11. ¿Su fin?🍂

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Capítulo once.

Lea Díaz.

—Oh, yo...— es lo último que escucho del otro lado de la línea telefónica antes de que fuera una cobarde y colgara el teléfono.

Me dejo caer en el sofá y despeino mi cabello con frustración.

¿Debo creerle?.

Fernando siempre ha sido tan Bueno conmigo y para mí... No puedo creer que me haya hecho eso.

Pero... ¿Cómo esa chica sabe su nombre?.

Bueno... Es un empresario famoso...

Pero... ¿Cómo obtuvo el número del teléfono del departamento de Casandra?.

¿Será una broma telefónica o sólo es el inicio del final de mi matrimonio?.

¿Qué diablos es lo que está pasando?.

Un poco de desesperación crean en mis ojos unas cuantas lágrimas, que rápidamente seco.

No haré ninguna suposición hasta que tenga a Fernando frente a mí.

***

Entra y saluda a Casandra, quien está sosteniendo la puerta para que él entre. —Quiero mi pizza— sentencia esta cuando Fernando le pasa por el lado.

Este se devuelve, y saca dinero de su tarjeta. —De nada— dice, mientras le entrega el dinero a Cassandra.

Casandra entra el dinero en su pecho, y con una cara de satisfacción se va, dejándonos solos.

—¿Cómo estás?— pregunta, mientras se acerca a mí y se sienta a mi lado.

—Bien— respondo en medio de un beso.

Él me besa, pero al sentir el Aura que me cargo esta noche... Se aleja de mí.

—¿Qué tienes?— me pregunta preocupado.

Me quedo callada algunos segundos, mirándolo directamente a los ojos.

—Hoy recibí una llamada— empiezo a decir.

—Si... ¿Y...?— me pregunta para que continúe.

—Era una chica... Decía ser tu novia— mientras hablo, no puedo evitar sentir un nudo en mi garganta.

—¿Novia?— ríe. —Pero claro que no, si la única mujer que es mi vida y que siempre será mi vida, está frente a mí, y ya no es mi novia, es mi esposa, mi mujer, mi confidente, la mamá de mis hijos— empieza a besarme, pero no le respondo.

—Ana dice estar embarazada de ti— se aleja de mí, y me mira a los ojos. —Ana... ¿No se te hace conocido ese nombre?, es el nombre de tu supuesta novia— no puedo evitar que algunas lágrimas se acumulen en mis ojos. —¿Me puedes decir qué está pasando?.

—Lea yo...— se queda callado algunos segundos. —Solo fue una vez.

Esas cuatros palabras bastaron para terminar de destruir mi corazón.

No puedo evitar empezar a llorar.

Fernando... Mi supuesto apoyo, el supuesto amor de mi vida, el hombre por el que daba la vida, mi familia... Mi matrimonio...

Un complicado Matrimonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora