El Secreto De Un Pasado

Capítulo 18

Narra Emma:

Sé que habiendo salvado a Cárter he firmado mi propia sentencia de muerte, sé que quizá todo lo que hemos vivido juntos ha sido una simple actuación y que todo ese tiempo solo estuvo investigándome, aún así siempre he estado segura y puedo dar fe de una cosa... Y es que los ojos son, siempre serán y siempre han sido las ventanas que dan acceso al alma de una persona, por más que intentes engañar y aparentar algo que no eres, tus ojos siempre serán aquello que develará quien eres realmente. En Cárter pude apreciar una cosa que jamás pensé que volvería a apreciar en alguien, no desde que mi propia madre murió, en esos ojos cerúleos que denotaban socarronería había algo más: sinceridad.

La sinceridad de cada palabra dicha, de cada vez que nos miramos a los ojos, de cada risa que compartimos y cada momento que vivimos juntos  en estos pocos meses y que nunca pudieron salir de mi mente desde el primer día, es lo que me da la seguridad de dos cosas: salvarlo valió la pena y.... Todo lo que vivimos fue real, cada momento, cada sentimiento vivido, fue real... Al menos para mí lo ha sido y nada, ni siquiera esa estúpida confesión me hará cambiar de parecer.

Porque lo amo...

Porque me ama...

Porque en mis momentos de oscuridad él ha sido mi luz...

Y aún estando a merced de quien se hace llamar mi padre, sé y confío en que él hará todo lo que esté a su alcance para impedir que me haga más daño y salvarme... aunque eso incluso pueda costarle la vida.

Me encuentro atada de manos y pies, amordazada y en medio de un lugar en el que no puedo distinguir ni mi propia naríz y es que así es todo lo que tenga que ver con Érick, tan oscuro como su propio corazón.

Comienzo a creer que llegó un momento de mi vida en el que deje que dicha oscuridad me consumiera, permití que él tuviera control sobre mí, que gracias a su influencia el sol que brillaba en mi interior se apagara y mi alma fuera consumida por una neblina misteriosa e impenetrable. Él y su mundo perverso y retorcido me convirtieron en un despojo humano, las sombras de lo que yo era en realidad, matándome lentamente, clavando puñales muy profundo en mi interior poco a poco, queriendo convertirme en su marioneta, en alguien igual a él... Insensible, despiadado y sin el más mínimo arrepentimiento por los actos que comete... Luego, como si eso no fuese suficiente para él, justo cuando logro huir de la tormenta y alguien logra entrar en mi corazón y derribar todas las barreras que con el tiempo se habían formado, todo se desvanece en un soplo y vuelvo al punto de inicio.

El sonido de sus pasos me regresa a la realidad, al mirarlo solo puedo darle mi más pura y penetrante mirada de odio y en respuesta recibo su estúpida sonrisa socarrona, una forma de burlarse de mi y demostrarme lo enfermizo que puede llegar a ser, aquello solo me provocan unas tremendas ganas de vomitar.

-Emma querida, nos volvemos a encontrar-Ironiza y ríe fuertemente-Tal parece que tu novio no vendrá a salvarte.

Le lancé mi más feroz gruñido ya que gracias a la mordaza en mi boca no podía hacer nada más.

-Ho querida, puedes relajarte, mi preciado yerno aún tiene oportunidad-Se acerca a mí y me lleva a rastras hasta que la luz del sol que me ciega repentinamente y me obliga a cerrar mis ojos hasta adaptarme a la nueva imagen frente a mí-Después de todo, ellos cuentan con tu hubicación ¿No es así?

El rastreador, es por eso que se nota tan divertido con esta situación, siempre estuvo un paso adelante de nosotros... Cárter tenía razón, de nuevo habíamos sido utilizados en su juego como simples fichas en un tablero de ajedréz, solo esperaba que se diera cuenta y no cometiera el mismo error dos veces o estaríamos perdidos.

-Emma querida, conmigo no se juega-Volvió a arrastrarme hasta quedar a la orilla de la azotea en la que estábamos-¿Puedes apreciar ésta altura? Ésto será lo último que verás antes de que acabe contigo, Ho cierto,  eso... Y la muerte de tu preciado gente-Su risa estruendosa hizo que empezara a temer, por favor hoyuelos, no cometas una locura.