traffickers™ (Adaptación Jenlisa)

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Primera parte..

Llevábamos viajando mucho tiempo, creo que han sido horas, no lo sé, intenté dormir un poco, pero ni eso puedo.

Crei que mamá se iba a enojar, pero nunca pensé que iba a querer mandarme a otro país sólo para que no vea a Lisa. Sólo ella y yo sabemos lo que sentimos y lo
feliz que nos hacemos, no van a arruinarlo.

— ¿Estás bien?— preguntó -No has molestado en todo el camino.

— Estoy bien — sonreí y ella respondió igual.

Su sonrisa no tiene comparación con nada, cada vez que la veo sonreír siento que me provoca escalofríos por todo el cuerpo.

— Descansa un poco — dijo y eso hice, mis ojos se sentían cansados.

Poco a poco fui quedando dormida.

Narrado por Lisa :

Jennie dormía y no podía evitar mirarla, su piel parecía de porcelana, su nariz estaba un poco roja por algunas lágrimas que soltó pero que contuvo al fin para que no sea un llanto, su boca estaba semiabierta y moría por besarla. Todo en ella era perfecto y no me había equivocado al pedir que sea
mi novia, es toda mía y eso me enorgullece.

Al decir lo que dije esta mañana esperaba algunos gritos pero supuse que al final lo entenderían, pero no fue así, no quería ocasionar problemas entre ella y su madre, sólo quería poder ser feliz con Jennie
libremente.

Mi teléfono comenzó a sonar, era una llamada de Rosé.

*llamada telefónica*

— ¿Hiciste todo lo que te pedi? — pregunté.

— Todo listo — respondió — Está todo increíble.

— Muchas gracias, sabía que podía corfiar.

— ¿Están mupy lejos de aquí?

— No, solamente unos pocos kilómetros.
— Los espero.

*fin llamada telefonica*

Seguí conduciendo hasta llegar a mi gran sorpresa para ella, sabía que estaba triste, así que antes de salir le pedí a Rosé que me hiciera un favor.

Tiempo después, ya habíamos llegado.

— movía su cuerpo delicadamente.

— Despierta.

Fue abriendo sus preciosos ojos hasta despertar por Completo.

— ¿Dónde estamos?—  preguntó — ¿Ya oscurecio?.

— Ven — tomé su mano y la hice bajar.

Le di un abrigo porque había comenzado a hacer mucho frío

— ¿Puedo saber dónde me trajiste?.

— No te puedes quedar callada un segundo- dije riendo.

Comenzamos a caminar y nos acercamos a un increíble yate.