Capítulo 09

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Este capítulo quiero dedicárselo a cada personita que inicio a leer esta historia, todxs aquellos que terminaron a Alicia y siguieron leyendo, pero sobre todo a la que ya estaban.
Gracias por cada lectura.
Gracias por cada voto.
Gracias por cada comentario.
Se los agradezco de todo corazón 💖

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Ha pasado exactamente una semana desde que salí de casa y me he dedicado en trabajar. Lo he hecho bien, bueno, excepto por pequeños accidentes.

El primer día, deje caer un café caliente en las piernas de un cliente.

El segundo día, bote la sal en un recipiente de jugo.

El tercer día, golpee sin querer la cara de otro cliente con una bandeja.

El cuarto, me caí al resbalarme con el piso mojado y en consecuencia de eso, deje caer la comida de unos clientes frecuentes en el lugar, pero ellos no se molestaron al contrario se rieron, y hasta propina me dejaron.

Supongo que di un buen entretenimiento.

Y así siguieron los días por eso, me cambiaron de puesto. Estoy en la cocina, ayudando a lavar los platos.

Creyeron que cambiarme de lugar, sería menos trágico. Fue peor.

El primer día que me cambiaron, incendie un recipiente plástico.

Pero sin embargo, el asunto no era mi mala suerte, sino que no había hablado con Eithan durante esos días.

Me había dejado su celular desbloqueado del todo y aunque llegaron cientos de mensajes tanto de texto, y en las aplicaciones, no los leí.

Ciertamente, respeto su privacidad como él respeta la mía, aunque no lo niego, me entró ganas de ver sus mensajes pero lo evite a toda costa.

Lo máximo que hago es llamar a Dayana y Sabrina, pero ellas sí que han querido revisar el celular y se los he negado.

-Alicia, supongo que el plato ya está limpio. Llevas más de media hora puliendo el mismo, lo volverás transparente -comenta Eliot a mi lado.

Me incorporo.
-Lo siento, últimamente ando distraída -comento, mirándolo de soslayo.

Pone los ojos en blanco
-Se nota -concuerda, riendo -, ya podéis irte, este es tu pago.

Dejo el plato en su lugar y seco mis manos, y luego sujeto el dinero.
-Gracias, aunque solo llevo una semana -digo, contando todo.

-Lo sé, pero se está cancelando el medio mes de una vez.

Le sonrió, amablemente.
-Pensé que me odiabas, pero veo que no.

Bufa.
-Vamos chica, sal de aquí. Antes que dañes algo más en la cocina.

Elevó una ceja, indignada.
-No he dañado nada.

Frunce el ceño y lleva sus manos a la cintura.
-Espero estés bromeando. Dos tazas, siete platos, y supongo qué no queréis que siga porque iniciare a descontarlo.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora