Epílogo

142 18 14
                                    

UN AÑO DESPUES

«El amor es libertad, no una jaula que evite que vueles»
«El amor es protección, no ansiedad»
«El amor no te abandona ante la adversidad, lucha hasta el final»
«El amor no te limita, te transforma»
«El amor nunca te opaca, te hace brillar»

El amor transformó la tristeza y la ansiedad en la cual se inundó mi padre durante todo este tiempo en días de sonrisas. Días en qué volvió mirar la vida de otra manera, lo ayudo a salir y concentrarte en el trabajo, pero sobre todo, ser el padre que nuestro hermano menor necesita.

El amor de mis amigos y seres queridos me ayudaron avanzar cuando no tenía las fuerzas de dar el primer paso para seguir mis sueños. Me elevaron, me dieron alas y fui libre. Pude culminar mi carrera y ya estoy por graduarme.

Christopher y Dayana, aún están juntos cada uno cumpliendo con sus metas y formando el hogar que anhela para su futura generación. Christopher sigue siendo el hermano protector, no abandona a nuestro pequeño hermano ni a mi.

Sabrina y Ryan, ambos decidieron volver a intentarlo porque pasó el tiempo que necesitaban para avanzar y crecer. Hoy por hoy, viven fuera del país.

Y Eithan, bueno. Él se volvió un jugador famoso en tan poco tiempo. Un modelo de ropa deportiva a nivel mundial, rostro de líneas de perfume masculino en fin, cada esfuerzo y dedicación fue recompensado.

La conexión que formaron aún existía era pocas las veces que todos se unían, pero la hacían inolvidable aunque en esos pequeños encuentro nunca pude estar. Los amaba con la misma intensidad.

Y hablando de encuentros...
Todos estaban en la final del súper bowls, ya que Eithan esta jugando.

Me levanto rápidamente al escuchar el mirando al frente en cambio los demás, se quedan en silencio al verme.

Sonrió ampliamente.
—Hola, muggles.

Eithan, frunce el ceño al mirarme, pero luego se suavizan los ojos. Girando a mirar a su equipo y con un ademán pide que todos se salgan.

Doy un paso al frente y el retrocede.

—¿Qué hacéis aquí? —indaga indiferente, mientras se seca con una toalla.

Aclaro la garganta.
—Es la final del súper bowls. Solo quise venir a apoyarte.

—Lo puedes hacer desde las gradas. Cómo los demás espectadores —suelta si compasión y siento que me merezco esa indiferencia.

La última vez que cruzamos palabras fue en la clínica cuando recupere la memoria y digamos que no fue algo grato. Se que lo lastime con cada una de mis palabras, pero sabía porque lo hacía en aquel entonces.

Intento conectar con su mirada, pero evita mirarme fijamente. Solo se concentra en secar su sudor.

—¿Vienes por un autógrafo? —dice arrogante —, te puedo dar una foto.

Elevó una ceja.
—No soy cualquier espectadora, vale. Además que voy a hacer yo con una foto tuya.

—Anhelar alguna vez tener una cita conmigo —dice, ahora mirándome fijamente, mientras toma agua.

Sonrió.
—Sigues siendo un idiota.

—Pero este idiota te tiene aquí, admirando lo que otras quisiera ver —dice quitándose la camisa y yo ni bajo la mirada.

—Veo que la fama se te subió a la cabeza. Arrogante, gilipolla —me dió media vuelta y encamino hacia la puerta, pero la cierra al colocar su mano y evitando que salga.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora