07. Secuestrada :c

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Capítulo siete.

Lea.

-30 minutos antes-

--Estás más hermosa de lo habitual-- exclama Fernando, mientras me mira como si fuese la octava maravilla del mundo. --¿Acaso ya te lo había dicho?-- me pregunta de manera sensual.

Bebo un sorbo de mi jugo. --Sí, de hecho. ya me lo habías dicho varias veces, pero me siento mejor disfrutando escuchar tu voz diciéndome que soy hermosa-- respondo de la misma manera. --Te hace ver más guapo el hablarme así.

--¿Ah si?-- pregunta, mientras acerca su rostro al mío.

--Si-- estoy a punto de besarlo, pero somos interrumpidos por Iván llegando a la mesa.

--Los inversionistas-- calla bruscamente. --Perdón, yo-- lo interrumpo.

--Tranquilo, no pasa nada-- digo, mientras le dedico una mirada lujuriosa a mi esposo, quien sólo sonríe coquetamente, sin apartar si quiera un segundo su mirada de encima de mí.

--¿Qué decías, Iván?-- le pregunta al chico de piel pálida que está parado frente a nosotros.

--Le decía que los inversionistas solicitan de su presencia-- avisa con un tono de voz serio y profesional.

La verdad es que al comienzo, no tenía ni un poco de esperanza en el cambio de Iván, pero él me demostró con hechos, que ya no es el mismo adolescente que me rompió el corazón hace unos años.

Ahora disfruta de su trabajo, de la compañía de sus amigos, y para nada ha vuelto al mundo donde vivía en su adolescencia, las mujeres no son su principal atractivo en este momento.

--¿Puedo?-- me pregunta Fernando.

--Sí, claro, ve, yo iré al baño-- Fernando me da un beso en la comisura de los labios, para luego marcharse con Iván hacia la mesa de los inversionistas.

Después de soltar un suspiro, empiezo a caminar lentamente hacia el baño.

Cuando entro, saco algunos maquillajes de mi pequeña cartera de mano, y empiezo a retocar mi labial, hasta que, a través del espejo, veo a un hombre alto y fuerte, con un elegante traje, entrar al baño.

--Disculpe, señor, está equivocado, éste es el baño de las muje-- empiezo a decir, pero mi voz se ahoga en la servilleta de aquel desconocido que me agarra con fuerza, trato de soltarme de su agarre, pero no lo logro y éste no me suelta hasta que todo se vuelve oscuro para mí.


***

Abro los ojos lentamente, mis parpados se sientes pesados, pero la oscuridad de la habitación, me ayuda a acostumbrarme más rápido.

Trato de moverme, pero mi cuerpo se siente demasiado adolorido, y el frío invade de manera brusca mis huesos.

Muevo mi cabeza ligeramente para observar dónde estoy, pero no veo absolutamente nada, todo está demasiado oscuro.

Con mucho dolor, muevo ligeramente el brazo, percatándome de que estoy en un colchón. Pongo mi mano en mi abdomen bajo, ya que me duele mucho, y es cuando me doy cuenta.

Estoy completamente desnuda, con el cuerpo adolorido, un poco mareada y en una habitación completamente oscura, sin nadie a mi alrededor.

La luz impacta mis ojos, cuando la puerta es abierta, y empiezo a ver una figura, mientras mis ojos se acostumbra al cambio brusco de luz.

Un complicado Matrimonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora