El Secreto De Un Pasado

Capítulo 12

Narradora Omnisciente:

En algún lugar remoto a la ciudad lejos de todo ojo curioso que quisiera asomarse, sumido en la oscura penumbra de la noche se encontraba él, que por años había permanecido oculto, en anonimato, sin intención de mostrar la cara puesto que ese simple gesto de vida y existencia representaba para si mismo un peligro extremo que no se disponía a correr. Estaba en conocimiento de que por supuesto el F.B.I y otras fuerzas estaban en busca de la mínima pista de su ubicación, sin imaginarse aquellos hombres que el rastro estaba a sus narices, era divertido para él ver como lo buscaban sin hallar absolutamente nada; aún así no correría el riesgo de mostrarse porque no eran de ignorar sus delitos y no era por nada el hombre o uno de los hombres más buscados en aquella ciudad de la que se mantenía alejado.

Pese a éstos pensamientos aquél hombre había estado considerando la posibilidad de volver a las calles, por supuesto, no con los fines o motivos que los oficiales en su búsqueda imaginaban, esa solo sería una fachada para ejecutar su verdadero plan, ése que había estado maquinando desde hacía ya mucho tiempo, quizá justo después de que aquella escurridiza muchacha escapara de sus hábiles manos y forjara un destino que ella pudiera creer distinto al que él le había asegurado. En efecto la dejó correr, como un cazador que deja correr a su presa para posteriormente divertirse en su cacería al perseguirla, la dejó creerse libre, pero para él había llegado el momento de cazar así como tiempo atrás lo había hecho y estaba seguro de que como la vez anterior, no fallaría en su cometido.

-Señor ¿Nos mandó llamar?-Sonrió al tener en frente a uno de sus mejores hombres.

-Quiero que la busques, encuéntrala sin importar nada ¿Entiendes?-Pidió con firmeza.

-Sí señor-Acto seguido se marchó.

-Prepárate querida, la cacería ha comenzado-Profirió al viento silencioso de la madrugada.

Mientras tanto, lejos de aquellos feroces acontecimientos que sin duda ella no se imaginaba, nuestra querida protagonista se encontraba recién despierta y lista para iniciar un nuevo día en su trabajo, por lo cual sin prisa y sin pausa salió de su departamento.

Al llegar al recinto de su trabajo se puso manos a la obra, las horas pasaban lentas y pesadas, su paciencia para con los clientes no era la mejor y con cada segundo que pasaba creía que iba a matar a cualquiera; quien hubiera creído que aquella tarde donde el viento soplaba con ímpetu el destino le hubiera deparado algo como lo que vio después.

Al establecimiento había entrado no cualquier hombre, no cualquier persona que no tomaría en cuenta porque solo estaba de paso, aquél muchacho era diferente, frente a ella estaba nada más y nada menos que su pesadilla andante, alias, Cárter Williams, pero eso no fue lo que la sorprendió del todo, sino el hecho de que él estaba vestido de policía y que-por primera vez desde que lo conocía-estaba nervioso, cosa que sin lugar a dudas fue lo que la sorprendió aún más, se acercó a él y a sus acompañantes y por primera vez en todo el día se interesó en atender a alguien.

-Buenas tardes, ¿Les puedo ayudar en algo?-Dijo Emma con solemnidad, los oficiales clavaron sus miradas en ella.

-Hola-Le dijo el nervioso muchacho azabache-He, me da gusto verte Emma.

-Hola-Dice ella mirándolo con una pequeña sonrisa-No sabía que fueras policía.

-Pues ahora lo sabes-Se calmó un poco-Así que sí tienes algún problema...

-Sé a quien llamar-Sonrió de lado-¿Son tus compañeros?

-Ho, sí-Volvió a estarse nervioso-Y él es mi padre.

Ella miró con curiosidad al hombre, era muy diferente a él físicamente, pudo apreciar que el sujeto frente a ella tenía el pelo color café y los ojos del tono ambarino más claro que Emma haya podido imaginar, pero en ese caso, ¿A quién se parecía aquél chico de hoyuelos molestos? Nadie podría saberlo. Por otro lado estaba que parecían no llevarse bien, era gracioso pensarlo, quizá él era como ella ¿Quién sabe? No todos sufren lo mismo, pero si pueden llegar a sentirse igual.

-Encantada de conocerlo, me llamo Emma Watson-Lo trató igual que al azabache el primer día, con frialdad.

-Igualmente niña-Dijo el hombre y Emma se estremeció al escucharlo.

Luego de que Emma cubriera su labor con ellos se retiró, tiempo después ellos lo hicieron, pero ella no dejó de pensar en él y en que quizá, no era del todo como ella lo había pintado.