Lissa estaba sosteniendo un libro de colorear frente Draco. El hombre le dio un sorbo a su café, mirando de reojo el título “Las Aventuras de Harry Potter y sus amigos”, ¿Qué hacía un libro del mismo Harry como propiedad de Lissa Malfoy Potter?
No recordaba hacer esa compra.—¿Podemos pintar? —preguntó, aunque era una pregunta con trampa, si o si había una señal de que era obligatorio.
—Bueno, siéntate aquí. —señaló, acomodando mejor la silla que estaba a su lado, quitando la toalla que había usado del lugar. Aún tenía algunos mechones mojados.
No faltó mucho, para que la niñita tuviera parte de la mesa, llena de diferentes lápices de colores, de todos los estilos y tamaños. Ahora recuerda mejor en qué clase de cosas habían estado gastado su gran fortuna estos años. Los piesitos, envueltos en unos lindos calcetines de color blanco con diseños de nubecitas, se balanceaban de un lado a otro. Apenas el libro fue abierto, Draco comenzó a pintar, al principio riendo internamente por tal cosas, al final, ya tenía el ceño fruncido buscando entre los colores el celeste indicado. Cuando Harry se sirvió algo de jugo, miró con gracia, como Lissa también tenía una adorable mueca en la carita, similar a la de Draco.
—Espera, dibujaron a Harry con el cabello de Weasley. —dijo el rubio, algo confundido.
—¡Y tía Hermione tiene la cicatriz de Papá! —chilló la niña, riendo. Los dibujitos le divertían.
En cambio Draco no podía creer tal calidad. Realmente hasta él mismo podía hacer un libro, una idea surco su mente.
Apenas dejaron de colorear las dos páginas, se los dos jóvenes adultos comenzaron a levantar la mesa, usando está vez meneos de su varita. Ahora mejor que nada, entendían la magia que solía usar Molly Weasley en casa, cuando debía ordenar cada rincón. Lissa comenzó a levantar sus lápices de la mesa, para llevarlos a su habitación, su habitación era de un lindo color verde limón, que ella había elegido señalando. Harry no pudo negarse, le gustaba que su hija pudiera expresarse, como él en su niñez no pudo.Lissa acomodó cada estuche de lápiz en su escritorio, siendo especialmente cuidadosa, todo lo que una pequeña de cuatro años podía. Guarndo también el libro de colorear en su mini estantería que Ron y Draco habían querido realizar con sus propias manos, como un regalo.
Estaba demasiado concentrada, tanto que termino observando un libro de imágenes que encontró, se sentó en su piso alfombrado. Mirando con atención cada pintura. Escucho unos ruidos fuera, pero decidió no preocuparse demasiado por eso, a menudo sus papás jugaban a las cosquillas sin invitarla, debía ser eso.Aunque luego de que Draco y Harry, terminarán de lavar los trastes, y dejar algunos lavando gracias a la magia. No pudieron evitar besarse, acercase de a poco al cuerpo del contrario, mientras que las manos se habían perdido debajo de la ropa. Buscando contacto con la piel.
—Te amo mucho, ¿Lo sabes, no? —murmuró Draco. Llevando al moreno, hacía la superficie del mueble de la cocina.
—Si si si. —respondió de forma rápida, moviendo la cabeza también de forma rápida. Volviendo a besar la boca de su esposo. Poco a poco, algunos ruidos comenzaron a salir, y un movimiento de caderas que parecía intensificarse inicio.
Harry ya estaba sentado encima del mueble, con las piernas abiertas y con Draco entre medio, pasando sus manos por la espalda del rubio. Estaban entrando en una burbuja de intenso calor, que no quería detenerse. De pronto el moreno se separó un poco del beso, acomodando sus lentes y observando por el pasillo si había algún rastro de Lissa, también se concentro en oírla, cuando se escuchó una risita, comprobando que la niña estaba muy ocupada entreteniéndose con algo, la tensión que también Draco estaba conteniendo se disipó. Ambos volvieron a lo suyo. Votando casi sin querer una taza.
Cuando la chimenea dio la señal de que había visita, Lissa dejo el libro en la alfombra corriendo con una sonrisa, por el pasillo, sabiendo de forma rápida, apenas el olor de galletas llego, que su tío Weasley traía la receta especial de la abuela Molly. A la pequeña no le parecía extraño, que sus padres no estuvieran por ningún lado.
—¿Dónde está mí sobrina favorita? —preguntó la melodiosa voz de Hermione, caminando al encuentro de la niña.
—¡Aquí estoy tía, Herms aquí! —chilló, elevando sus dos bracitos.
Apenas hubo mencionado sus palabras, Lissa se aferró al cuello de la mujer, gozando de la triste mirada que su tío Ron ponía, porque resultaba no ser él, el tío favorito. Fue ahí cuando los adultos que habían llegado, fruncieron el ceño, observando la ausencia de los padres en casa.
Cómo si hubiesen hecho un llamado telepático, de una de las puertas salieron Draco y Harry, exactamente de la puerta que daba al baño del pasillo. La sonrisa nerviosa de Harry, junto a su rubor, y el cabello demasiado salvaje, junto a lo que parecía ser un golpe en la nariz, llamaron enormemente su atención.—Necesitan vacaciones. —señaló Hermione, dejando a Lissa en el piso nuevamente.
—Al menos sabemos en qué sitios no hacerlo. —habló Draco, buscando su varita, mientras aún sostenía su nariz.
—¡Por Merlín! No den detalles, por favor. Por nuestra amistad, Harry. —alegó Ron, dejando una bandeja de galletas encima de la mesa de la cocina.
Mientras de manera silenciosa, Lissa se escabullia, para acercase lentamente hacía las galletas.
—¿Hacer qué cosa? —preguntó de pronto.
—Pues escabullirse para tomar las galletas. ¡Eso está mal hacerlo!
—¡Pero yo no como galletas en el baño papá! —se defendió la niña, logrando sostener en sus manos, unas tres deseos y ricas horneadas, con chispas de chocolate.
N/ A: Empecé este capítulo en la cima y caí en picada u.u igualmente no sé escribir lemmon y todo eso, pero cuando las vacaciones de ellos empiecen intentaré hacerlo. Igualmente, les advierto, no esperen la gran cosa de esas escenas, soy todo un desastre haciéndolas. Hasta aquí mí reporte, ojalá disfrutarán este capítulo, luego de este al menos los chicos tendrán un descanso, quizás e.e las cosas no siempre suelen ir bien para Draco jsjsjs
Nos vimos, besitos y gracias por leer 💕
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Serpiente Al Cuidado. |2|
Fanfic-¡¿Perdiste a Lissa?! Porque ser padre es toda una experiencia, y Draco Malfoy no suele ser una maravilla. Draco Malfoy/ Harry Potter