02. El recado✉️🥀

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Capítulo dos.

~Una hora antes~

Fernando Hearts.

Estoy a punto de firmar unos papeles, cuando escucho unos toques en la puerta.

—¡Pase!— digo para que sea quien sea la persona que esté del otro lado de la puerta, pase.

—Jefe— dice mi secretaria entrando con una carta en la mano.

—¿Si, señorita?— le pregunto.

—Le ha llegado este recado, y me pidieron que se lo dieran a usted personalmente— deja la carta sobre mi escritorio, y se sienta en la mesa, cruzando sus piernas, y dejándolas expuesta a mi vista.

—Señorita, esa no es manera de sentarse, y mucho menos sobre mi mesa, y mucho menos tan cerca de mi, sólo mi esposa tiene permitido hacer eso, y si ella no lo hace por respeto, usted mucho menos debería hacerlo— me dedica una mirada fría ante mis palabras.

—Disculpe, debió ser la falda, es que mire, es tan corta que hasta se me levanta un poco— se levanta de la mesa y da una vuelta para que la vea.

—No me interesa, señorita, debe cumplir con el protocolo de vestimenta y no venir con mini faldas— digo con una sonrisa antipática.

—Mmm... veo que está de mal humor, necesita relajarse— pone sus manos sobre mis hombros para darme un masaje, pero yo las retiro rápidamente.

—Si, estoy de mal humor, mejor retírese— mi tono de voz es helado, la mayoría de veces es así cuando hablo con ella.

Siempre logra exasperarme, es que me tiene cansado que sea tan coqueta, es como si no entendiera que soy su jefe, sólo eso.

—Bueno... está bien— dice enojada antes de salir de mi oficina.

Me quedo mirando el sobre, es raro que alguien quiera que me lo den personalmente a mi, cuando saben que la que se encarga de mis eventos, invitaciones y medios de contratos, es mi secretaria.

Quizás sea un asunto personal, o quizás sea broma, o quizás mi curiosidad me lleve a el sobre y a acabar con todos mis "quizás".

Abro el sobre, y veo lo que parece ser una carta, y varios pétalos marchitados de una rosa roja.

No presto mucha tensión a lo demás y me concentro en la carta, y en acabar con mi curiosidad.

Querido, Fernando, estás muy orgulloso de lo que has logrado, de ser cada vez más millonario, de tener todo lo que quieres, de tener a todas las mujeres rendidas a tus pies, incluso a tu secretaria.

Pero eso no te hace feliz porque eres el típico hombre guapo, empresario y lo suficientemente rico como para no tener sentimientos, pero que realmente no es así, sino que es un caballero, al que le importa más el amor que el dinero.

Aunque sabemos que nada es así, y en realidad estás enamorado de tu secretaria, además de tener una relación bastante cercana a ella, una relación que te ha llevado directamente a su cama.

Y la cual aprovechas para hacer lo que se te pegue la ganas con ella.

Claro que te has olvidado de que tienes una familia, una hija y un hijo, y tampoco podemos olvidar al adoptado, todos son tus hijos, a los cuales supuestamente amas mucho.

Y una esposa a la cual amas por su inocencia, por su manera de ser, y te sientes muy orgulloso de ella por lo exitosa que es con sus empresas, la cual seguramente obtuvo de ti, y de tu estupidez.

Aunque también puede ser que sólo lo hagas para cubrir todas tus fachadas como el cerdo que eres.

No sabes con quién te metiste, pero no soy tan malo, te dejé este recado para decirte lago muy importante y que te hará muy feliz a ti y mucho más a mi.

Tú esposa te engaña.

Si no me crees, vuelve a casa, y te aseguro que la verás hablando con alguien, y seguramente la palabra amor estará plasmada en sus labios mientras habla con esa persona.

Cuando termino de leer la carta, no puedo evitar que mi cara esté desencajada.

No puedo creer esto, no lo puedo creer por ella, Lea es tan fiel, es tan buena, tan honesta, tan entregada que dudo mucho que amándome como lo hace, me haga esto.

Pero tampoco puedo evitar preocuparme, ella ha estado misteriosa estos últimos días, después de la gala, siempre la veo preocupada cuando habla conmigo, siempre está tratando de esconderme algo.

Y no tan sólo me preocupa si me es infiel o no, me preocupa ella, su estabilidad.

***

Entro a la casa, y escucho risas provenientes de la sala.

Camino hacia allá y me encuentro con Estiben, Luz, el niño popo, y mis dos hijos hablando en la sala.

Después de saludarlos a todo, pregunto por mi esposo y me dicen que está en la cocina, así que no lo dudo mucho y camino hacia donde está ella para que me de un beso de ella, porque ya extraño muchos sus labios y los necesito para relajarme después de haber leído aquel recado.

—Te amo— dice Lea antes de colgar la llamada asustada, y mirarme con los ojos bien abiertos.

Si es... cierto.

—Am... Amor, ya llegaste— camina hacia mi con una sonrisa nerviosa.

Me abraza, pero yo sólo me quedo perplejo, tratando de procesar lo que acabo de oír.

Era ella, era Lea hablando por teléfono, diciendo "Te amo" a una persona que no soy yo.

****
Mis amores, perdón por haber publicado ahora, pero no olviden que los amos mucho y que cada vez que tengo capítulo, no dudo en publicarselos, l@s amoooooooo💖💖💖💖💖💖😍

Un complicado Matrimonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora