La vida familiar, siendo tan joven, con un puesto de trabajo que recién construía un camino laboral y una chica pequeña. Era cansada y a veces estresante. Pero las cosas buenas llegaban, después de estar despierto hasta tarde, evaluando informes —Draco por su parte, médicos— y Harry, de dudosa procedencia. Un espacio libre, era como una magia brillante que hubiesen hecho hace mucho, si no fuera ilegal.
Las vacaciones, esas que con solo pronunciar las sílabas, parecían traer relajación. Draco paso las vacaciones en diferentes lugares, ciudades diferentes a la anterior, no era por presumir, pero quizás si conocía el mundo mejor que nadie. Aunque estaba olvidando un grandísimo detalle, que podría ser pequeño en otro momento, el mundo que conocía, era el mundo mágico y aquel mundo no solía ser igual que el muggle.
Aunque no tendría como saberlo. La primera decisión en conjunto, que tomaron antes de que Lissa cumpliera cuatro años, era que tendrían que hacer un viaje familiar. Conocer un lugar y hacer cosas juntos en un nuevo ambiente, lejos de la hostigación.
—Yo las voy a planificar. Tu puedes encargarte de armar las maletas. —comentó Harry. Lanzando sus zapatos a cualquier parte, el primer día de libertad para descansar.
Suspiró, sentándose en el sofá, con pieras cruzadas. Draco alzó una ceja, detrás del vaso dónde se estaba sirviendo jugo. Al principio, la forma desinteresada de Harry, le había perturbado. Era relajado y siempre estaba dispuesto a hacer las cosas, para arreglar la casa o mantenerla lo más ordenada posible. Al principio Draco, no entendía esa manía de Harry por mantener la casa siempre en orden o mantenerse callado cuando solían ir a la fiesta de la familia Malfoy, aún cuando ya llevaban medio año casados.
Entender un poco parte de Harry, más allá de la forma que en su mente lo había visto durante todos los años, antes de la guerra, incluso antes de enterarse que estaban ligados. Le sorprendió, le hizo sentir mal. Porque el gran Harry Potter, al final solo era un niño asustado, que fue desplazado por la única familia que no lo amo. Sin embargo, después de esto, pudo simpatizar más con Ron y todo Weasley, estaría eternamente agradecido con la simpleza que le dieron un hogar a Harry.
—¿Pero a dónde iremos? —preguntó el rubio de pronto. Volviendo al momento actual. Fuera de su mente. — ¿Por qué, que cosa puede necesitar Lissa? —murmuró para si mismo lo último.
Como si la sola mención de su nombre fuera un llamado automático. Lissa aprecio caminando por la calle, restregando su ojito con la palma de su mano. Parecía que tenía los ojos llorosos, Harry se volteo de forma rápida hacia ella, mirándola con preocupación, extendiendo sus brazos, dónde Lissa corrió de forma rápida para acurrucarse. Draco se acercó, dejando un pequeño espacio. Lissa tenía la cara enterrada en el cuello de Harry.
—Cariño, ¿Qué pasa? —interrogó Harry, de forma suave. Lissa hizo un pequeño sonido con su nariz.
Draco se relambió los labios, sentándose detrás de su esposo, para tratar de ver la carita de su hija. Quitó algunos cabellos rubios, pero no tuvo una mejor vista, solo fue la frente de la pequeña lo que se encontró.
—¡Kevin se perdió! —chilló.
—Espera, ¿Quién cara...? Digo, ¿Quién es Kevin, Lissa? —quiso saber Draco.
Harry miró hacía el pasillo, si había alguien ahí o alguna cosa había ocurrido. Pudo oír, el bajo sonido, de unas voces. Abrió la boca, dándose cuenta que la televisión —aquel estúpido aparato que estresaba a Draco— estaba encendida. Sonrió, notando que su hija, quizás se refería a alguna película que estaba viendo.
—Al final vuelven por él. —dijo Harry. El rubio lo miró sin entender nada. — Así que no llores.
Lissa se acomodó, mirando de frente a su papá. Parpadeo un poco, sus ojitos verdes estaban algo húmedos. Cuando su vista se poso en Draco, este último asintió, aunque realmente no entendiera nada. ¿Kevin era una mascota o una versión alterna del patio feo? ¿Por qué todas las cosas que los hacían llorar eran cosas no entendía? Necesitaba actualizar mejor su repertorio de reconocimiento.
—Tu papá y yo, salimos de vacaciones, princesa. — comenzó a decir Draco, seguro que aquello haría feliz a la menor. — Así, que. Adivina, iremos de viaje.
Los ojos de ella se agrandaron por la sorpresa. Formando una sonrisa que poco a poco se extendía en su dulce rostro.
—¡Tengo que llevar mí mochila! —exclamó emocionada. Saltando con cuidado de su lugar cómodo en los brazos de su papá.
Harry negó, escuchando como los piecitos, que estaban cubiertos por calcetines, se perdían en el sonido lejano, del pasillo alfombrado. Miró a su esposo, haciendo un puchero, causando que sus lentes cayeran un poco hacia abajo.
—Entonces. Le preguntaré dónde quiere ir. Quizás tenga buenas ideas.
—Cualquier cosa que no sea Narnia o lo qué sea. —alegó el rubio. Mirando con interés los labios del moreno.
Una risita brotó de Harry, antes de levantarse del sofá. Dio una pequeña vuelta, para rodear el cuello del más alto.
—Buscaré que sea un lugar amplio. Hay cosas que quiero mostrarle señor Malfoy. —tarareó mordiendo suavemente el labio de Draco.
Mientras desaparecía por el pasillo, tras la habitación de Lissa. El rubio se quedó sonriendo en su lugar. Imaginando un millón de cosas que quería hacer con Harry. Era un hombre joven, enamorado, no podían culparlo si su mente se quedaba vagando en ciertas partes del moreno. Después de todo, ahora sabía, nada de emborracharse de forma imprudente, siempre con hechizos de protección de por medio. Con Lissa era suficiente. Gracias.
Frunció el ceño de pronto. Preguntándose a qué parte irán a parar en esa primera temporada de vacaciones los tres juntos. Deberían sacar muchas fotos. Cuando pensaba en esas cosas que se sentía como su madre, solo faltaba que estuviera arreglando el peinado de Lissa a cada segundo.
—¡Draco! ¡¿Qué hace esta caja aquí?!
Abrió sus ojos de pronto. Harry había encontrado la reserva de cosas que Fred y George le habían obsequiado para una noche de entero placer, cien por ciento recomenda para usted y su pareja. Traía consigo artículos muy raros, que nunca entendió como se usaban.
—¡No es mío! ¡Fue el cabeza de zanahoria!
—¡No le digas así! ¡Por Merlín!
—No hablaba de ese cabeza de zanahoria. Hablaba de los otros dos. —murmuró. Tendría que buscar una mejor excusa, la verdad no le parecía creíble a Harry.
Suspiró. Podía escuchar la risa de los gemelos detrás de él.
N/A: Siento que incluí tres tipos de situaciones diferentes en este capítulo. Tipo, algo de nostalgia, ante Draco recordando cuando entendió un poco más de la vida de Harry. JSJSJS.
capítulo dedicado a CamilaLpez018 me debe un chicle de sandía 👀✨
En el siguiente iniciamos con a la aventura de las vacaciones. Aunque la referencia ya está puesta en este mismo capítulo para saber a dónde se irán 😎 Literal que siento que fueron siglos desde que volví a escribir está historia, tuve recuerdos vagos de yo escribiendo la primera parte llena de tontería. Bueno, gracias por leer besitos💕
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Serpiente Al Cuidado. |2|
Fanfic-¡¿Perdiste a Lissa?! Porque ser padre es toda una experiencia, y Draco Malfoy no suele ser una maravilla. Draco Malfoy/ Harry Potter