Capítulo 41

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Tobirama ayudaba a un herido Jiraya a impedir que recibiera mayor daño por parte de su hermano.

-¿Cómo siendo tan fuerte eres el único que sigue bajo su control?- se quejaba mientras lanzaba kunais -Incluso el niño de allá que parece ser el cuarto Hokage logró liberarse del patético sello- ese comentario lo hacia reaccionar -Es sorprendente cuanto ha crecido Konoha para haber tenido cuatro Hokages- insistió buscando enaltecer su amor por la aldea.

-Y pronto tendremos una quinta- dijo Jiraya con emoción mientras veía a su amada llegar.

-¿Ella?- preguntó curioso el segundo, mientras la mujer se apresuraba a comenzar a sanar las heridas de su pareja.

-¿Enserio no dudarías de la capacidad de Tsunade Senju para ejercer el rol?- contestó Jiraya a la defensiva.

-No es para tanto-

-Sabes lo orgulloso que estoy de ti- dijo intentando darle un beso pero la rubia le aparto ya que la distraía de la curación.

-No es momento- decía al ver la gravedad de la quemadura en su espalda. -No debí dejarte solo con mi abuelo- decía para apresurarse en su sanación.

-No puedo creer que mi pequeña Tsunade haya crecido tanto- Hashirama tenía una gran sonrisa mientras admiraba a su nieta en su labor como ninja médico.

-Y lo hemos recuperado- soltó Tobirama mirando con burla la emoción en el rostro de su hermano.

-Debemos terminar con esto antes que intente controlarnos nuevamente o revierta el edo tensei- sugirió el mayor de los Senju, pero antes de unirse a la batalla, se acercó a Tsunade y acaricio su cabello como cuando era niña. -Me enorgullece en la mujer que te has convertido- sonrió mirando dulcemente a su nieta, como si los años no hubieran pasado entre ellos.

-Abuelo- decía con lágrimas asomándose en su rostro.

Pero aquella felicidad fue momentánea, ya que fueron interrumpidos por una explosión y presenciar como Orochimaru había invocado una gran serpiente.

- Manda- interrumpió Jiraya al contemplar aquella bestia de escamas moradas. -Si recurrió a ese tramposo animal no tengo dudas que se está quedando sin opciones- indicó el Sannin que aún se encontraba en brazos de Tsunade, rápidamente Hashirama entendió y miró malamente al sabio de los sapos, sin embargo, las circunstancias no le permitían involucrarse más y se dirigieron al estruendo.

Habían herido gravemente a Orochimaru, y aquello lo había orillado a decidir invocar a Manta.

-¿Cómo te atreves a invocarme?- se quejó y la chica no podía evitar burlarse.

-¿Enserio esos son tus aliados?- se río con mayor fuerza.

-Será un gusto deshacerme de la mocosa- dijo tras un siseo irritado por su escándalo. -Sólo recuerda que deberás recompensarme con 100 sacrificios humanos-

-Considero que valemos más de 100- sugirió Kurama recibiendo una mala mirada de los rubios.

-Bueno Orochimaru para tu mala suerte, tu no eres el único que puede hacer una invocación- río para hacer su sello y aparecer Gamabunta, sin mayor esfuerzo tomando por sorpresa a Minato.

El gran sapo estaba por quejarse, pero al analizar el panorama pudo ver la condición de Jiraya, la presencia de Manda, pero lo que más llamó su atención fue el cuarto Hokage.

-Es un honor ayudarles- se limitó a decir.

-Ha sido un tiempo, gracias por cuidar de mi hija y de mi sensei- dijo Minato con una sonrisa.

Gaaruko: Siempre estuvimos destinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora