Harry había planeado cada detalle de las vacaciones por lo que estaba seguro de que nada se le iba a escapar.
Pero se da el gusto de relajarse, cuando dan el primer paso hacia la habitación cómoda que se destribuye por zonas, una mesa como un agradable comedor, dos baños y dos camas lejanas una de la otra. Lissa tiene su propio espacio, dónde puede estar tan cómoda como ella lo necesite.
Harry siente una presión en su pecho cada vez que ve lo feliz que es su hija, porque ella está recibiendo todo el amor que una niña —y cualquier menor— merece tener del mundo.—Es demasiado rápida, ¿Por qué es tan rápida? —preguntó Draco de pronto, a su lado, mirando como la niña corría hacia el ventanal para ver la ciudad desde lo alto.
Y Draco tiene razón, hacia muy poco con suerte Lissa podía ir de un lado a otro sin que uno de ellos no la ayudará.
—Oye. —dijo Harry de repente, mirando a su esposo de pie junto a él, Draco le miró algo confundido por el repentino cambio de tema. — Te amo.
Su confusión cambio de pronto a una sonrisa, y sus mejillas se sonrojaron como si fuera la primera vez que escucha esa palabra de su esposo, puede que tenga que ver con la edad. Entre más tiempo pasa, más sentimental se pone.
—Yo igual, te amo, Potter. Pero, considero que es momento de ordenar todo esto, ¿No crees?
Harry asintió. De pronto cuando sus ojos viajaron hacia el ventanal, Lissa no está. El pánico se apodera de él, porque la ventana está abierta y una fría brisa entra a la habitación. Caminando rápido, llega al gran ventanal que tiene un balcón, ¡Pero no hay rastro de Lissa! En ese instante siente que el mundo se ha hecho muy grande y que todo está perdido, se acercó con temor a la orilla mirando la larga distancia que había de ahí al piso de concreto.
—¡¿Lissa?! —exclamó.
Draco que estaba tratando de ordenar sus camisas, sintió una especie de pánico compartido. Es que recién se dió cuenta de que Lissa no estaba en donde se suponía que debía estar, porque es muy rápida para que sus padres puedan seguirla.
—¡Lissa! —gritó Draco, mirando de un lado a otro en lugar.
Esta a punto de salir al pasillo cuando una vocecita llama la atención de ambos.
Harry empuja a Draco caminando de prisa hacia donde escucha el ruido, y ante el empujón Draco cree que tiene que ver con una especie de karma. Ya sabes, los nueve meses del embarazo y aquella vez que la estropeó con Harry por decirle: cerdito sexy.
Eso pasa por andar escuchando piropos mal inventados de niños de tercer año.Harry se detiene cuando ve lo que su hija está haciendo, al parecer ella escuchó atentamente todo aquello sobre ordenar la ropa de las maletas, porque está dejando un par de suéters en el armario. Y, por lo visto Lissa ha escogido la habitación grande. No, más específicamente la cama grande.
—Cariño, está es la cama mía y de papá. —habló Harry, dejando ir el temor que había sentido hacia unos minutos atrás.
Lissa elevó su cabeza, mira un rato la cama donde reposa su maleta.
—Tío Fred dijo, que quien se perdió por andar tras dragones, perdió su puesto sin objeciones.
Draco, quien alcanzó a escuchar eso, solo puede pensar en que ese par de gemelos con cabello de zanahoria lo único que hacen, es tratar de hacerle la vida miserable y eso que ahora se llevan bien. ¡Para amigos como estos, para que quiere enemigos!
—Bueno, sí. Pero somos grandes, necesitamos espacio. —añadió Draco, elevando una de sus manos sobre su propia cabeza, especificado lo alto que era.
—Pero ustedes no necesitan saltar, ¡Yo sí!
—Oh, pero hija. Yo si quiero saltar sobre...
Harry giró su rostro hacia Draco, mirándolo fijamente, si se le ocurría decir una sola palabra estaría en problemas.
—Hagamos un trato. —su voz sonó exactamente igual a cuando negocia con magos y brujas peligrosas. — Hoy duermes ahí, y los otros días en la otra cama. ¿Te parece? Porque si no me caeré al suelo, y sé que no quieres que me lastimé.
Claro, que no quiere que uno de sus papás salga lastimando, así que Lissa agranda los ojos. Si Harry se lástima, no habrá forma de salirse con la suya porque estará lejos en San Mungo.
Draco por otro lado, se siente algo indicando, porque él sabe perfectamente que solo él cayó un par de muchas veces de la cama, y no por estar pasándola bien.
Aunque una vez si se cayó de la cama, tratando de ser sexy. Harry y él habían estado algo ansiosos de tener intimidad, Lissa de dos años se había quedado en casa de Molly. Y bueno, aquella noche, mientras Draco susurraba sintiéndose jodidamente atractivo y Harry se inclinaba sobre la cama, con rodillas y manos sobre el colchón, algo no pasó como debía.Harry estaba listo, pero la sensación jamás llegó, solo fue un gritito, para luego mirar sobre su hombro y ver a Draco de rodillas en el suelo de la habitación.
Paso de súper caliente a sentir como la risa bajaba todo su deseo ultra intenso.Draco vuelve en si, cuando su hija a aceptando el trato. Horrible trato.
—Me voy a caer de la cama. —aseguró Draco, en un susurro.
Y Harry solo le lanza una sonrisa.
Al momento de la noche, Lissa está acurrucada en sus mantas, la nieve cae afuera de la ciudad y ella tiene la televisión encendida. Sus ojos mirando fijamente la pantalla y sus oídos captando solo el ruido de lo que proviene de ella. Toda la gigantesca cama es suya, y se siente cómoda con su pijama enterito de dragón.
Y aunque sus padres tienen también su propia televisión, Draco está más ocupado manteniendo sus manos debajo de la ropa interior de su pareja, mientras recibe la misma atención.
Al menos hoy no habrá una nariz rota, ni una persona en el piso.N/A: Lissa es mí zona de confort 😭✨✨
Gracias por leer💕💕✨✨
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Serpiente Al Cuidado. |2|
Fanfiction-¡¿Perdiste a Lissa?! Porque ser padre es toda una experiencia, y Draco Malfoy no suele ser una maravilla. Draco Malfoy/ Harry Potter