Capítulo 10

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-Gaara...-

-Suéltala- reto Sasuke mirando con frialdad al pelirrojo.

-Seamos honestos ni a ti te interesa lo que haga con ella- dijo aplicando más fuerza en el agarre de arena.

-¡Ese no es el punto imbécil!- dijo lanzando su jutsu bola de fuego al ninja de Suna, pero este se defendió cubriéndose con un escudo de arena.  El calor convirtió aquella arena en vidrio, y Sasuke sólo se irritó al ver la ineficiencia de su ataque.

Sasuke activó su Sharingan, estaba listo para volver atacar, mientras Gaara mantenía su tortura a la pelirrosa.

-¡Suficiente!- la anbu apareció en medio de ambos chicos. -No vale la pena seguir peleando- 

-Claro que si- dijo el shinobi de Suna lleno de ira -yo me encargaré de hacer sufrir a todas las escorias que se atrevan a dañar a Naruto- la anbu no pudo controlarse y se sonrojó intensamente por la respuesta del pelirrojo, nunca nadie le había demostrado interés de esa forma.

Naruko se arrepentía de no estar portando su máscara, ya que fue evidente su reacción. Y eso confundió a ambos chicos que la miraban sin entender su reacción.

-Gaara, es suficiente, no fue la gran cosa. Por favor no lastimes a nadie- el clon Naruto gritó desesperado al ver como Sakura lentamente perdida la consciencia, estaba intentando tranquilizarlo.

El pelirrojo miro de mala manera a Sakura y Sasuke, para liberar a la chica del agarre y esta comenzara a toser desesperadamente.

-Agradécele a Naruto que no me haya encargado de ti- dijo de mala gana. -Pero si alguno de ustedes lo vuelve a hacer llorar les prometo que será lo último que hagan-

-¿Llorar?- preguntó Sasuke curioso. -No sabía que el miedocito también era un llorón- dijo queriéndose burlar pero recibió una mirada asesina de todos, la situación ya era complicada y Sasuke no media sus palabras.

Gaara estaba a punto de interferir con su arena para hacerlo sufrir, pero el rubio fue más rápido y noqueo al Uchiha detrás del cuello, dejándolo inconsciente de un solo golpe. Su taijutsu era tan veloz que fue indetectable para el poco desarrollado Sharingan de Sasuke.

-¡Gaara! ¡¿porque dijiste eso?!- reclamó avergonzado el clon. -No es como que siempre llore, además no tienes que defenderme- el pelirrojo lo miraba serio, era evidente que no se arrepentía.

-Porque estoy seguro que el día que te encontré en el bosque no ha sido la única vez-

-Pero...- el clon quería refutar, pero el pelirrojo lo silenció colocando un dedo sobre sus labios.

-Se que eres fuerte, lo reconozco, te he visto y nunca lo dudaría. Se que tienes la fuerza, pero nunca has enfrentado a quienes te humillan- lo miraba profundamente y aquellos ojos aquamarina contemplaban como esos orbes azules se cristalizaban dejando asomar ligeras lágrimas. -Naruto, se que apenas nos conocemos, pero te considero mi amigo. Eres una persona increíble, por lo que no permitiré que escorias como esas te dañen. Yo cuidaré de ti, y te protegeré aunque no me lo pidas, siempre estaré para ti- dijo con seriedad sin saber como lidiar con la reacción del rubio.

-Gracias por ser mi amigo- dijo entre sollozos Naruto y abrazo con fuerza al pelirrojo que se tensó inmediatamente por la cercanía. La chica lo notó y se separó al instante, pero no fue capaz de detener sus lágrimas. Las palabras del shinobi de Suna habían tenido gran impacto en ella.

La anbu y su clon lloraban, y aunque quisiera disimular como se sentía, estaba muy emocional. Nunca había sentido una preocupación genuina y honesta por su persona, un deseo sincero de protegerla. Usualmente vivía en el repudio y llegar a sentir esta cercanía con alguien era algo maravilloso.

Sus lágrimas eran más intensas, estaba tan inestable emocionalmente que no sabría si sería capaz de seguir manteniendo su clon.

Al notar que su llanto no cesaba, Gaara intentó limpiar sus lágrimas de sus mejillas, pero ante aquel delicado roce el clon se esfumó.

Naruko se había colocado su máscara de zorro para disfrazar el desastre que era tras haber llorado. Asimismo, intentaba fingir que todo estaba bien mientras apenas se podía concentrar para aplicar un jutsu médico sobre la pelirosa.

Aunque Sakura siempre fuera cruel con ella, la anbu no la dejaría en aquel estado deplorable.

-Lamento haber escuchado su conversación- dijo finalmente la anbu simulando que ella no era en realidad la verdadera destinataria de tan sinceras palabras. -Eres una persona increíble Gaara, y estoy segura que Naruto esta más que agradecido por tu apoyo.- dijo para toparse con un semblante depresivo del chico pelirrojo al pensar que el rubio estaba huyendo de él.

El ninja de la arena no tenía palabras, no sabía como sentirse, ya que se había abierto con alguien después de muchos años de reprimir la bondad que tenía. Y su desilusión fue grande cuando Naruto se esfumó frente a él, sintió que estaba rechazando sus sentimientos.

-Gaara, tranquilo, Naruto solo necesita tiempo para asimilar las cosas, él te considera su amigo, y tras lo ocurrido hoy estoy segura que él también te aprecia. Sólo ten paciencia, y verás que tengo razón.-

El chico solo suspiro pesadamente. -Espero tengas razón- dijo para subir a un árbol e irse saltando entre las ramas.

Naruko terminó de curar a Sakura, y después de meditarlo algunos minutos decidió usar el jutsu que le enseñó Sarutobi para borrar recuerdos, y así hacerlos olvidar la última hora

Aunque ella quisiera que sus compañeros recordaran la amenaza del ninja de la arena, y que quizás con esa advertencia dejaran de humillarla. Sabía que Sakura no se quedaría callada, y podría reportar a Gaara ante el comité de los exámenes, y ciertamente le parecía injusto que priven a un ninja calificado a subir de rango por lloriqueos de niñas estúpidas como Sakura.

Especialmente porque sabía que el accionar del ninja de Suna era por defenderle, por consiguiente no permitiría que por su culpa su nuevo amigo se viera afectado.

Tras terminar el jutsu llevó a ambos chicos a sus casas y pensó en que su día pudo haber sido un fiasco si no fuera por la intromisión del pelirrojo, y al instante su rostro se sonrojó al recordar todo lo que le dijo.

-Quizás debería buscarlo para aclarar mi desaparición- pensó al recordar su mirada tras esfumarse su clon.

Gaaruko: Siempre estuvimos destinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora