Capitulo 32

91 12 8
                                    

.Eithan Scott.

Estos últimos días, han sido agobiante para mí, he sentido la presión de llamadas y mensajes constante de mi representante. He intentado sobre llevar las cosas con calma porque no quiero irme aún, así que he sido precavido con todo los proyectos atrasar uno que otro.

Sin embargo, el tiempo no se ha perdido en absoluto. He pasado días con Alicia, es decir, voy seguido a su casa aunque no hablo con ella constantemente, los intervalos de tiempo han sido agradable. La he visto leer más seguido, le he llevado uno que otro libro y eso ciertamente, le ha provocado una sonrisa, haciéndome feliz a mi.

La he escuchado tocar el piano con algo de dificultad, pero ha mejorado notablemente, aunque existe esa tonada que cantatubea constante en su caminar por su casa, mientras hace alguna activa y bueno, me tiene pensativo.

—...No tengo muchas ganas de salir, Dayana —le escuchó decir —, ayer caminamos mucho en el centro comercial.

Escucho el bufido de Dayana.
—No caminamos tanto.

—¡Tres centro comerciales! Y no compraste nada. Nada —subraya la última palabra, mi chica hermosa.

Giro mi rostro, mirando por encima de mi hombro, visualizando en su dirección.

—...Compramos rápidamente fue la ropa del bebé. Y eso por qué la elegí yo —resalta y toma asiento en un banquillo de la cocina —, estoy agotada. Ni ganas me dieron de ir a correr por la mañana con mi vecino.

¿Vecino?

¿Cuál vecino?

Dayana me echa una mirada de reojo, sonriendo.
—¿Qué tanto sales a correr con tu vecino? —interroga, devolviendo la mirada hacia Alicia.

Respiro profundo y dejo los documentos que sostenía, sobre la mesa.

Alicia, mira incrédula a Dayana.
—Estas semanas he ido a correr con él. Me ayudado un poco con la actividad física. Pero ¿Por qué la pregunta? Si sabéis que salgo por las mañanas.

—No sabía que estabas saliendo a correr con él. Porque no los veo que se encuentre al salir —aclara Sabrina.

—... Sería muy irresponsable de mi parte dejar salir a mi hermana sola —interrumpe Christopher y atrae mi atención, mirándolo directamente.

—Es un desconocido para ella —aclara Dayana y yo la apoyo interiormente.

Christopher se levanta, entregando unos documentos en mis manos.
—Si. Todos hemos sido desconocidos, pero poco a poco el chico se fue ganando la confianza este tiempo. Alicia, le agrada y lo importante aquí es que le ha hecho bien ir a hacer ejercicios, correr, mirar su ambiente alrededor.

»Ademas el chico no va solo, van otras vecinas que se ubican a dos casas más abajo.

—...Y no hablen como si yo no existiera —la escuchó decir y atrae la mirada de todos—, no quiero que tengais problemas solo porque me has dejado salir. Me he sentido una niña todo este tiempo, me ha tocado aprender a conocerme principalmente, conocerlos, vivir con el temor constante de no recuperar mi memoria.

»Duermo en una cama, dónde no todo el tiempo me siento cómoda, conviví al principio con todos y me sentía incómoda queriendo escapar las primeras noches. Lo que me mantuvo un poco calmada fueron los retrato en las paredes.

»Tienen miedo de que no recupere la memoria. Todos piensan en eso, pero se han preguntado si yo quiero recordarlo. Nadie se ha tomado un minuto de su tiempo en preguntarme en qué quiero realmente. Son simple fragmentos que obtengo en sueño donde estoy leyendo, donde estoy tocando el piano. Y por eso, busco manera de volver a eso porque sentía la paz en mis sueños y solo eso quisiera tener de mi pasado por los momentos. Todo es confuso para mí, aún lo es.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora