ℂ𝔸ℙÍ𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟚𝟜

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Por Emilio

Casi por enésima vez dí un par de vueltas sobre la cama intentando si quiera encontrar un poco de comodidad ó tranquilidad, sin embargo, luego de aproximadamente 5 años de recuperarme de una casi insuperable depresión que dejó cómo secuela la muerte de mi mamá, volví a recaer. Pese a que tuve la gran suerte de haberme encontrado con un par de ojos mieles que me ayudaron a levantarme. Sin embargo, ahora no tenía a nadie.

Casi 3 meses de no saber nada de Joaquín. La preocupación y la culpa me carcomían despiadadamente, pero la tristeza y la depresión que sentía eran más fuerte que cualquier cosa en esos instantes.

Todo lo que en un pasado quedó atrás, en el presente... me atacaban con nuevas armas y más debilidades en mí.

Todos los días Diana me recordaba que siempre quedaban personas cómo dulces secuelas que me amaban. Pero, eso no era suficiente para mí.

Estaba más delgado. Me sentía más débil. Cuándo quería tomar duchas, me tomaba un tiempo de analizarme y me daba cuenta de muchas cosas que habían cambiado repentinamente en mí:

Mis brazos tiraban la carne en busca de alivio, pese a las cortaduras que habían en éstos. Mi cabello antes largo, ahora se encontraba en un moroño de enredos cortos. Las costillas en mi abdomen eran visibles para cualquiera al levantar mi camisa. Bajo mis ojos se encontraban feas y atemorizantes ojeras oscuras.

Hasta yo temía de mí mismo.

El rechinido de la puerta al abrirse se hizo escuchar cómo un eco en toda la habitación. Sin embargo, no fué un motivo para que yo levantara mi cuerpo y girara mi rostro.

"Te dije que quería estar sólo, Diana" juzgué perezoso con mi boca apresada entre las sábanas que impidieron un tono más demandante en mi voz.

"Pero yo no soy Diana" escuché. Abrí mis ojos excesivamente e intenté estabilizarme en la cama rápidamente sin sentir dolor al hacerlo, aunque todo el esfuerzo fué en vano. Todo mi cuerpo gimió de sufrimiento.

Frente a mí había un niño. Cabello color castaño hecho en rizos, ojos mieles, labios rojos y rellenos... No podía ser Joaquín.

Sentí mis ojos arder y cristalizarse hasta llenarse de agua y privarme de la vista, sentía cómo cada partícula de mi corazón se hacía en trocitos nuevamente para volver a posicionarse en su debido lugar.

Seguramente estaba volviéndome loco. Tanto tiempo a solas seguramente estaba dejando cómo resultado alucinaciones en mi mente. Reflejando lo que yo deseaba ver.

Me lancé a la cama y empecé a sollozar desconsoladamente. Temía que me estuviera volviendo loco. Temía por mi existencia ó la de las personas a mí alrededor.

"Emi..." volví a escuchar.

Presioné mis ojos hasta que dolieran de tanta fuerza abrupta usándose sobre ellos. Sentí un cuerpo sentarse a mí lado hasta hacerme mover por el peso entre las sábanas. Empecé a negar repetidas veces sobre el colchón hundiendo mi rostro en él hasta ya no más sentir mi respiración.

"Emilio, mírame" sentí un suave tacto pasar sobre mi brazo y gemí de dolor al sentirlo sobre las heridas profundas. "Emilio... Soy yo, mírame" tomó mi rostro entre sus manos obligándome a verlo a los ojos.

"No... N-no... tú no eres real" lloré.

"Estoy aquí, Emi..." ví sus ojos brillar por la cristalización en ellos y cómo gotas de lágrimas empezaron a caer de su rostro "Joaquín... Y-yo soy y-y estoy aquí, amor"

No pude más. Simple y sencillo; me avalancé a sus brazos, cubriendo mi rostro en su cuello mientras él acariciaba mi espalda bajo la camiseta sin mangas que usaba ese día.
Lloré en él y mis lágrimas contagiando a las de él se unieron, casi formando un mar de agua salada sobre ambos.

"Yo soy real... y estoy aquí, mi Emi... Para tí... Siempre... perdóneme, por favor..."

"No te vayas, Joaquín... Por favor" rogué aferrándome a él. En ese momento no pensaba en que podría estarlo lastimando con mi agarre; sólo pasaba por mi mente en herirme con mis propias palabras. "No me abandones. Eres lo único que me queda... N-no te vayas..." agarré con fuerza su camisa y sollocé con todas mis fuerzas.

Pasamos un momento así. Simplemente escuchando los lloriqueos por parte del otro. Hasta que fué el turno de él romper el silencio.

"Te amo, Emilio..." se expresó llevando mi cabeza a profundizarse más en su cuello   "Antes de que sea tarde... quiero decirte que no me arrepiento de nada de lo que he pasado contigo..." levanté mi rostro y por alguna razón admiré su rostro triste que aún permanecía hermoso.  "Perdóname..."

Analicé todo su rostro, desde cada ceja hasta... sus labios. Me acerqué a ellos e hice lo que tanto anhelaba desde mucho. Lo besé sin importar qué tan resecos y dolorosos se sentían mis labios bajo los de él.

"Yo también te amo, Joaco..." dije entre el beso sin despegarme ni un sólo instante.  "Nunca dejaré de hacerlo... ni tampoco de decírtelo"  Tomé sus mejíllas y profundicé el contacto entre ambos. 

El beso no cambió a uno apasionado ni a uno que mostraba calentura. Sin embargo, no necesitamos que esas cosas aparecieran para demostrarnos amor y nuestra cercanía.

Yacía él debajo de mí.  Recorrí con mis labios cada detalle del rostro de Joaquín, dejando pequeños besitos en él.
Bajé a su cuello, sacando bajos, pero claros suspiros por parte del chico. Acaricié su abdomen bajo la camisa y perfeccioné su cintura mientras regresaba a sus labios.

Quitó mi camisa en un intervalo de tiempo gimiendo un poco desesperado, haciéndome sonreír por primera vez luego de varios meses sin ni siquiera mover la comisura de mis labios.

Me detuve para observarlo detenidamente para después de segundos volver a presenciar su mirada conectándose con la mía.

"Todo de mí depende de tí, Joaquín... Mi vida sin tí no es vida... sólo estaría respirando".  Luego de expresarme, volví a su cuello, deleintándome de su olor, de su textura, de su contorno facial. Todo de él era perfecto.

"Sólo déjame amarte para volver a iniciar todo de nuevo... Si me dejas sanar t-tus heridas... aprenderemos a amarnos y a que de nuestros c-corazones emaane felicidad"

"Tú eres mi felicidad, Joaquín... nada más. Ni siquiera tener mi corazón sirve para algo si no es para amarte sólo a tí..."

Seguimos

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Seguimos.....

Awwwww ya están juntos de nuevo.

La próxima será ya su gran final.

Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

Bajo El Mismo Cielo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora