26 Y 27 Años Último Capítulo.

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El pequeño Wei Xuanyu hijo de Wei Wuxian y Lan Wangji jugaba en la tierra bajo la triste mirada de su madre quien pelaba unas semillas de loto que seguramente terminaría dando a los niños del pueblo, todos los días pelaba aquellas semillas con la esperanza de que su esposo aparezca por la puerta y las pueda comer pero nunca pasa eso.

Hacía 6 meses que no veía a Wei Wuxian, su Alpha partió a la frontera para pelear contra los Wen que luchaban por la muerte de su segundo joven amo, Lan Wangji a veces podía sentir el dolor de su esposo por su marca, los días de hambre, los días de sed, las ganas de vomitar, la tristeza, la risa, la muerte, todo lo sentía como si fuese su propia experiencia, como si fuese él quien lideraba a los cultivadores en el frente.

Lan Wangji todas las noches llora en silencio al ver como su hijo siempre busca la presencia de su padre quien por mucho que lo llame con sus pequeños balbuceos no aparece, su cuñada Jiang Yanli ya debe partir a la secta Jin para contraer matrimonio con el joven amo de la secta pero ella se niega a hacerlo (porque ni siquiera lo ama) además que su Gege no está allí, así que lleva varios meses retrasándose la fecha bajo las canas verdes del líder Jin quien empieza a rechazar toda petición a retrasar más la fecha.

Por eso por primera vez desde que Wei Wuxian se fue Lan Wangji escribió una carta para pedirle a su Alpha que regrese, sabe que la probabilidad de que lo haga es baja, pero puede poner la alianza con LanLing como excusa para poder por fin estar de nuevo a su lado así sea solo por unos días. No esperaba recibir una respuesta pocos tiempo después, Wei Wuxian regresaba a casa.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, agarró a su hijo limpiando un poco la arena de su ropa y salió corriendo hacia la sala de espadas donde encontró a sus suegros y su cuñada hablando entre ellos, todos voltearon a verle sorprendidos por ver cómo lágrimas mojaban sus mejillas y traía una carta en las manos.

-Wei Ying viene a casa.

Todos lo miraron con los ojos abiertos y sonrieron antes de ir hacia él para un abrazo familiar, algo a lo que poco a poco se acostumbró porque su Alpha siempre lo integraba en esos pequeños momentos de felicidad en su familia.

[...]

Soy Wei Wuxian, tengo 26 años, y estoy de regreso a mi hogar para ver de nuevo a mi familia, una gran cicatriz en mi cuello de cuando intentaron asesinarme con una espada apuntando a mi yugular, algo que por mis reflejos alcancé a esquivar matando a ese cultivador al instante. No debería abandonar mi puesto, pero si Lan Zhan pidió mi presencia debía ser algo serio, desde que me fui para enfrentar a los Wen no recibí ninguna noticia de él.

En tres días estaba en muelle de loto, una de mis piernas entablilladas por una flecha envenenada que se clavó en mi tobillo, mi ojo tapado por una venda ya que hacía poco tiempo me hirieron en él dejándome parcialmente ciego. Ignorando las miradas preocupadas en el pueblo llegué a casa, pocos segundos después túnicas moradas y blancas se dejaron ver.

Lan Zhan se tiró en mis brazos agarrándose a mi con fuerza, sus lágrimas mojaron mi túnica y solo pude alzarlo dejando que enrede sus piernas en mi cadera, el entablillado en mi pierna se rompió haciendo que un quejido deje mis labios pero aún así no me separé de mi Omega, caminé con lentitud hacia donde estaba mi familia con los ojos llenos de lágrimas mientras me veían preocupados por mi estado, en brazos de A-Li un pequeño niño que supe inmediatamente de quién se trataba.

Bajé a Lan Zhan de mis brazos sin dejar que se aleje para revisarme, no quería que llore aún más por ver mi estado, agarré a A-Yu con cuidado y las lágrimas retenidas en mis ojos no soportaron su peso cayendo por mi mejillas quedando retenidas en la venda, las pequeñas y gordas manos de mi hijo alcanzaron mi rostro tratando de quitar las lágrimas.

Desprecio Y Obligación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora