La maldición del ilegitimo

Capítulo 12

El día era ventoso. Las concubinas se encontraban juntas bebiendo té en una de las alas del castillo donde solían convivir todas aquellas que no le habían dado un hijo al rey. Eran más de veinte chicas, la mayoría jóvenes.

- Tengo un mal presentimiento. Odio esto. No tendremos un día de paz hasta que pase la coronación- dijo una de las jóvenes mujeres.

- Incluso después el futuro seguirá siendo incierto- dijo la tercera concubina.

- Te ves muy tranquila. Tú tienes un hijo, ¿No te inquieta?

- Es hábil con su espada, incluso es lo suficientemente astuto como para saber cuánto involucrarse. Felix nunca fue un problema.

- ¿Eso crees? Ante mis ojos es un niño muy emocional. Siempre se esconde tras sus hermanos. Yo lo veo... algo inseguro. Aunque si se lo motiva puede ser un gran guerrero.

- Claro que lo es.

- Ser tan cercano a Bangchan puede jugarle en contra. Él bastardo tiene mucho apoyo.

- No lo llames así- añadió la segunda concubina.

- Oh, casi olvido tu presencia querida. ¿Por qué defiendes al muchacho? ¿Es muy cercano a tus hijos verdad? Por cierto, ¿Dónde está el más pequeño? Mis criadas dijeron que se fue con él.

- No creo que sea de tu incumbencia.

- Escuche que tus otros dos hijos apoyaran a Bangchan. Siempre hay una oveja negra en la familia. Me siento mal por ti. Estando tan enferma y que no tenga nada de consideración por ti...

- Mi hijo es un hombre grande, sabe muy bien lo que hace. Confió en él.

- Eso es lo correcto- la alentó la tercera concubina palmeando su pierna suavemente- creo que debes descansar, ¿Te acompaño? - dijo corriendo su silla de ruedas hacia atrás.

- Muchas gracias- añadió. Una vez lejos siguieron la conversación- realmente me preocupa el futuro de nuestros hijos. Creí que todo terminaría luego de la ejecución.

- Hyunjin cuidara de él como lo ha hecho hasta ahora.

- Ese chico no tiene idea de lo que paso esa noche.

- Es mejor así. Debe ser un secreto que llevemos a la tumba.

- Sí, y estoy segura de que así será, pero... ¿Nuestros hijos estarán bien? Somos sus madres, deberíamos hacer algo más que quedarnos esperando a ver que va a pasar.

- No tienes suficiente salud como para acerté cargo de esto.

- Dire que es mi culpa, que lo mate. Estoy enferma, de cualquier forma, moriré.

- ¿Y cuál sería tu argumento?

- ¿No crees que tengo suficientes? Él me compro como un objeto. Él hizo esto.

- Lo siento, pero no te dejaría hacer algo así. Los niños ya sufrieron demasiado, no necesitamos más ejecuciones. No detendría esta guerra, solo empeoraría aún más las cosas.

- Lo sé- suspiro intranquila- No puedo morir sabiendo que mis hijos corren peligro.

- No vas a morir. Deja de decir eso, ¿Entendido? - dijo agachándose y mirándola a los ojos- sobrevivimos a este infierno juntas y seguiremos juntas como siempre lo hemos hecho. Dices que vas morirte desde hace diez años, ya empieza a cansarme.

- Se que me queda poco, puedo sentirlo- fue entonces que la mujer diviso a su hijo acercándose- Jeongin está aquí- advirtió- ¡Hijo!

- ¡Madre!- dijo corriendo hacia ella y abrazándola.