Capítulo 14

14 4 0
                                    

Faltaban unas siete horas para la gran boda, sin embargo, el príncipe no se encontraba en el castillo. Nadie se imaginaba que aquel hombre tan correcto, dócil y agradable, se encontraba en un pequeño y oscuro bar junto a otro joven.

- Tenemos todo un bar para nosotros- dijo Chan colocándose del otro lado de la barra y buscando un vaso para servirle algo de wiski a Felix- hace tiempo no nos divertimos.

- Claro- Lo podía ver en sus ojos, no estaba bien. No era fácil hacerlo hablar.

- Recuerdo que vinimos aquí hace cuatro años. Nos hicimos pasar por aldeanos. Seungmin quería impresionar a una niña, pero ella estaba loca por Hyunjin. Siempre fue atractivo. ¿Tu salías con él en ese entonces verdad?

- ¿Cómo sabes eso? - dijo sorprendido.

- Nunca me lo contaste ni hablaste del tema, por lo que fingí no saberlo. No bromeo cuando digo que yo sé todo.

- Te aseguro que no- dijo con una risa irónica- no tomare eso- dijo negándose.

- Más para mi- dijo tomándolo de un solo sorbo. Frunció el rostro causando una pequeña risa de Felix.

- Deja de beber, puede que te sientas mal mañana- Chan miro toda la habitación a detalle.

- ¿Quieres jugar al pool o con los dardos?

- ¿Por qué no juegas a irte al castillo y dormir?

- Hablo en serio, no seas aguafiestas, piénsalo como mi despedida de soltero.

- Ya estas ebrio- se quejó el joven.

- Hazlo por mi.

- Jugaremos a los dardos, una sola partida.

Tomaron tres dardos cada uno. Chan los rojos y Felix los verdes.

- Apostemos.

- Siempre quieres apostar. Es irónico porque siempre pierdes, nunca aprendes.

- No en deportes.

- Los dardos no son deportes.

- Solo dime que quieres si gano.

- No podrías dármelo- río.

- Tengo una idea mejor, por cada dardo que no de al tablero nos sacamos una prenda. Él que gane hace lo que el otro quiera. Ganas y nos vamos, gano y nos quedamos aquí hasta el amanecer y nos divertimos.

- Okey.

Felix tiro primero sus dardos. El primero cayo en el tres, el segundo en el quince. Estaba algo aliviado, con suerte ganaría y podrían irse pronto. El problema fue el último dardo, el cual reboto y cayó al suelo.

- Quítate una prenda- lo apuro el joven entre risas. Felix de mala gana se quitó un zapato y se lo reboleo.

- No vale, casi me golpeas- dijo atrapándolo. Luego lo acerco a su rostro.

- No hagas eso, que asco.

- Lava tus pies, huele horrible- dijo lanzándolo.

- Los robe de la habitación de Jisung, no es mi culpa.

- Te dije que no tomaras cosas de su habitación mientras no esta.

- ¿Crees que vuelva? Sigue jugando al aldeano humilde con Hyunjin y Jeongin a las fueras de la aldea.

La maldición del ilegitimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora