9 Años

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Desde que acepté ser el futuro líder las cosas se complicaron, por eso mi tiempo era limitado y completamente manejado por Madam Yu o por el tío.

Todos los días me hacían ir a la biblioteca a estudiar por lo menos durante 2 horas, tenía miles de libros y pergaminos que aprender de memoria.

Al menos mis cazas nocturnas no fueron interrumpidas si yo no quería, solo cuando tenía cosas atrasadas o demasiado sueño me quedaba en muelle de loto.

[...]

-¿A-Ying necesitas ayuda?

-Gracias Madam Yu pero creo que puepd terminar a tiempo por mi mismo.

Estaba aprendiendo sobre las protecciones necesarias de las sectas, también cómo hacer propuestas que fueran aceptables y que ayudaran a él clan.

Madam Yu sonrió para salir de mi habitación, el aterdecer estaba acabando dándole paso a la noche, quería terminar rápido para ir a mi caza diaria, a si fuera para dar un corto paseo.

Suspiré y me concentré, debía saberlo de memoria para poder irme con la conciencia en paz, si no lo hacía nunca podía disfrutar del momento de tranquilidad que hay en las noches de Yunmeng.

[...]

-Sobre todo las buenas propuestas son escuchadas y por eos hay que planearlas con antelación.

Terminé de decir de memoria lo que me aprendí y sonreí, agarré los libros para colocarlos en la esquina de la mesa y levantarme.

Me estiré y mi espalda crujio, me pasaba mucho por estar horas delante de la mesa en mis estudios, agite la cabeza y salí de mi habitación.

Durante los años mi lobo cada vez era más alto y fuerte, por eso me solían decir que seguramente fuera Alfa, no me importaba serlo o no, eso no influía en mi vida.

Caminé con calma en medio de los árboles que indicaban la entrada al bosque, respiré profundamente dejando que el oxígeno se adentrara lo más podible en mis pulmones.

Llegué al río en el que una vez quedé atrapado, tomé un poco de agua y fui a la cascada, me gustaba bañarme ahí, el lugar no era peligroso por lo que era mejor para mi.

Hoy no tenía ganas de meterme, tenía frío ya que no dentro de mucho sería primavera, me adentré de nuevo en los arbustos cuando escuché un chillido muy suave del otro lado del río.

Me di la vuelta pero al no escuchar nada más supuse que era mi imaginación, de todos modos nadie a parte de mi iba al bosque a esa hora.

Caminé de nuevo y otro quejido sonó, esta vez parecía una respiración agitada y llorosa, me devolví siguiendo el sonido, crucé el río y vi a lo lejos un cuerpo completamente blanco.

Me acerqué en silencio, por la oscuridad de la noche no era visible pero aquel lobo sabía que alguien le observaba, su cabeza giraba de un lado a otro mientras estaba acostado en el piso.

El olor a hierro proveniente de su cuerpo me llamó la atención y al mismo tiempo me preocupó, me acerqué más y la luz de la luna me hizo visible ante el joven.

Este quiso retroceder por la sorpresa, supe que era tan inexpresivo como yo porque sus facciones no cambiaron, sus ojos lo demostraban.

-¿Estás bien?

Nuestros ojos conectaron de una manera extraña, no podía dejar de ver esos pozos dorados, sentía que si lo hacía moriría, nunca había visto un color tan hermoso aún cuando los de mi meimei eran parecidos.

El chico que parecía ser menor que yo se alejó apartando la mirada viendo al río, sus patas tenían varias manchas de sangre y uno que otro moretón que se alcanzara a ver.

Desprecio Y Obligación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora