— Ya, deja de decir tonterías y regresemos al punto de reunión —le digo a Zach, aún sosteniendome el estómago por el dolor de la risa. Él me mira sonriendo y asiente con la cabeza.
— Vamos, chica celosa —arqueo las cejas.
— ¿Disculpa? —él me frunce el ceño. Aunque sabe perfectamente a lo que me refiero.
— ¿Qué?
— ¿Cómo me llamaste? —Zach sonríe satisfecho.
— ¿Acaso no te gusta tu apodo, Celitos?
— ¿Celitos? —lo miro incrédula—. ¿De verdad estás considerando llamarme así?
— ¿Por qué no? Es corto, tiene clase y definitivamente es mucho mejor que tu aburrido apellido.
— ¡Oh, porque Michaels es un apellido tan asombroso! —me burlo.
— ¡Pero claro que lo es! —dice mirándome como si fuera una niña tonta que no puede apreciar la belleza del nombre—. Simplemente escúchalo: Michaels —sonríe orgulloso—. Nada tiene más clase que eso.
— Como digas —ruedo los ojos—. Pero no se te ocurra llamarme Celitos otra vez —comienzo a caminar hacia el punto de reunión y siento como Zach me sigue.
— Claro, Celitos —le doy un codazo en las costillas y el ríe.
Llegamos al punto de reunión y todos siguen ahí. Cody aún está sentado en la arena, con una mueca de dolor en su rostro, mientras Vanessa está a su lado presionando lo que parece ser un pedazo de tela mojado sobre su mandíbula hinchada. Siento lástima por el rubio, aunque sinceramente su comentario estuvo fuera de lugar. Mas, si queremos sobrevivir aquí lo suficiente antes de ser rescatados, debemos llevarnos bien. Si no, ¿cómo lo lograremos estando peleados unos contra otros?
<<No te preocupes por eso, querida. Hay un cincuenta por ciento de probabilidades de que no los rescaten nunca>>
Siento un escalofrío al oír el odioso comentario de mi subconsciente. Definitivamente esa es una idea en la que no quiero pensar siquiera.
— Zach —le hablo al niño bonito, intentando olvidarme de los oscuros pensamientos que provoca mi subconsciente—. Tal vez deberías hacer las paces con Cody —Zach alza las cejas y me mira mal—. No estoy diciendo que haya sido tu culpa —aclaro rápidamente—, pero no podremos arreglarnoslas para sobrevivir si estamos peleados —se queda en silencio y no hace nada—. Vamos, Michaels, no te vas a morir por pedirle disculpas. Yo me encargaré de que él te las pida a ti también.
— No necesito que tú te 'encargues' de nada, Denninson. Creo que yo puedo arreglarmelas —Y ahí va la pose machista.
— Tal vez, pero la última vez que tú te las 'arreglaste', el chico terminó en el suelo con una quijada sangrante. Déjame el trabajo sucio a mí esta vez, ¿vale?
— ¿El trabajo sucio? —arquea una ceja y hace una media sonrisa—. Debo decir, que me gusta tu elección de palabras, celitos —suspiro y ruedo los ojos.
— Ya cállate y ve a pedirle disculpas, Macho.
— ¿Macho? —Zach suelta una carcajada que se puede escuchar hasta kilómetros de distancia. Algunos de nuestros compañeros de isla nos voltean a ver confundidos—. ¿Y te quejas de mis apodos? Celitos, Macho apesta.
— Igual que Celitos.
— Ya discutimos esto: tiene clase y es divertido. Tú amas celitos.
— Sólo tú puedes consideras que tal apodo tiene clase. Estás mal, Macho —vuelve a reír.
— Muy bien, Denninson, tu apodo es tan malo que no puedo permitir que los digas en voz alta. Lo siento, no puedes decirme así.
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Náufragos [PAUSADA]
Teen FictionSiento como alguien me sacude, despertándome de mi sueño. Abro los ojos perezosamente y lo primero que veo son unas hermosas esferas azules mirándome con una expresión de pánico. - ¿Qué pasa? -Me incorporo inmediatamente, y todo el cansancio que se...