Capitulo 34

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🤍Eithan🤍

Cada día que pasaba a su lado se volvía  inolvidable. Sin darnos cuenta estábamos recreando y creando recuerdos nuevos.

Desde aquél espectáculos de faroles de los deseos elevándose por los cielo y reflejándose en el mar, quedó un abrazo y una mirada que trascendió más allá. Que comprobé y sigo asegurando en cada mirada que esa mujer me traslada a una paz que solo encuentro en su presencia

Entonces como alejarme. Encuentro la felicidad y estabilidad estando solo, pero... Joder con ella es una felicidad y una paz indescriptible.

Detengo el auto, apagando.

Observo la cabaña donde por un tiempo estuve viviendo con ella y sí, este es el destino final de este viaje. Claro tuve que hacer una llamada y pedir que recogieran algunas cosas.

Desvío la mirada hacia la derecha, visualizando a Alicia a las afueras de la cabaña, admirando el paisaje del lugar.

Y nosotros la admiramos  a ella.

—Espero estéis seguro de esto —escucho a Chris —, todos sabemos lo que intentas hacer.

Suelto un suspiro.
—Ahora todos saben. Solo quiero que ella quede con buenos recuerdos de este viaje.

Pronto nos tocará partir.

Abro la puerta del auto y salgo, encaminando hacia la entrada de la cabaña, indicando que todos se acercarán.

Escuchaba cada uno comentar algo diferente sobre la cabaña respecto a los cambios y claro está, observan con detalle que no existiera algo referente a nosotros.

Pero vamos tío, cada rincón de la cabaña tiene recuerdos con ella.

—...Eithan, ¿Es tuya?

—Es de mi chica —suelto y solo siento el silencio apoderarse de todo.

Volteo a dónde estan los demás y ella me mira fijamente.

—¿De la chica de que tú...

—Si, exactamente —interrumpo —. De la mujer que amo, si. Está cabaña es de ella.

Visualizo como traga grueso y desvía la mira.

—¿Puedo indicarle las habitaciones? —indaga Ryan y de un ademán le afirmó.

Suelto un suspiro frustrante y voy a la cocina, buscando algo para tomar.

—Debo decir que eres bastante fuerte —escucho a Sabrina hablar —, no todos hacen lo que están haciendo, Eithan.

—Quizas por qué ninguno se ha enamorado como lo estoy yo —afirmo, tomando algo de agua.

—No hablo exactamente de eso, Eithan.

Elevó una ceja.
—Entonces a qué te refieres.

—Rendirse.

Pongo los ojos en órbita y suelto una risita.
—Si de ella se trata, no me rendiré.

—Y si ella no quiere volver a saber de ti —dice fríamente.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora