#6. Ya era hora, Nico.

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Lilith observaba en silencio a los chicos de Ares pelear, su rostro se contrajo del susto cuando uno de ellos fue enviado a tres metros atrás, golpeándose contra el muro, estaba por largarse a pedir ayuda cuando el chico soltó una risotada.

— ¡Buen golpe!

Y siguieron, ella soltó el aire que había retenido.

No sabía cómo exactamente terminó allí, porque primero estaba rondando alrededor de las cabañas, luego apareció en medio de una sala con chicos que intentaban arrancarse sus miembros.

Cayó al suelo cuando uno de los chicos chocó con ella, él siquiera la notó. Lilith hizo una mueca, pero permaneció en el piso, en parte porque le dolía mil infiernos su tobillo (que acababa de ser aplastado por un pie de quien-sabe-quien). Y también porque recordó que la última vez que la habían tirado al piso...

Él le había ayudado a levantarse, le había dedicado su bella sonrisa amable, y así comenzó a hablar con él...

Sacudió la cabeza e intentó levantarse, cuando su pie izquierdo recibió su peso, un dolor latió en toda su pierna. Se mordió el labio inferior y comenzó a dar saltitos para salir de allí antes de que le rompan un brazo.

Apenas llego al exterior, resbaló en los escalones, lanzando maldiciones y con lágrimas en los ojos. En parte por eso que no olvidaba, y también porque estaba tan torpe que no pasaba ni una hora sin caerse.

—Ehh...

Limpió sus mejillas mientras bajaba la cabeza y su rostro era tapado por una gran capa de cabello.

Nico Di Angelo se inclinó levemente hacia ella, sin saber exactamente qué decir.

— ¿Te caíste?

¡Ah! ¡Menudo idiota era! ¡Obviamente había caído! Nico se dio una cachetada mental.

—Hmmm —respondió Lilith apretando los labios y frotando uno de sus ojos.

Quedaron en silencio, Nico se aclaró la garganta incómodo. Ella seguía mirando al suelo como una desalmada.

— Deberías ir a enfermería.

—Me duele —su voz sono algo apagada—. Me lanzaron al piso allí dentro.

Él levantó la vista hacia los chicos de Ares por un segundo, luego se volvió a Lilith, dio un paso hacia adelante, vacilando un poco.

—Si quieres... Te ayudo.

Se arrepintió de proponerlo cuando ella levantó la cabeza y clavó sus enrojecidos ojos azules en él, Nico sintió que sus mejillas se ponían como tomates ante eso.

—Gracias —ella le dijo con cierta ternura—. Sigo preguntándome por qué no quieren estar contigo... Si eres tan amable.

Tal vez porque no soy amable con todo el mundo, pensó Nico mientras le ayudaba a levantarse, se tensó por completo cuando ella puso un brazo alrededor de su cuello, no estaba cómodo, pero ya le había dicho que la ayudaría.

Aunque siendo sincero, su plan era invocar esqueletos que la lleven a la enfermería.

— Eh... Will —le llamó a media voz al entrar, se aclaró la garganta y volvió a llamarlo—. Solace.

El rubio se volteó, llevaba una camisa de enfermero que para nada iba con sus jeans desgastados, alzó las cejas al ver a Nico y luego hizo un gesto hacia Lilith.

— ¿Te sucede algo?

—Se cayó —explicó de inmediato Nico mientras la ayudaba a sentarse en una camilla—. Un hijo de la cabaña 5 le empujó...

Will puso cara de comprender y se inclinó había Lilith. Ella movió levemente su pierna e hizo una mueca de dolor, Will observó el tobillo lastimado, luego de chasquear la lengua fue a buscar todo lo que necesitaba.

Entretanto, Nico se recargó en la pared más alejada y observó el techo como si fuese la cosa más interesante del mundo.

— ¿Luego quieres acompañarme a mi clase de arquería?

Alzó una ceja y observó a Lilith.

—No es lo mío.

—Tampoco lo mío, pero no quiero estar sola.

Su lengua acarició el interior de sus dientes, a Nico en realidad no le apetecía estar en el mismo lugar con hijas de Afrodita e hijos de Apolo, pero es que Lilith lo miraba de una forma tan...

—Bien.

Ella sonrió.

—Gracias.

Luego de la curación de Will, Lilith al menos podía caminar, con una molestia, pero al menos ya no era un dolor agudo como al principio.

Lilith no daba ni dos pasos sin que Nico esté junto a ella preparado para atraparla por si caía.

Will se recostó en el marco de la puerta mientras observaba esa escena.

—Nico Di Angelo —murmuró —. Lilith Toods... Vaya.

Sacudió la cabeza con una sonrisa, ya era hora de que el chico emo se enamorara, y esa chica parecía estar a punto de tenerlo comiendo de su mano.

Svegliati già, Lilith. [Nico di Angelo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora