Todo en ella es perfecto , su cabello , su cuerpo , sus ojos , sus labios , sus Celos . Cada parte de ella se acopla perfectamente tanto que gracias a esa hermosa combinación de riesgo y amor hizo que caerá en las garras de una traficante .
Lisa la...
— Ve a cambiarte Jennie, ¡YA!— mi corazón se estaba acelerando con tan sólo verla vestida así, si eso me provoca a mi, me imagino a los demás.
— Ayyy, deja de gritar — respondió — Vamos amargada , ya estoy lista.
Tomo mi mano y me guió escaleras abajo, yo no reaccionaba, tenía una vista perfecta a todo su cuerpo.
Su pelo iba alocado, algo que me encantaba como le quedaba, llevaba un intento de top que no le cubryia nada y una pollera demasiado corta que mostraba sus perfectas piernas, con los zapatos que llevaba por poco me alcanzaba en altura.
Está matandome y no exagero.
Llegamos al final de las escaleras y la detuve, no podía contenerme, me aferre más a su pequeña mano y la acerqué a mi, sentía su pecho contra el mio subir y bajar, coloqué mi mano en su cintura, no quería soltarla.
No sé que está pasándome, últimamente quiero estar tan cerca de ella como pueda y eso me altera.
— ¿Qué pasa Lisa? — intentó alejarse — Tenemos que irnos.
— ¿Estás nerviosa niña? — pregunté y me acerqué más a su boca — Puedo notarlo.
Volvió a reírse en mi cara.
— Deja de decir estupideces — la dejé alejarse — Vamos.
Subimos al auto, nadie dijo nada más, de a momentos miraba sus piernas y creo que lo notó.
— ¿Te gusta lo que ves? — comenzó a levantarse la falda y acercarse a mi, la manos comenzaban a sudarme y mi respiración aumentaba de ritmo.
Poco a poco se acercó y beso mi cuello.
Suficiente.
Detuve el auto de golpe y me giré a verla, agarré su cara y cuando iba a besarla giró su rostro y volvió a sentarse, se reía con superioridad.
Nadie hace eso conmigo niña.
No dije una palabra más y seguí conduciendo.
Después de un tiempo llegamos al lugar y bajó conmigo, el hombre de la puerta me reconoció y nos dejó pasar rápidamente.
El lugar estaba repleto de alcohólicos, en su mayoría eran todos delincuentes, observé como miraban a Jennie y vi como ella se auto-abrazaba cubriendo su cuerpo, sin pensarlo pasé mi mano por su cintura, ella se acurruco en mí y rápidamente dejaron de observarla.
— De verdad te tienen mucho miedo aquí.
— Algo así, son mis compradores, me conoceny yo tengo mucha información sobre ellos y su familia, de alguna manera me respetan.
— ¿Matariasa su familia? — se alejó.
— No, pero ellos no lo saben — sonreí y ella hizo lo mismo, volví a tomarla de la cintura.
Llegamos a una puerta que llevaba a un sector privado, ahí nos esperaban Bam y Rosé que nos miraron con sorpresa.
— ¿Qué hacen tan abrazados? — habló Bam.
— ¿Eso te importa? Deleitate con el cuerpo de Jennie — si, ahora Rosé — Esperen, qué hace ella aquí y vestida asi? Es peligroso.
— Eso mismo dije — respondí — Pero nadie se lo hace entender.
— Ya basta, dónde tenemos que ir?— nosotros seguíamos abrazados, ella parecía estar cómoda.
Abrieron una puerta y comenzamos a subir hacía donde estaba esta gente.
Abrí la puerta y me aferre más a ella, había cinco hombres de traje tomando el whisky más caro y su mirada fue directo a Jennie.
— señorita Lisa — saludó uno.
— Parece que la están pasando bien.
— Sí y parece que la pasaremos mejor, trajo a una de sus putas.
No dijo eso. Solté a Jennie y la deje junto a bam y Rosé.
Fui hasta donde el imbécil estaba sentado y puse mis manos a cada lado de su asiento.
— Vamos a aclarar algunas cosas si vamos a trabajar juntos — mi mandíbula estaba tensa y sentía bajo mi ropa como las venas de mi brazo se marcaban más de lo normal — Ella no es una puta, es mi socia y por si no lo notaste, es mía y lo mío se respeta.
Tomó un trago de su bebida y asintió, no dijo nada más.
— Si ya terminaron las estupideces, comencemos a trabajar — en mi pecho se podía notar la rabia que tenía.
Jennie se acercó de nuevo a mi, pero tomó mi mano, me hizo recordar cuando mi madre lo hacía. Poco a poco sentir la suavidad de su mano fue calmandome.
Pero al girar mi rostro vi a bam, se veía la ira en sus ojos, no quería soltarla, pero lo hice.
Seguimos haciendo nuestro trabajo, los cinco hombres presentes quedaron maravillados con nuestro producto, firnmaron el contrato y nos despedimos como si nada hubiera pasado.
Nuevas personas que me respetan, vamos a subir mucho.
Salimos del lugar, nos despedimos de los chicos y subimos a mi auto. Al poco tiempo de conducir ella habló.
— Gracias — la miré confundida — Por defenderme como si te importara.
Si me importas.
— De nada Jennie — sonreí, no puedo creer lo fácil que me saca una sonrisa.
— Aunque yo no soy tuya — dijo riendo, su perfecta risa.
Está volviéndome loca.
Detuve el auto y me giré a ella, tomé su rostro en mis manos, ninguna hablaba, sólo nos observabamos y sentía su perfecta piel.
Comenzó a cerrar su ojos, pero no podia besarla, el rostro de Bam venía a mi mente.
Sólo me acerqué a su oído y susurre.
— Vas a ser mía Jennie.
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