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(Escena +18) No suelo escribir escenas así, digo, lo hago pero la mayoría son proyectos que ustedes no conocen pero hacerlo acá se me hace raro JSJS. Y me da verguenzaaa AAAA.













—En caso de emergencia no dudes en decirme. —dijo Harry, mirando con preocupación a Dyana.

—Tranquilo, muchacho. No olvides que yo crié a esa hermosa niña que ves allí, sé qué hacer pero sí Lissa desea volver vendré enseguida con ella. Puedes confíar en mí.

Harry sonrió. Antes de despedirse, Lissa recibió un beso en su frentesita y un fuerte abrazo, Draco aparentemente estaba ocupado bañandose, pero seguro sería valiente, Lissa volvería y lo cuidaría de los malandros. Mientras ella no estaba su papá cuidaría de su padre. Todo felizmente calculado.

La pequeña niña de rizos rubios caminó alegre con su nueva amiga, alejandose por el pasillo del hotel hasta llegar al ascensor. Solo serían dos pisos de distancia. Estaría bien.
Apenas perdió a su hija de la vista, cerró la puerta. El agua seguía corriendo en la ducha y si escuchaba atentamente podía oír a alguien tararear.

Una sonrisa adorno el rostro de Harry, caminó hacia el closet de la habitación grande y sacó una pequeña bolsa negra de tela, lo que había guardado en su interior era el tipo de sorpresa que estaba esperando hacía meses poder usar adecuadamente. Por un instante pensó en lo tonto que se sentía por hacer este tipo de cosas con su novio. No. Con su marido, el padre de su hija. Había cosas a las que nunca podría acostumbrarse.
Dejando la verguenza de lado, mirando por ultima vez la puerta que daba al baño, supo que tenía algo de tiempo. Se quitó rápidamente la chaqueta y toda su ropa dejandola doblada sobre una silla. Una vez que estuvo desnudo, comenzó a vestirse con las medias que quedaban a mitad de muslo, era negras y de red pequeña. Luego se puso el resto del encaje.

A pesar de todo los años que llevaban juntos realmente nunca habían hecho este tipo de cosas.

Cuando Draco salió del baño se asustó un poco ante el repentino silencio, caminó con el ceño fruncido hasta la habitación creyendo que su familia aún no llegaba. Apenas entró se quedó quieto en la puerta, mirando con ojos grandes la vista. Harry estaba acostado al medio de la cama, con las piernas sutilmente cruzadas. Draco se olvidó de cómo se respiraba, sintiendo un hormigueo en su cuerpo.

—Creo que te gusta lo ves. —murmuró Harry, con un toque de burla.

El rubio miró hacia su propia entrepierna, la toalla a su alrededor se había elevado un poco justo en esa parte. Se sentía un hormonal.

—Bueno...Es una vista agradable, pero, ¿y Lissa? —interrogó tembloroso.

—Digamos que ella nos ha concedido un tiempo a solas. —sonrió. Elevando lentamente una de sus piernas, viendo como su esposo traga saliva con dificultad.

—Eres incríble, Potter. —murmuró.

—Lo sé. Ahora, cariño cierra esa boca y úsala para otra cosa. —ordenó abriendo las piernas.

¿Y quién era Draco para decir que no a tan agradable petición?

El hombre rubio dejó caer la toalla, escuchando con diversión como Harry soltaba un pequeño jadeo. Se subió sobre la cama, quitando el encaje de su esposo y sin dejar un minuto más enterró su rostro entre los muslos del moreno, haciendolo gemir al instante, sintió un par de manos sosteniendo con fuerza sus mechones, Draco dió todo lo que pudo pero no era suficiente. En realidad nunca tendría suficiente de Harry. Se quitó de pronto, con el cabello desaliñado, un hilo de su propia saliva escurriendo por su barbilla y entonces sonrió de lado.
Sonrió como solía hacerlo cada vez que molestaba a Harry, cuando lo acorralaba en las paredes y simplemente le decía a la distancia "te estoy observando".
Ante esa vista, Harry no pudo aguntar más sostuvo la cabeza del hombre y lo inclinó para besarse.
Se besaron como si no pudieran vivir sin la boca del otro con una desesperación abrumadora.

Siguiendo el beso, Harry invitó a su esposo a recostarse sobre él, abriendo las piernas para darle espacio. Mientras se besaban, Draco bajo una de sus manos, tanteando la entrada de su único amante, los jadeos que hizo Harry fueron tragados por Draco.
Una vez lo suficiente relajado y confiado, el hombre rubio sostuvo su pene con una mano guiandolo a la entrada de su esposo.

—E-Espera. —jadeó Harry. Sostiendo los hombros palidos.

—¿Fue muy duro? —murmuró Draco con la voz ronca.

—No, no. Pero la protección, no estamos listos aún.

—Pero yo adoraría saber que tendrás un bebé. —susurró, sonriendo de lado. Sin embargo, hizo caso a Harry quien le pasó una bolsita metalica, porque usaban preservativo muggle.

Una vez listo, la sangre volvio a calentarse. Draco estuvo dentro de Harry y comenzó a mover sus caderas con fuerza, sosteniendo sus manos a cada lado de Harry, teniendo una vista perfecta del hombre. Sus mejillas rojas, el pelo negro revuelto sobre la almohada, su cabeza girando...Draco Malfoy estaba totalmente maravillado de la vista.
Cuando Harry abrió los ojos, vió la cara consumida por el placer de su esposo, había gotas de sudor en su frente y su cabello platinado humedo era un desastre total, también podía ver la tensión en los brazos pálidos y como las venas se marcaban.

—Más rápido, más rapido. —suplico Harry.

Draco le hizo caso.

—Te amo, no sabes cuánto te amo.

Como respuesta lo besó, envolviendo sus piernas alrededor de su cintura y presionando sus uñas cortas en la espalda llena de pecas.

—Yo te amo más. —jadeo.

Siguieron de ese modo durante toda la noche. En diferentes posiciones.












Yo escribiendo esto:

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Serpiente Al Cuidado. |2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora