04. El parque🏞

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Capítulo cuatro.

Lea.

—Mañana tengo que ir a trabajar, pero podemos ir hoy al parque— acaricio su cabello rizado.

Mi niño es tan hermoso, tengo tanto miedo de que Julieta vuelva y se lo lleve, pero sé que eso pasará tarde o temprano.

—También irán tus hermanos, puedes leer con ellos— Michael disfruta demasiado cuando lo lleve al parque, desde que ya sabe caminar completamente, no para de pedirme en su idioma que por favor lo lleve al parque.

Al niño le agita caerse, pero... se divierte demasiado, así que siempre que puedo, los llevo al parque.

—Pero tienes que bañarte, primero. ¿Estás de acuerdo con que te bañe ahora?— una de las reglas que hay en la familia Hearts, es: Ni papá, ni mamá, ni ninguno de los integrantes de esta familia, puede obligar al otro a hacer algo, aunque sea el mínimo acto.

Así que sí, les pido permiso a mis hijos para bañarlos, pero... ellos saben que deben estar totalmente limpios antes de que su padre llegue a casa.

—Shi— responde, mientras deja que lo cargue en mis brazos.

—¡Juliano!— llamo a mi hijo, quien rápidamente de acerca a mí.

—¿Madre?— pregunta, mientras espera a que yo proceda a hablar.

—¿Puedes estar atento a tu hermana? Por favor. Si se levanta, llámame rápidamente, voy a estar bañando a tu hermano, más tarde, todos iremos al parque— le aviso rápidamente.

—¿Y dónde está la bebé?— me pregunta.

—Está en su cuna durmiendo— le respondo, y después éste se va hacia la habitación de su hermana, mientras yo me quedo preparando a Michael para bañarlo.

***

Mis hijos se quedan en mi cama, jugando con la bebé, mientras yo me miro al espejo para acomodar mi sudadera negra, y lograr verme aesthetic y a la vez, presentable para mis hijos.

Como no me gusta dejarlo solos, salgo rápidamente de mi clóset, y suspiro de alivio cuando los veo riéndose junto a la bebé.

—¿Ya nos vamos?— me pregunta Juliano, asiento, mientras empiezo a recoger el bolso de Michael y Ada, y lo acomodo en mi hombro.

—Ya nos vamos— exclamo con un tono alegre, mientras bajo a Michael de mi cama, ya que es muy alta para él, y se podría hacer daño, y también tomo a la bebé entre mis brazos.

Pasan algunos minutos cuando nos encontramos yendo al parque, y yo me alisto para un día lleno de caídas, risas, lodo, tierra y mucha pero mucha energía.

Algunos minutos más pasan cuando me encuentro caminando con mis hijos, tomados de las manos.

Mientras más me acerco a los columpios, más clara se hace la silueta de la figura de un hombre alto, con una tez morena y ojos profundos.

Hago como si no existiera, y subo a mis hijos a los columpios para bebés, excepto a Juliano, él solo columpia a su hermano, mientras yo hago lo mismo con la bebé.

Le diría que vaya a columpiarse en los columpios para bebés, pero prefiero que se quede cerca de mí cuando el parque está muy solitario, además de que no sé qué hacer ese sujeto allí parado, mientras nos observa de una manera exhaustiva.

Un complicado Matrimonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora