Capítulo 16

287 29 6
                                    

Encamino hasta la parada del bus. Eithan, tenía una reunión con su padre y por eso, aproveche de venir a terapia.

Me encanta las terapia.

Y si, la terapeuta nos cae muy bien.

—Tomar la iniciativa de ir cuando estaba lejos de casa fue una buena decisión —digo para mí misma.

Me detengo al visualizar a un hombre frente a mi y al no ver ninguna intención de moverse de su parte, tomo la iniciativa y le paso por un lado.

—Chloe.

Detuve mis pasos y de manera simultánea mi corazón comenzó a latir rápidamente y no precisamente por cómo me esta llamando, sino por ese tono de voz.

Empiezo a respirar con dificultad y lentamente miro a mi lado izquierdo, visualizandolo fijamente.

Se despoja de sus lentes y gorra.
—Hija.

¿Hija?

No me gusta esto, no me gusta la idea que este frente a mi.

—E...,eres tú. —Paso saliva —, él que ha estado yendo a mi lugar de trabajo.

Asiente lentamente y toca unos mechones de mi cabello, haciendo que me sienta más aterrorizada. 

Retrocedo cinco pasos y me alejo de él.

Lo detallo perfectamente y abro aún más los ojos al darme cuenta que es aquel hombre con el que he estado soñando.

—Mi dulce Chloe.

—Alejate —digo en un hilo de voz, aterrada.

—Soy yo. —Pone ambas manos en su pecho —, tu padre. Te he estado buscando desde hace mucho tiempo, pequeña.

Niego con la cabeza, nerviosa y retrocedo cautelosamente.

Estoy frente a mi padre.

Debería estar feliz.

Pero no lo estoy.

Alicia, vámonos. Esto no me gusta.

—Tú, me estás siguiendo.

—Solo quería hablar contigo, conocerte. He soñado tanto con nuestro encuentro.

Niego con la cabeza.
—Y yo tenia muchas ganas de conocer a mis padres, pero... —guardo silencio al verlo sonreír.

Tengo miedo, tengo miedo.

Inicio a recordar cada pesadilla que he tenido con él y al pasar el tiempo, ellas fueron empeorando.

—...Y ahora que te encontré, podré pasar tiempo contigo. Mi dulce hija, no lloreis.

Pasó mis manos por mi rostro para comprobar sus palabras y siento la humedad del mismo.

—Y yo soñé contigo muchas veces —me escucho decir —, pero cada uno fue una pesadilla. Ninguno fue tierno u amoroso.

Se echa a reír y cada vez es peor la sensación de temor que despierta en mi.

—No tengáis miedo. Se que naciste el veinticuatro de junio, ese día tu madre me abandono y te alejo de mi.

¿No temerle?

He tenido pesadillas de todo tipo con él, se convirtió en mi castigo cada noche y ahora que está frente a mi y saber qué es real, siento que cada una de esas pesadillas se pueden hacer realidad en segundos.

—No es cierto, no lo es. Ninguno me quiso y me abandonaron.

Niega lentamente.
—No, ella te alejo de mi. Yo si te quiero —dice y se acerca a mí. Sujetando mi rostro —, ahora podéis venir conmigo.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora