#14. Me gustas, Lilith.

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Vuoi andare a fare una passeggiata con me? —dice Nico mientras ignora su usual temor de mirar a los ojos a Lilith.

Ella sonríe encantada— ¿Y eso? ¿Qué significa?

— ¿Quieres ir a pasear conmigo? —traduce ya con las mejillas rojas.

Lilith ríe torpemente y asiente. Toma la mano de Nico y él festeja internamente. Comienzan a caminar y nota a Percy junto con Jason tratando de esconderse entre los arbustos. Se tensa al verlos alzar los pulgares y sonreír. Rueda los ojos y mueve los labios diciendo váyanse, idiotas, pero ellos niegan con la cabeza y estiran los labios como si estuviesen besando a alguien. Nico enrojece aún más si es posible.

— ¿Podrías volver a decir lo de las galletitas? —la pelirroja vuelve a captar su atención. Él voltea y nota sus enormes ojos mirándolo fijo—. Por favor.

Certo. Mi piace cookie —le murmura y ella vuelve a sonreír.

—Es... Fascinante la forma en que te cambia la voz al hablar Italiano —se pone roja al notar sus palabras—. Me... gusta el tono que usas —añade bajando la mirada.

—Gra...gracias —corresponde Nico sin contener su sonrisita.

Aunque cuando vuelve a levantar la vista nota nuevamente a Percy y Jason. Gruñe internamente. Lilith se voltea para mirar algo, Nico aprovecha eso para agacharse, tomar una roca y lanzarla hacia sus amigos. Ellos chillaron cuando esta impactó cerca de donde estaban. Levantaron las manos en señal de paz y se retiraron corriendo.

—Quisiera recorrer todo este bosque algún día —dice ida, su agarre a Nico hacía tiempo había desaparecido—. Llevo seis meses aquí y aún no lo hice.

El muchacho experimenta la empatía y la observa triste. Hacía dos meses y medio que el padre de Lilith había fallecido, tuvo un accidente de tránsito y ella quedó oficialmente sola. Apenas había vuelto a casa aquella vez, luego de mucho tiempo en el campamento. Su padre se había alegrado tanto, pero las desgracias parecían seguir a Lilith últimamente.

Miró su perfil mientras ella se sumía en sus pensamientos. Vio sus ojeras y sus pómulos marcados, estaba mucho más delgada que antes. Eso preocupaba a Nico, por ello siempre intenta que se alimente como se debe. Él junto con las hermanas de Lilith y sus amigos, todos hacían lo posible para ayudarla.

¿Cómo es posible que una chica tan buena, dulce y bonita sufra tanto? Se pregunta y toma un pequeño mechón de su cabello, lo que llama su atención.

Lilith mira a Nico frunciendo un poco el ceño. Respiró hondo al notar la cercanía de sus rostros. Su nariz estaba roja y los ojos se le habían cristalizado al pensar en su padre y su fallecido novio.

—Odio verte triste —murmura él.

—Debes odiarme todo el tiempo entonces —dice con una diminuta sonrisa antes de limpiarse los ojos con las manos.

—No, en realidad... —titubea Di Angelo, ella lo mira con atención—. Yo... Yo...

La pelirroja toma su mano dándole valor. Nico se toma un segundo para calmarse y cierra los ojos.

Mi piace, Lilith confiesa en su idioma, esperando que ella recuerde el significado de sus palabras.

Lilith se queda sin aliento unos segundos, sus labios tiemblan al contener su tonta sonrisa. Mira al muchacho que permanencia con los ojos cerrados, una enorme ternura le obliga a posar una mano en su mejilla. Entonces él fija su mirada oscura sobre la azul de ella.

—También me gustas, Nico.

Es como si le quitaran un peso de encima, Nico se desinfla y retrocede riendo entre dientes. Mira a Lilith sin poder creérselo, ¿acaso estaba soñando otra vez?

Su risa se apaga, los costados de sus labios caen.

— ¿Estoy soñando? —pregunta temeroso.

Lilith niega mientras se acerca titubeando. Él se queda mirándole las pecas que cada vez estaban más cerca. La pelirroja relame sus labios mientras ahora con las dos manos sostenía las mejillas de Nico, ambos temblaban.

Intentaban no parecer tan emocionados como lo estaban, intentaban no ir muy rápido y asustar al otro.

—No es un sueño... Yo tampoco quiero que sea un sueño —confiesa con la punta de la nariz rozando la del chico.

Ambos cierran los ojos, y tienen sus labios a punto de juntarse. Pero imágenes inundan la mente de Lilith, quien de pronto desea retroceder varios metros. Tiene a Dylan junto a ella, le susurra una y otra vez que lo deje ir, que no le haga eso. Eso le abruma, quiere besar a Nico pero no quiere dejar a Dylan.

— ¡Wooo! ¡Eso era lo que esperábamos!

Ese grito es sólo una excusa para apartarse. Lilith le da una pequeña mirada al rostro furioso de Nico y luego se fija en el suelo.

—Voy... Nos vemos luego —dice y se escabulle con rapidez.

Nico mira a sus amigos con furia contenida. Sonreían apenados mientras se empujaban entre ellos para hacer cara al hijo de Hades.

—Vamos, Di Angelo, mira el lado bueno... ¡También le gustas! Lo cual era obvio pero al menos lo dijo en voz alta —finalmente habló Piper, con los ojos brillantes—. Estoy orgullosa de ustedes.

— ¿Tan orgullosa como para arruinar el momento?

—No, yo no... —mira al par que se encuentra a sus espaldas con cierto rencor y luego se acerca a Nico, abrazándolo por los hombros—. Vamos a solucionar esto, Nico.

Se gira a ella con expresión interrogante, aún sintiendo cierto enojo por la interrupción.

—Voy a ayudarte a que tengan una cita fantástica... Pero dependerá de ti invitarla, eh.

Respira hondo y su amiga le palmea la espalda. Ahora debía volver a preparse para pedirle una cita, muy patético, tardó tanto en confesarle sus sentimientos (o algo así) y ahora debía pedirle una cita... Posiblemente tendría que volver a confesarse allí.

Malditos Percy y Jason.

Svegliati già, Lilith. [Nico di Angelo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora