Capítulo 7

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-Naruto, parece que te encanta meterte en problemas- dijo una voz llena de fastidio.

-¡Shikamaru!- gritó emocionada al verlo después de bastante tiempo. Su felicidad al ver al chico generó molestia en el pelirrojo.

-No deberías estar molestando a los extranjeros- dijo irritado mientras hacía el jutsu de posesión de sombras para detener a Kankuro.

-Pero Shikamaru, no estoy haciendo nada malo-

El pelinegro se sujetó el puente de la nariz buscando paciencia con el rubio.-Tampoco es como que pueda confiar en el ninja imperactivo número uno, en cualquier momento puedes iniciar un problema internacional por tu impertinencia. Además dudo que este tipo quiera golpearte sin razón-

-Ya suéltame maldito- se quejó Kankuro.

-Solo si prometes no hacer más escándalo, o ¿acaso debo recordarte que estas en la aldea de la hoja y puedes suspender los exámenes Chūnin por estas tonterías?-

Kankuro refunfuñó reconociendo que el pelinegro tenía razón, este sonrió satisfecho y le liberó del jutsu.

-Vámonos Naruto, ya hiciste suficiente-

El pelirrojo le miró de mala manera por la forma en que se dirigía al rubio, pero Shikamaru solo le sonrió con burla.

-Pero Shikamaru, te juro que no hice nada- se quejó intentando convencer a su amigo mientras era jalado alejándose de los shinobis de Suna.

-Que extraños son los ninjas de la hoja- se quejó Kankuro, y Gaara le ignoró yéndose.

...

-¿Y bien que hacías con esos sujetos?- se quejó molesto Shikamaru -Si no hubiera sido por mi jutsu ese imbecil te hubiera golpeado- sujetó sus hombros intentando presionarlo para saber el porque de las acciones de su amigo.

-No es para tanto, yo se cuidarme solo- dijo intentando evadir su mirada acusadora.

-No lo parecía, pero como sea, no contestaste mi primera pregunta, ¿qué hacías con ellos?- aunque ella no lo notara su voz denotaba su molestia, incluso de manera inconsciente se mostraba celoso.

- Estaba mostrándole la aldea a Gaara, cuando el otro sujeto llegó armando un alboroto y cuando quise tranquilizarlo se desquito conmigo-

-Que fastidio, no debiste involucrarte con esos tipos tan peligrosos en primer lugar-

-Shikamaru esto no te concierne- dijo empujándolo para liberarse de su agarre. -Así que no interfieras- y la ojiazul comenzó su camino hacia su departamento.

-Pero antes de que te vayas...- dijo deteniendole del brazo. -¿Estás bien?-

-Por supuesto que lo estoy ese tipo no pudo ni tocarme.-

-No me refiero a eso...- le miró seriamente. -Lloraste...-

Naruko era incapaz de responder, ya que ciertamente el chico era demasiado observador que podía notar aquellos detalles.

-No se de que hablas- dijo sonriendo y fingiendo que nada pasaba.

-Aunque intentes ocultarlo con tu falsa sonrisa, tus ojos te delatan- el chico suavizó su mirada.

-Estoy bien ¡Dattebayō!- intentó convencerse incluso a si misma.

-Si esos idiotas de Suna te hicieron algo, te prometo que...-

-Shikamaru, ellos no me hicieron nada...- dijo para nuevamente encaminarse a su hogar.

-Fue tu equipo de nuevo, ¿verdad?- aquellas palabras detuvieron en seco a la ninja, que forzó una sonrisa al recordar su frustración.

Gaaruko: Siempre estuvimos destinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora