El Secreto De Un Pasado

capítulo 11

Narradora Omnisciente:

La caminata de nuestro protagonista era lenta, pues iba pensando en todo lo que le estuvo pasando desde que conocía a la chica que hasta ese punto rondaba sus pensamientos, en todos los acontecimientos de su vida; en cómo se habían convertido en lo que ahora era: no más que un simple detective lleno de esperanzas y sueños rotos, con un corazón que buscaba el amor, un corazón que con el pasar de los años se había dejado llenar por las burlas de hermanos y compañeros de trabajo que lo humillaban por el simple hecho de ser la"decepción" de la familia, por no ser como todos y querer ser diferente, que por fin se había resignado a no dejar fluir su propio latido y latir como el de los otros dejando así sus propios pensamientos y emociones, sueños y metas en el anonimato para convertirse al fin en la marioneta y juguete favorito de su propio padre, le hastiaba todo aquello, quería romper con ello y para él la clave era ella, su chica misteriosa.

Y en efecto, la clave para romper la cadena que arrastraba consigo desde que tenía memoria era aquella fémina de pasado misterioso pero ¿Estaba seguro de que las cosas saldrían como nuestro detective de hoyuelos fantasiosos lo pensaba y deseaba? O ¿Habría otro factor que este chico de rebelde cabellera oscura no tomaba en cuenta? He allí un enigma que él pasaba por alto, pues en su inocencia o mejor, en su cálculo no había posibilidad para esta variación misteriosa, al menos no en su cabeza, pero como se dice: " las cosas no son siempre como esperamos." Y quizá sólo quizá, como él no tenía idea de este factor improvisto, estaba total y absolutamente seguro de que la victoria estaba a solo unos cuantos pasos de ser suya.

Con éstos pensamientos el detective de profundos ojos color azul abrió la puerta de su solitario hogar y se sumergió en todo aquel trabajo que tenía pendiente y debía entregar al día siguiente, esto no sin antes quitarse el frío que la lluvia le había dejado.

Mientras  ésto acontecía en otro lugar de la ciudad se encontraba nuestra misteriosa protagonista de hermosos e hipnóticos ojos color verde, ella ya había tomado una decisión, lo difícil era mantenerla en pie, porque aunque ella se negara a aceptarlo el hecho de que la estuvieran espiando la aterraba, claro está que nuestra chica de cabellera castaña no sabía que quién la mantenía vigilada las veinticuatro horas del día era nuestro preciado y cauteloso detective del F.B.I, por otro lado estaba que al creer o crear circunstancias erróneas con respecto a aquella vigilancia el miedo incrementaba más y más, porque para ella ese hecho era arriesgado y aunque no lo pareciera Emma tenía razón, porque éstas observaciones que Cárter hacía no eran del todo inocentes, después de todo buscaba en ella respuestas de algo que quizá ella ni siquiera podría responder sobre el paradero de alguien que si bien su sangre corría por sus venas, no le provocaba más que una inmensa repulsión ¿Insólito? Tal vez, pero no para ella, porque gracias a aquella persona su vida había sido un ambiente turbio y de completa infelicidad que ella no sería capaz de vivir de nuevo, aquella persona era el causante de sus más horribles sueños, o mejor definido pesadillas, porque todo lo que implicara a aquél repulsivo ser era simple y meramente tétrico, algo imposible de comparar con lo que otros niños hubieran llamado un héroe. Porque mientras otras niñas les temían a los monstruos en sus armarios, ella vivía una vida mirando al monstruo cara a cara.

Por si fuera poco, esa situación no era la única que le quitaba sus noches serenas en las manos de Morfeo a la chica, por lo contrario, había algo más: unos ojos del color del océano que como espectros gentiles venían en la madrugada a hacer una amistosa visita, otro tormento que en efecto-de nuevo-contrario al otro, lejos de ser aterrador era dulce y misterioso, dígase intrigante, su dulce tormento, que por más que intentara olvidar no lo conseguía.

Una risa que vagaba en los laberintos de su mente y hacía remolinos incontrolables en sus sistemas sin autorización alguna, una actitud que se colaba en sus sueños y la hacía despertar en pleno amanecer o a plena medianoche con una involuntaria sonrisa que se obligaba a borrar de inmediato de su rostro. Éste chico provocaba en ella no sólo una cantidad de sensaciones que la hacían llegar a la conclusión de que era bipolar, sino que lograba despertar en Emma cosas que ella no llegaba a comprender y eso era por sobre todo extraño para nuestra suspicaz protagonista, la llenaba de dudas y sentimientos e incapaz de interpretar alguno simplemente se rendía, se daba cuenta quizá de que cierto muchacho tenía la habilidad de penetrar sus más profundos sentimientos olvidados en un baúl empolvado y con cerrojo, más sin embargo no quería aceptar que alguien más que no fuera ella tuviera dominio y poder sobre su sistema por lo cual se dedicaba a aplastar todo aquello que la agobiaba mentalmente pero ¿Saldría su plan de la forma en la que lo imaginaba?

Todo ésto era lo que pasaba por su mente en la oscura soledad de su departamento.

Cada uno de nuestros protagonistas estaba tan inmerso en sus propios problemas y miedos, que no se imaginaban que el verdadero peligro estaba al acecho sólo esperando por ser desatado.