5: "clínica"

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¿Cuál era la definición correcta cuando alguien está intranquilo sobre las decisiones de su rival? Bandos rivales, jefes que compartieron una historia juntos, habían entrelazado sus destinos quieran o no, estaban destinados a reencontrarse en cualquier circunstancia. Incluso cuando para Mori definir situaciones con lógica le eran fáciles, ahora no. O más bien, no se permitía a sí mismo avanzar de forma tan imprudente, estaba en duda con sí mismo, debatía con sí mismo, era una guerra, una "montaña rusa emocional".

Era de noche, la brisa fresca impactaba contra su rostro, en el patio trasero del hogar se oían pasos acercándose a su espalda, Fukuzawa interrumpió la tranquilidad de Ogai. El pelinegro le daba la espalda sentado, fijando sus ojos sobre el cielo estrellado.

─ conseguí un colchón para tí, será mucho más cómodo para que duermas. ─ no recibió respuesta inmediata, solamente atendido con un asentir del menor. Fukuzawa gruñó un poco, no tenía humor para aguantar sus nostálgicos momentos. Fue el primero en retirarse.

Mori siguió sentado en aquél césped corto, llevaba una camisa de mangas largas y el pantalón de trabajo oscuro, su cabello estaba recogido con una pequeña cola. Su piel se erizó en la última brisa, indicándole que el frió ya traspasaba la tela de su vestuario. Se levantó, devolviéndose adentro de casa. Las luces estaban apagadas, el silencio invadía todas las habitaciones. Fukuzawa se encerraba en su habitación, y de ahí ya no salía hasta la mañana. El colchón que se suponía era su cama, llevaba unas telas blancas por encima, no tenía ganas de dormir.

La risita de una niña se escuchó por toda la casa, Mori sonrió, volteando para colocar su dedo índice sobre sus labios, indicando que haga silencio. La chica asintió, tomándolo de la mano y llevándolo hasta la puerta.

─ Elise-chan, no podemos salir, no ahora. ─ la rubia infló su mejilla, con sus pequeños brazos rodeó la cintura del pelinegro, aunque se tratase de una habilidad, su habilidad, Mori la seguía viendo como una niña a la cual debía cuidar y proteger ─ Fukuzawa-dono podría enfadarse mucho.

─ Rintaro, él está durmiendo, ¡Vayamos con los demás! Vayamos a casa. No me gusta estar aquí. ─ formó un puchero, estirando de la ropa masculina.

Mori acostumbra a cumplir los caprichos de la menor, pero esta vez se negaba. Movió su cabeza, esos movimientos hicieron que la expresión cabizbaja de la chica se le subieran los humos. El mayor solo se limitó a acariciarle la cabellera, acostandola sobre la tela fina y tapandola.

¿Debían dormir? No se sentía seguro cerrando sus ojos, en ambos trabajos se había tomado franco por un tiempo, en el doctorado fue con la excusa de paternidad. Debía platicar con Fukuzawa en la mañana, pero pedirle tiempo iba a ser difícil, el de cabello plateado solo sabe distanciarse.
El pelinegro negó con la cabeza para sí mismo, seguido de, quitar sus zapatos y recostarse a un lado de la chica, con sus brazos rodeó el cuerpo de la habilidad y cerró los ojos, dejándola inconscientemente como guardia.

...

Fukuzawa estaba aturdido, a penas sale de su cama y el ambiente incómodo lo invadía. Se había levantado finalmente, aunque hoy había una jornada laboral, el de pelo plateado solía despertar de mañana naturalmente.
Pero para Mori, parecía ser lo contrario, las jornadas se las tomaba en serio. El cuerpo del doctor estaba esparramado por el colchón, a su lado, la rubia jugando con las sábanas y las almohadas arrebatadas.

─ Oh... Presidente de la agencia, Rintaro sigue durmiendo. ¿Quieres que lo despierte? ─ Fukuzawa negó, la presencia inesperada de aquélla chica le desagradaba, y decirlo a la ligera era poco, detestaba todo sobre ella. De alguna forma, el presidente lo veía como una representación de toda la oscuridad del mafioso. ─ ¿Hay algo para desayunar? ¡Rintaro suele comprarme panqueques! Quiero comer algo estilo americano.

alianza ✧ Fukumori.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora