#4. Hasta luego, Lilith.

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Quedó recostada en su cama, despierta, durante prácticamente toda la noche. No podía dormir. Aquello era asombroso. Ella era hija de una diosa.

De la diosa del amor y la belleza. No se lo podía creer. Pero era verdad.

No estaba soñando, porque y se pinchó los brazos varias veces y si, efectivamente dolió, porque tenía las uñas muy largas y ahora también, marcas en los brazos.

Cuando su primera "hermana" despertó, ella estaba dormitando. Entonces todas comenzaron a despertar a la par y a charlar, no faltó que varios perfumes lleguen a sus fosas nasales.

Comenzó a toser cuando alguien se pone laca para el cabello a su lado. Se levantó de golpe. Miró a los lados con los ojos entrecerrados y se preguntó por qué diablos alguien se pone laca para el cabello a las siete de la mañana.

- Oh por Dita -Chillaron las chicas al verla

- ¿Hmmm? -Se frotó la cara y luego tocó su cabello, totalmente enmarañado.

-Chica -Dice una con las manos en sus mejillas-. Hay que arreglar ese desastre.

-Una hija de la diosa de la belleza no saldrá así de ésta cabaña -Aplaude una de ellas y todas comienzan a buscar en sus maletas o cajones-. Rápido, rápido señoritas, tenemos trabajo duro que hacer.

La tomaron de los brazos y la llevaron al baño, por poco y no la bañan pero logró controlarlas y echarlas de la ducha.

Primero se le ocurrió quedarse bajo el agua eternamente, pero entonces abrieron la puerta y pegó un grito tapándose lo que podía con sus manos.

Mitchel estaba ante ella con los brazos en jarra.

-Tranquila hermana, aquí hay medio centenar de chicas, no tienes nada que no hayamos visto antes. ¡Apura el baño!

-¡Ya estoy! ¡Ya estoy! -Lloriqueo arrodillandose en el suelo-. Pero sólo ruego privacidad.

-Te doy tres minutos -Volvió a salir.

Intentó recuperarse mentalmente de aquello. Nunca antes (Ignorando los tiempos de bebé, ahí hasta le grababan en calzones) otra había visto desnuda, hacía tiempo que sólo ella sabía como era su cuerpo.

-Ay padre -Dijo de repente y pegó la frente a la pared-. ¿Será que ya sabes que estoy en medio de ésta locura?

Sonará tonto, pero apenas hasta ese momento recordó que tenía un padre.

¿Cómo estará Will Toods en esos momentos? ¿Se habrá enterado del ataque y la muerte de Dylan? Debía hablar con Brian sobre ello.

Apenas había envuelto su cuerpo en una toalla cuando volvieron a abrir la puerta y le lanzaron ropa.

-Ummm -Miró la ropa interior-. Lo agradezco, pero esto...

-Es nueva, cariño -Le sonrió gentil la chica de cabello azul-. No te preocupes, úsala.

-Gracias.

-Intenté tomar la ropa más decente -Le susurró señalando el corto vestido -. Ellas son muy insistentes a veces.

-Oh, gracias...

La chica rió -. Soy Elena.

-Elena -Repite y ella sale del baño, cerrando la puerta tras de sí.

Se vistió sin dejar de mirarse al espejo. Tenía ojeras notables en su piel pálida, sus ojos estaban hinchados y no se veía muy bien.

Deseó poder ir a seguir durmiendo, pero eso no se podría.

- ¡Oh! Si, el blanco te hace ver tan inocente -Chilló Drew al verla salir. Estaba muy cerca de Lilith, con varios pedazos de tela y viendo cuál iba mejor con su tono de piel.

-Respeta su espacio personal, Drew -Dijo Piper y tomó un brazo de Lilith llevándosela hacia la puerta -. ¡A desayunar!

- ¡Pero falta el maquillaje, Pipes! -Se escandalizaron algunas con toda una tienda de cosméticos en sus manos.

- ¡A desayunar!

***

Estaba agradecida con Piper por sacarla de una posible violación con lápiz labial y máscara de pestañas. También porque le estaba dando charla y podía pensar en muchas cosas, no sólo en Dylan muerto.

-Es una pena -Le murmuró Piper cuando se lo contó -. Parece que le querías mucho.

-Si, le quería -Y aún le quiero, se dijo en su mente-. Lo extraño.

Le sonríe intentando animarla y palmea su hombro-. Vas a estar bien.

-Eso espero.

Volteó hacia la izquierda y se topó con Nico en una mesa, sólo, comiendo nuggets con la vista fija en la comida.

Se despidió de Piper y caminó hacia él.

- ¡Hola! -Dijo sonriendole.

Nico le miró y se atascó con lo que comía, comenzó a toser un poco y Lilith le tendió un vaso de agua que le arrebató a un chico que pasaba.

-Lo siento.

Él se calmó y pudo hablar, con las mejillas rojas y la voz rara.

- ¿Lilith?

-¡Si! Bueno, yo sólo quería agradecerte por llevarme a mi cabaña ayer -Volvió a sonreír -. Como te fuiste tan rápido, no pude hacerlo.

-Eh, si, tenía cosas que hacer.

-Sólo... Quería saludar -Retrocede juntando sus manos-. ¿Nos vemos luego?

Casi volvió a atragantarse. Pero Nico asintió -. ¿Claro?

-¡Qué bien! Hasta luego, Nico.

Él exige una explicación, ¿Cómo es que ella sigue hablándole?

Svegliati già, Lilith. [Nico di Angelo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora