traffickers™ (Adaptación Jenlisa)

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*Flashback*

— ¿Qué quieres hablar?.

Veía el dolor en sus ojos, me lastimaba verla así por eso necesito decir basta.

— No puedo más Lisa — me miró fjamente por unos segundos y bajó su cabeza.

— ¿Tú no puedes más? —  respiró pero no pudo contener su grito — ¿ACABO DE PERDER A MI HERMANA Y TÚ NO PUEDES MÁS?.

— Eso es lo que hablo yo no pertenezco a este mundo de mierda, solamente hay muerte, venganzas, dolor y drogas, no quiero esto para mi.

— Siempre te dije que esto no era para ti y lo único que hactas era meterte más y más.

— Pero ya no —  hice silencio, el silencio más doloroso de mi vida — Voy a irme, me voy a alejar de todo esto, no pertenezco aqui.

Las lagrimas comerzaron a caer por su rostro y comenzó a mover la cabeza de un lado a otro como si quisiera borrar lo que acababa de decir.

— NO, NO Y NO —  comenzó a llorar cada vez más — No puedes dejarme tú también, no podría soportarlo, te necesito.

Cayó arrodillado al suelo y abrazó mis piernas, nunca la hubiera imaginado así Me puse a su altura, tomé su rostro y la besé.

Lo besé de la manera más sincera y más dulce, necesitaba su cercania.

— Yo no puedo vivir así Lisa, no puedo vivir con miedo a perderte cada vez que sales de casa.

— Entonces nos alejemos de esta vida, pero no te vayas, por favor —  suplicó.

— ¿De verdad dejartas todo por mi?.

— Obvio que si — sonrió.

*Fin del flashback*

UN MES DESPUÉS

Miércoles.

— Mira tú.

— No puedo mirar, mira tú.

— Jennie, por favor —  suspiré.

— Está bien, pero tranquilízate — respiré profundo y con miedo observé.

No podía hablar, no lo podía creer, estábamos en el baño con Jisoo, nuestras manos sudaban, las piernas temblaban y hacía veinte minutos que estábamos en el aquí esperando su prueba de embarazo, veinte minutos porque ninguna se animaba a ver.

— Pueden apurarse, necesito saber — dijo Lisa del otro lado de la puerta.

— Es positivo — susurré — ES POSITIVO.

Mi grito hizo emocionarnos a los tres, pero pronto nos quedamos en silencio y las lagrimas comenzaron a caer por el rostro de mi amiga y por el mío. Afuera
sentí un gran golpe, Lisa debe estar rompiendo algo por la impotencia de que el hijo o hija de su hermana va a crecer sin su maravilloso madre.

Abracé a Jisoo tan fuerte como podía.

— Sé que todo va a estar bien — dijo ella y yo asentí.

Jueves.

Narrado por Lisa:

— Jisoo, quiero hablar contigo.

— Claro Lisa, ven.

— Yo le prometí a Rosé que si algo sucedia yo iba a cuidarte, se lo prometí y voy a cumplirlo — dije — ella hubiera estado feliz al enterarse que iba a ser mamá, te lo aseguro.

— Lo sé, pero tengo miedo, no tengo para mantener a mi bebé, pero voy a hacer lo posible para que nunca le falte nada.

— Me llamó el abogado de Rosé, ella quería casarse contigo, quería una familia y antes de ir a buscar a Jennie dejó todo planeado, sabía que algo podía pasar —  ella me miraba sin entender — Compró urna casa que está a tu nombre y te dejó el cincuenta por ciento de su dinero a ti y el otro a cincuenta a su madre, tienes dinero que no podrás gastar ni en tres vidas.

Comenzó a llorar y me abrazó tanto que sentía que iba a quebrarme.

— Vamos a la clínica, tenemos turno —  comenzó a gritar Jennie.

Fuimos rápido a la primera ecografía.

Al llegar estaba muy nerviosa, me imagino lo feliz e insoportable que hubiera estado Rosé, sus manos seguro le transpirarian, sus respiración comenzaría a fallar y estaría tan enmocionada que no podría hablar,
igual que me está pasando a mi.

Ni siquiera sé cuándo nos llamarorn pero ya estamos entrando al consultorio.

Acostaron a Jisoo y levantaron su remera, mientras Jennie me daba la mano y temblaba.

— Bien, veamos — dijo el doctor, puso un liquido y usó una maquinita, luego nos hizo ver en una pantalla —  esa pequeña mancha es tu hijo, apenas tienes siete
semanas.

No voy a mentir, yo no veía nada, pero Jennie y Jisoo lloraban, asi que yo tenía que hacerme la sorprendida.

Salimos del lugar y fuimos al centro comercial, mis tres acompañantes querían ir a comer.

Mientras comíamos Jisoo me pidió ir a ver la casa y eso hicimos, su casa estaba en el mismo lugar privado que la casa de Daniel, era impresionante.

— ¿No íbamos a ver la casa? Por qué vamos a la de Daniel — pregunto jisoo.

— No vamos a la de él, pero la tuya está a su lado.

Sus ojos se iluminaron al ver la casa.

— No puede ser — dijo en un susurro.

Entramos y era perfecta, no sé podía esperar menos de ella.

Vi a Jisoo y a Jennie con una sonrisa increíble, fueron a una de las habitaciones y comenzaron a planear todo para el bebé, hacía mucho nos las veía así y no iba a
dejar que nada lo arruine.

No sé que vaya a venir más adelante, no sé si las cosas vana ser fáciles o se van a complicar, pero hermanita, te prometo que nunca va a faltarles nada y voy a cuidar a tu hija como si fuera mía.

Fin