𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐

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Todo una pesadilla. Una pesadilla de invierno.

Mi ventana está abierta y entra un brisa congeladora. Corro a cerrarla y pienso en el sueño, o en la pesadilla.

Que tu pasado te persiga puede ser bueno o malo.

Para mí era malo.

No me dejaba ser feliz, no me dejaba volar. Siempre tenía algo que me impedía olvidar.

Era increíble que el primer día de invierno ya tuviera ese tipo de pesadillas. El frío me recordaba a esa temporada en Italia, a esos días de mierda.

A él.

Todo fue una rutina pero cuando vi a Giorgia a las puertas del teatro.

-Nos vamos de compras.

-No por favor, es viernes. Quiero usar mi día libre para descansar.

-Por eso. Nos vamos de compras, compramos cosas nuevas y podemos tener un tiempo solas tú y yo como antes en el pueblo.

-Bueno venga, pero solo porque quiero ver una tienda de música, a ver si está abierta.

-Vámonos.

Tuve que conducir yo porque ella había venido andando. Cuando llegamos prácticamente me arrastro a la primera tienda que vio.

Estuvimos quince minutos mirando a misma ropa.

-La tienda de música está cerca, ¿te parece si voy y quedamos en el Starbucks?

-Venga, ve. Pero sin ti me compraré muchas cosas sin control.- dijo haciendo un puchero.

-Cómprate todo lo que quieras, yo te invito al almuerzo.

-La mejor amiga de todas.

Me abrazó y me dejo marchar.

Un chico chocó conmigo justo en el brazo que tenía el bolso haciendo que se cayeran algunas cosas.

-Maleducado.- murmuré cuando ni siquiera se paró a pedirme perdón.

Empecé a recoger todo lo que pude y hubo una chica muy amable que me ayudó.

Seguí mi camino tranquila.

-Señorita, oye.- escuché a mis espaldas pero no pensé que fuera para mi.- Coraline.

Ese acento. La manera correcta de decir mi nombre. Mi nombre.

Su voz.

Y esto ya no era un sueño.

Me giré encontrándome su figura frente a mi. El mismo escalofrío recorrió mi cuerpo.

Ya no podía huir.

Aún podía correr.

Pero mis pies no reaccionaban.

-Se te ha caído esto.- me dijo ofreciéndome un pequeño bote.

Era un gloss que me había regalado Joshua. A la mierda.

-Te lo puedes quedar, gracias señor.- dije fingiendo que no le conocía.

-No finjas que no me conoces preciosa.

-Coraline.- miré a mi amiga saliendo con las manos vacías.

-Hola, ¿ya has terminado?

-Es que la ropa era muy fea. 

A buenas horas se da cuenta.

-¿Y quién este bombón tan guapo?

-Es un chico que me ha ayudado. Se me habían caído unas cosas y él me ha dado el gloss.

Le arranqué de las manos el gloss con la sonrisa más falsa que nunca había puesto.

-¿Entonces no le conoces?- negué enérgicamente.- ¿Y tú estás ocupado bombón?

-De hecho sí, lo siento.

¿De verdad?

Coraline cállate que hasta hace un tiempo tú también tenías pareja.

No em lo recuerdes consciencia. Me arrepiento de mis pecados, uno de ellos salir con el niño ese.

-Yo no me meto con un hombre ocupado, vámonos Coraline.

-Gracias.- le digo.

Le doy una mini sonrisa.

-Siempre es un placer.

Hace una especie de reverencia.

Mientras caminamos miro el gloss en mis manos.

Quería deshacerme del bote de mierda pero ahora lo había tocado él.

-No seas obsesa.-me dije a mi misma

-¿Has dicho algo?

-No.- dije tirando el gloss en la primera papelera que se me cruzó.

-Bien, vamos a la tienda que decías.

¿Puedo tener un peor día?

-Cerrado los viernes, genial.

-Ya vendrás otro día.

-Sí supongo.

-Vamos a seguir comprando. Necesitas ropa de abrigo.

-Vale.- dije no muy convencida de querer seguir comprando.

Y bueno su frase "necesitas ropa de abrigo" se convirtió en "necesito comprar media tienda"

-Giorgia, vamos a comer algo y ahora volvemos.

-Venga pago esto y nos vamos.- dijo como si ella fuera la que estaba cansada.

Me senté en el suelo mientras veía a mi amiga coger como cuatro prendas de ropa y yendo a la caja.

Muchos hombres se quejarán de que sus novios tardan en comprar, pero no han estado con Giorgia.

Se arrancarían los pelos al primer minuto.

 Doy gracias a quien sea por no haberme quedado ya calva.

Salgo de la tienda con una bolsa que no me pertenece y mi amiga con otras dos.

-¿Pero cuánto has comprado?

-No lo sé. ¿Pero eso importa?

-A tu bolsillo creo que sí.

-No me he comprado tanto, ni que hubiéramos ido a Prada o Gucci.

-Pues con todo lo que te has comprado aquí casi que lo prefiero.

En el Starbucks pude relajarme un poco y escuchaba todo lo que me contaba mi amiga sobre su semana. 

-¿Qué tal tu semana?

-Bueno, es invierno.

-Ah bueno, no me había dado cuenta.

Brividi ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora