traffickers™ (Adaptación Jenlisa)

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Sábado. (2° continuación)

Narrado por Lisa:

Llegamos a la fiesta, era en una casa que nos pertenecía, podía vera Jennie fascinada por lo grande que era y la cantidad de personas que había. Recién comenzaba y muchos ya estaban cayéndose por todo
el alcohol que habían consumido.

Empezamos a ingresar de a poco a la casa y si observabas con cuidado se veía a drogadictos tratando de comprarle a mis chicos.

— Esto es genial — Jennie tuvo que gritar para que podamos escucharla — Nunca fui a una fiesta con tanta gente.

— Y se va a poner mejor linda — Rosé la agarró del brazo y la comenzó a llevar donde estaban las bebidas.

Pero antes de que continuaran yo la sujete del brazo .

— Sólo bebidas — esta asintió ante lo que dije, pero jamás se puede confiar demasiado en ella, así que las seguí junto a Bam.

Muchas chicas se me acercaban con cuidado y podía ver a Andrea observarme, esa chica se cree que me interesa o que estamos saliendo, pero sólo da buen
sexo.

El tiempo pasaba y yo seguía en el mismo lugar, estaba apoyado junto a una pared donde podía observar lo que se vendía, quién lo vendía y sobre todo, tenía bien vigilada a Jennie.

Esta estaba a mi derecha junto a una multitud de hombres, entre ellos mis amigos. Hacían juegos para beber y no sé si es muy mala jugando o quiere emborracharse.

— No te has movido de aquí desde que llegamos — conocía a la perfección la voz en mi oído.

Y no pienso hacerlo Andrea, estoy vigilando mi negocio.

— ¿Tu negocio o a ella? — lo que dijo provocó que dejara de prestarle atención y mirara a Jennie.

Ella reia cada vez que ganaba y todos gritaban su nombre para alentarla, y en un momento cruzamos miradas. Estaba despeinada con su maquillaje corrido, ya ni siquiera tenía sus zapatos puestos.

Hoy logró sacarme de quisio, pero me sentí mal al gritarle y jamás me sentí mal por eso, pero su rostro demostraba miedo y parecía que iba a llorar. Pero es que no etiende que debe cumplir órdenes.

— ¿Quieres o no?—la voz chillona a mi lado me hizo reaccionar.

— ¿Qué?.

— Si quieres ir a uno de los cuartos, ya hace tiempo no estamos juntos.

Lo pensé por un momento y acepté, creo que nadie se negaría si una chica como Andrea se lo pide. Me acerqué a bam y le dije que cuidara a Jennie, por alguna razón sentía que tenía que protegerla, por
su madre, obvio.

Cuando subía las escaleras con Andrea me giré a verla y ésta me observaba con enojo en su rostro, se tomó de un trago lo que contenía su vaso y vi como pedía que le sirvieran más mientras todos gritaban.

Vodka, tequila y whisky no son buena combinación.

Llegamos a la habitación que uso con todas, a la cuál cualquiera tenía prohibido entrar a menos que sea conmigo.