ャ ִֶָ hoseok padece de hibristofilia. ʾ
─┈ ⊹hibristofilia ;; excitación hacia
los criminales.
cuenta con epílogo y una continuación.
wr;; +18 all content
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
8:59 a.m
Agotado y con pocas fuerzas para levantarme, miré la hora reflejada en el reloj de mi habitación.
Otro día más pasaba, sentía que el tiempo se había detenido desde el día en que papá me trajo a éste gran lugar. De repente, todas mis obligaciones como el hijo perfecto del pasado, se habían reducido a sólo ser un buen chico que descansara en la espera de su progenitor a casa. ¿Papá se había vuelto blando conmigo? ¿Cómo es que todo ha cambiado tanto? Tal vez tengo la culpa de lo que ha sucedido.
“Pensamientos invasivos, son inservibles.”
Era lo que él decía.
Miré por segunda vez el reloj sintiéndome perezoso.
9:00 a.m
El tiempo pasa tan lento para mí.
toc toc toc.
Mi cuerpo se estremeció, aclaré mi garganta y hablé.
—Adelante.
La puerta se abrió lentamente mostrando un arreglado y muy bien lucido hombre.
Su cabello estaba atado en una media cola, sus tatuajes eran visibles a causa de su arremangada camisa negra, los tres botones desprendidos eran característicos en papá, luego su buena combinación en pantalones de vestir negro y sus elegantes zapatos.
Movió la taza de café sostenida y dió un sorbo evitando quitar la mirada que mantenía sobre mí, como si en un pestañear, fuera a escapar de su vista.
—Hijo, el desayuno está listo. —Finalmente habló luego de segundos que parecieron eternos para mí.
—Estoy un poco cansado, ¿Puedo bajar luego?
Casi cuidadoso con mis palabras, me senté en la cama mirando mis manos apretujarse entre sí. No se molestaría, ¿No es así?
Una caricia en mi cabeza logró que cerrara los ojos y suspirara cómodo con el toque. Pronto, el lugar a mi lado se hundió, papá giró con un dedo mi rostro y lo bajó sujetando mis manos inquietas.
—¿Te sientes bien? Puedo llamar al doctor y-...
—No, papá. Estoy bien, sólo debo descansar un poco más. —Me apresuré a decir; de sus labios salían palabras que expresaban preocupación pero sus ojos parecían hablar por sí solos diciendo todo lo contrario.
Lo he notado hace un tiempo, el psicólogo que solía visitarme una vez a la semana, decidió dejar de darme mis terapias mientras que el doctor que venía en muy particulares ocasiones, parecía querer marcharse pronto.
¿Papá tenía algo que ver? ¿Será que él cree que delataré su identidad? ¿Piensa que entregaré a agust d?
Mi respiración comenzó a faltar, estaba sintiéndolo de nuevo, ésa tan particular sensación.
