ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟚

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4 semanas después...

Metió 2 de los libros favoritos de su autor favorito: Emilio Marcos. Y el libro del que le reclamaría por el final triste que tanto lo desgarró.

También añadió la billetera a su mochila y el boleto de autobús y pasaporte.

Todo cambiaría luego de despertar de esa horrible pesadilla en la que había vivido desde que su madre, Elizabeth, murió. Ella creyó en su hermana y en que, lo cuidaría. Y Joaquín se sentía tan mal por la ingenuidad y bondad que su madre tenía antes y hasta después seguramente de la muerte.

Seguramente de ella heredó toda su personalidad, ya que... de su difunto padre heredó todo el físico. Quién murió "misteriosamente" meses después de casarse con la hermana de Elizabeth. Ambos tuvieron un amorío en secreto frente a su madre y ella no se daba cuenta y él como cualquier niño se quedó callado.

Y ahí estaba. Frente a la puerta de su habitación, esperando a una señal elocuente que le dijera: "No sobrevivirás allá afuera. Por favor, no hagas ésta tontería". Ó la simple frase que siempre se hacía presente en su mente: "Nunca has salido afuera, Joaquín. No sabes lo que habrá después de esa puerta. Si aquí adentro eres cualquier cosa... imagínate allá"

Frunció el ceño y abrió la puerta de golpe. Acomodó su mochila en su espalda y casi corrió a bajar las escaleras. Atravesó la sala y cuándo estaba a punto de abrir la puerta principal... :

"Vaya, vaya... ¿Quién lo diría?" Escuchó una voz grave y femenina desde el sofá familiar. "Después de todo lo que hemos hecho por tí, ¿Así nos pagas?" La voz de su tía, Vanessa. Sonaba tan ofendida. "Eres tan estúpido cómo tu madre, querido" menciona con sorna, se levantó del sofá y caminó hasta él, amenazante.

Quiso llorar, realmente quería vaciar todo lo que en la noche que lo violaron no pudo. Pues, se encontraba tan concentrado en planear su escapatoria cómo para haber vaciado sus ansias depresivas. Pero bueno, de nada sirvió... todo se había arruinado.

"Tía... y-yo" quiso decir.

"Oh, yo no soy tu tía, mocoso" se cruzó de brazos "Oh, bueno, Joaquín... mira, cariño... así es la cosa. Tú sales por esa puerta y dejas de existir para nosotros. Si dejas ésta tontería de hacerte el valiente y entras a tu habitación..." frunció sus hombros "Pues, ganas con nosotros"

Pensó: 'No, Joaquín... no hagas caso. Te someterán nuevamente y te explotarán físicamente'... 'Ella tiene razón... no sobreviviría ni una noche afuera, ¿y si lo hago qué? ¿A dónde iría después? Quizás Emilio no es la persona que creo que es y me rechaza. ¿Y si no? Pues, ¿para qué querría tener a un mocoso cómo yo?

"Vamos, Joaquín..." dijo tendiendo su mano "No hagas ésto más difícil, cariño" correspondió el agarre y ella cerró la puerta a sus espaldas "Eso es, querido. Te aseguro que no querrás terminar cómo ella"

Todo de él se paralizó.

"¿Ella?"

"Sii..." tan tranquilamente mencionó "Es decir, no te creerás ese cuentito de que ella solita se resbaló por las escaleras, ¿Ó si?" Lo vió a los ojos y sintió su mirada arder sobre él. "Te diré algo, Joaquín" seriamente su cara maléfica apareció. Se acercó a su oído y él no pudo hacer más que congelarse en su lugar "Tú puedes ser muy mi sobrino, pero... ELLA era mí hermana y si a Elisabeth la pude someter a mis órdenes, ¿En verdad creés que a tí no?"

"No..." no podía creer lo que estaba escuchando. Toda su niñez, su adolescencia... la había pasado con hartos engaños. Su tía había empujado a su propia hermana por las escaleras. A su mamá que siempre significó todo para él.

Bajo El Mismo Cielo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora