Svegliati già, Lilith. [Nico di Angelo]

Prólogo.

Aquel habría sido el mejor día de su vida. Podía recordar cada instante antes del desastre, cada detalle durante el desastre, y el horrible resultado de éste.

Todo había comenzado de una forma hermosa. Dylan, su dulce novio desde hace ya tres años, le preparó una gran cena de aniversario. Él fue tan atento en todo momento. Entonces esa cosa apareció.

Fue horrible, aquello apareció de la nada y los lanzó al otro lado del lugar. Y estaban solos, no había nadie que los socorra.

A Dylan le floreció el coraje suficiente como para enfrentar a esa cosa. No quería que Lilith salga herida, o peor, muerta.

Batallo contra el monstruo. Lilith no podía moverse, era demasiado cobarde. Tan sólo pudo quedarse en una esquina a admirar como el cabello rubio de Dylan se teñía de rojo, como sus ojos grises le daban una última mirada antes de perder su brillo.

Y su cuerpo cayó inerte ante ella. Dio un grito ahogado, la escena fue interrumpida por Brian, su mejor amigo, que ante sus ojos sorprendidos, comenzo a tocar una canción con su flauta y aquel monstruo salió corriendo.

Para cuando llegó junto a su enamorado, él ya no estaba allí, tan sólo quedaba su cuerpo mortal y sin vida. Se abrazó a él mientras lloraba y pedía perdón. Estaba tan dolida como avergonzada.

¿Cómo pudo ser tan cobarde?

Mejor hubiese sido si morían ambos, juntos e intentando defenderse.

Brian tuvo que zarandearla un par de veces para poder atraer su atención y advertirle que si no se iban en ese instante,  Dylan habría muerto en vano al intentar salvarla.

Tuvieron que irse y dejarlo ahí. Irse con otro cadáver. Ya que Lilith murió al morir él.