Capítulo 15

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A las siete en punto las campanas comenzaron a sonar. Era la boda más esperada del reino. Habían llegado a las tierras importantes burócratas de todo el mundo e incluso grandes miembros de la realeza. Los nervios de Sana se intensificaban con las horas. No sabía si Bangchan estaría del otro lado del altar esperándola y una parte de ella esperaba que no estuviera allí. Estaba con aquel vestido blanco y ostentoso frente a su propio reflejo sin poder encontrarse en él. Detrás suyo, Dahyun la miraba con una dulce sonrisa.

- ¿Estoy bonita? - dijo dando la vuelta hacia ella.

- No, te vez rara- río- no es tu estilo.

- Lo sé- dijo insegura- Chaeryeong dijo que era de su madre. Chan quería que lo usara.

- Cada novia debería elegir su propio vestido.

- ¿No te molesta verme con él? - dijo acercándose. Dahyun se levantó y comenzó a peinar su cabello.

- Hace un mes casi nos atrapan y Tzuyu sigue sin aparecer. Esto es lo mejor para todas. No necesito un casamiento porque no necesito jurarle a ningún Dios cuanto te amo. Estaré aquí en el castillo contigo todo el tiempo.

- Está bien- dijo volviendo a dar la vuelta hacia su reflejo. Dahyun la envolvió con sus brazos.

- Es solo otra misión. No entiendo porque estas nerviosa. Nunca dudaste ni para jalar un gatillo.

- Lo sé... tampoco entiendo- dijo intentando razonar consigo misma y llenarse de valor para poder salir.

- Sana- se escuchó la voz de Chaeryeong mientras golpeaba la puerta y abría lentamente. Dahyun se alejó de la joven rápidamente. La joven se veía sonriente- wow, te queda bonito. Te ves nerviosa. ¿Necesitas un tiempo? Es que... ya llegaron todos los invitados.

- ¿Ya? - pregunto sorprendida. Necesitaba hacer una pregunta, pero no estaba lista para escuchar la respuesta- ¿Él... está aquí?

- ¿Bangchan? Claro. Sería un problema si faltara el novio- río- solo faltas tu.

- Ella ya está lista- paso sus manos suavemente por su espalda y ya lista para dejarla ir, le dio un pequeño empujón hacia adelante. Sana volteo hacia ella una última vez antes de salir y extendió su mano.

- El ramo- le aclaro al ver a la joven desorientada. Rápidamente tomo el ramo de rosas blancas y se lo paso- es como jalar el gatillo- reafirmo antes de salir.

- ¿Pero a quien le disparas? - dijo finalmente Dahyun sola en aquella habitación.

Sana nunca espero que todo su cuerpo temblara de tal modo mientras se acercaba a la ceremonia. Aquellas puertas se abrieron sin importar que tan poco preparada estaba para que tantos ojos se posaran en ella. Aun así ignoro a cada invitado, su mirada fue directo al otro lado de la habitación junto al altar. Él la esperaba con aquella amable sonrisa y aquellos grandes ojos cristalizados. Inmediatamente dejo caer una lagrima. En su mente, cada paso hacia él era como jalar aquel gatillo una y otra vez hacia su dirección. Él extendió su mano para ayudarla a subir el escalón para por fin estar enfrentados.

- No esperaba verte tan emocionada por esto- dijo con una risa nerviosa- te ves hermosa.

- Tu igual- dijo intentando controlar su llanto. Chan tomo un pañuelo que guardaba en el bolsillo de su saco y comenzó a limpiar su rostro. Aún seguía preguntándose si era lo correcto, si aquella joven realmente no era un peligro, pero era frustrante el hecho de que eso fuera lo que menos le importaba. Sus lágrimas parecieron decirle que, si lo amaba, pero mientras más se fijaba en ella, más parecían lágrimas de tristeza. No quería transformar el mejor día de su vida en una tragedia, no quería pensar en que su peor pesadilla se volvía realidad, no cuando lo único que había buscado y anhelaba era ser amado.

La maldición del ilegitimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora