro del bendito informe.

agust d, el despiadado sociopata que atormentaba la ciudad, tiene a los medios de comunicación y centrales policiales con los nervios de punta.
los informes brindados por la respectiva ley no parecen tener avance al paradero o repentino hiatus del asesino, una vez más la gente presenta conmoción al tema creando protestas y reclamos para hallar a agust d; un asesino que sigue suelto por más de d-...

—Hijo.

Solté el móvil tras el sobresalto dejando que cayera al suelo y me giré rápidamente encontrando a mi padre tras de mí con ambos brazos cruzados en su pecho.

Mi cuerpo temblaba ante la presencia del mayor, mi mirada bajó a mis pies y el picar de mi garganta me impidió hablar.

Ésta sensación, era similar a una que experimentaba de niño, una sensación demasiado preocupante para mí; una que sólo sentía cuando sabía que había hecho algo malo.

Maldición, ¿Por qué siento ésto? Han pasado tantos años, siempre cuidé mi comportamiento luego de la muerte de mamá; entonces, ¿Qué es lo que está pasando? ¿Olvidé algo?

No puedo recordarlo.

Para cuando levanté la cabeza, mi progenitor tenía una curiosa pero suave mirada sobre mí.
No parecía enfadado, no lucía molesto o estresado como normalmente era de costumbre, se veía diferente.

Jadeé ante la sorpresa del fuerte agarre que impuso en mi cintura aproximándome a la cercanía de su cuerpo y con su mano contraria, sentí el frío tacto de su dedo índice delinear mi mejilla hasta llegar al labio inferior donde acarició con lentitud.

Acercó su rostro al mío y habló.

—No seas demasiado curioso —Dejándome casi espantado por aquellas palabras, se alejó y detuvo en el marco de la puerta—. Prepararé el desayuno, baja en cinco minutos. —Su mirada era autoritaria, justo como la de un padre.

Asentí.

Entrecerró sus ojos.

—S-si, papá.

Como la de un asesino.

Se marchó, finalmente solté el aire que retuve desde su aparición y sentí mi cuerpo doler por la fricción de mis músculos tensionados.

Debo controlarme delante de él, no puedo actuar de ésta forma todo el tiempo, pero es tan complicado; estaría bien si sólo fuera porque es mi padre pero desde que descubrí su identidad, no puedo evitar sentirme ansioso a su alrededor.