Capítulo 15

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Dedicado a arelys_isabel y paulimar33 anjely-10z

.Eithan Scott.


Solo puedo decir que después de hoy, no caminaré, sino que volaré.


¡Andamos en el aire!

Despertar está mañana y encontrarme con el rostro de piel canela de mi chica, me hizo sentir feliz.

Cómo describir lo sucedido anoche, no sabría porque la palabra perfecto quedaría corta ni siquiera magia sería correcta, no sé qué definición darle, así que solo diré; armónico.

Armonía perfecta en todos los sentidos.

Mientras ella dormía entre mis brazos, me dediqué en acariciar su espalda con la yema de los dedos y en toda la trayectoria de manera involuntaria, sonreí.

Ahora bien, puedo confesar que estoy agotado y es que luego de hacer el amor sobre la encimera en donde la hice correrse dos veces pues, siguió sobre el sofá en donde ella me lo hizo y posteriormente, seguimos en el sofá del balcón  y en ese último, quedamos exhaustos.

Quería seguir lo admito, pero fue tanto el agotamiento que nos quedamos dormidos en ese último lugar, excepto que a decir verdad no pude dormir en absoluto pensando en el tema.

—Tener hijos.

En primer lugar, pienso que es muy pronto aún estamos estudiando y solo nos queda un año.

Por otra parte, somos críos, criando otros críos.

Pero existe un detalle y es que, sonreía solo de imaginarme un crío.

Cuando estaba cocinando con Tiffy y ella saco el tema pues, mi mirada fue directo hacia a Alicia y ella puso cara de pánico.  Entonces al verla así, me entró nerviosismo y negué rotundamente la idea de tener hijos.

Escucho un quejido perezoso provenir por el pasillo que da desde nuestra habitación hasta la cocina.

Nuestra habitación, me gusta como suena.

Espera que lo escuche provenir de ella.

Será doblemente perfecto.

La observo con su cabello hecho un caos, mi ropa de la noche anterior y caminando lentamente, perezosa.

—Hola, dormilona —digo, poniendo mi atención en la cocina al mismo tiempo que  volteo un huevo revuelto en el sartén. 

La escucho dejar de quejarse y posteriormente el sonido del taburete.

Visualizo por encima de mi hombro izquierdo cuando se sienta sobre el  mismo y apoya su codo sobre la encimera y anuda  su mano en  puño en colocándolo bajo su mentón.

—Buenos días, ser que no duerme y al parecer no se cansa. —Bosteza.

Dejo salir una sonrisita al ver su carita soñolienta.
—Días, preciosa. Porque buenos fueron las cogiditas que tuvimos.

Fragmentos | Destino#2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora