Todo en ella es perfecto , su cabello , su cuerpo , sus ojos , sus labios , sus Celos . Cada parte de ella se acopla perfectamente tanto que gracias a esa hermosa combinación de riesgo y amor hizo que caerá en las garras de una traficante .
Lisa la...
Yo contigo me siento segura Lisa, no tengo miedo. Eran las cuatro de la madrugada y ninguno de las dos podía dormir, su brazo me rodeaba y mi cabeza estaba apoyada en su pecho, escuchaba su corazón latir con tranquilidad después de mucho tiempo.
— Siempre te voy a cuidar pequeña.
Estaba oscuro en la habitación, pero podía notar lo tensa que estaba, necesitaba hacer que se relaje un poco.
Una sonrisa de maldad se posó en mi rostro y ágilmente me subí sobre ella , la luz de la luna daba justo en su cara y podía ver su asombro.
— ¿Qué haces?— dijo.
— Te extraño, necesito tenerte lo más cerca que sea posible.
Comencé a besar su boca, su cuello y fui bajando lentamente por su pecho, acariciaba cada espacio de su cuerpo, sus manos fueron a mis piernas y me presionó con fuerza a ella.
— No.no podemos Jennie — no le respondí — Pueden estar mirándonos.
— Entonces que disfruten el show.
Me saqué la remera que llevaba de ella y la tiré a algún lado de la habitación. me miraba con sus hermosos ojos claros, me admiraba, me deseaba y me eso me encanta, yo amo cuando Lisa me mira así.
Pude ver que ya no aguantaba más, me recosté sobre ella para besarla, nuestros pechos desnudos chocaban, el calor de su cuerpo y su respiración agitada me hacían dar cuenta de que por un momento se estaba olvidando de todos los problemas, hasta que no aguantó más.
Me giró para quedar sobre mi, tenía una vista perfecta de todo su cuerpo, dominaba la situación igual que siempre.
Agarró mi cabello y lo tiró suavemente para comenzar a besarme como nunca antes lo hizo, era con rapidez, con dulzura y con deseo, mucho deseo.
Provocaba cortocircuitos por todo mi cuerpo, se sacó su ropa y ahora si estaba completamente desnuda.
— Te amo — dijo en mi oído mientras sacaba mi ropa interior y abría mis piernas para ponerse en medio de ellas.
Buscó entre sus cosas, agarró su billetera y sacó un pequeño envoltorio, lo abrió y se lo colocó.
Sus ojos estaban más oscuros de lo normal y las venas de sus manos se marcaban.
Besó mi frente y se adentró en mí, al hacerlo ambas gemimos de placer, comenzó despacio y cada vez iba más fuerte.
Ninguno hablaba, solo nos besamos con desesperación y acariciamos nuestros cuerpos.
Lo que Lisa me hace sentir nunca nadie lo hizo, quiero tenerla así siempre.
Los gemidos inundaron la habitación hasta que de un momento a otro Lisa cayó rendida sobre mi y me abrazó.
— Te necesitaba tanto — dijo un poco agitada.
— Y yo a ti, no quiero que nada nos separe nunca.
— Nada lo va a hacer.
Agarró mi mano y me hizo parar de la cama. — ¿A dónde vamos?.
No dijo nada, solo me guió hasta el baño, llenó la bañera y nos metimos dentro.
Yo le daba la espalda y con una esponja comenzó a lavar todo mi cuerpo con delicadeza, luego de estar un rato así, me recosté sobre ella y me abrazó, me abrazó tan fuerte que parecía que iba a romperme.
Como media hora después salimos de bañarnos, fue a su cuarto a buscar ropa interior limpia, yo hice lo mismo y al regresar me entregó otra remera de ella.
Ahora sí nos acostamos a dormir, después de varios días pude verla relajada , pero no me soltaba ni un segundo.
— Sé que te lo dije muchas veces, pero te amo pequeña.
— Yo te amo a ti mi amor.
Y pocos segundos después se durmió, se que no estuvo durmiendo y esto era lo que yo quería, verla tranquilo.
Hoy me hizo el amor de dos maneras distintas, la manera común y otra que solo muy pocos conocen.
Me acarició el alma con cada beso y cada abrazo que me dio en la bañera.
Hay muchas maneras de hacer el amor y con ella es imposible elegir una.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.