Después de unos minutos de silencio, pensamientos tormentosos y reflexión, volvemos al nuevo punto de reunión. Hoy dormiremos donde caigamos, pero Cody me comentó esta tarde que sería bueno si cada quien estableciera un espacio para sí mismo. Algo así como crear camas propias con palmas y tal vez alguna que otra prenda desgastada para usarla como cobija o almohada. Cada uno tendría la suya y sus respectivas pertenencias al lado. Yo me lo imagino como la habitación de los siete enanos, donde tienen sus camas conjuntas. Aunque solo será algo temporal, hasta que el rescate llegue por nosotros.
―Deberíamos hacer la fogata, oscurecerá pronto ―comenta Nick y me doy cuenta que ya llegamos a nuestro destino.
―Recojan todo lo que encuentren, dejamos las ramas y palmas recolectadas en el otro lugar ―dice Cody.
Todos se separan y comienzan a buscar, dejándonos solos a Zach y a mí.
―Bueno, tú te quedas aquí. ―Me suelta de las piernas para que baje de su espalda, así que lo hago y una vez que estoy parada, me cruzo de brazos.
―Claro que no, también voy a ayudar. ―Hago el ademán de caminar, pero el dolor en mi pie me detiene―. Auch ―me quejo y frunzo el ceño. No hay manera de que pueda serles útil en este estado.
<<Mierda>>
―Te quedas aquí, Denninson ―ordena Zach y me ayuda a sentarme, para después salir corriendo a ayudar a los demás. Me siento inútil.
Estúpido pie. ¿Por qué tenías que lastimarte justo cuando estamos en una situación de vida o muerte, literalmente?
<<No exageres, tampoco te vas a morir>> me habla mi irritante subconsciente.
<< ¿Eso crees? ¿Piensas que seremos rescatados antes de llegar al desastre? >>
<<No, no creo que vayan a ser rescatados jamás. Pero tampoco creo que lleguen al desastre... Pronto, al menos>>
Dios, mi lado pesimista es horrible. Espero que no tenga razón.
Durante los siguientes cinco minutos, entre todos ―menos yo, debido al destino cruel― juntan suficientes ramas grandes y palmas para hacer yesca a lo natural. Una vez que logran encenderlo con un palo y un pedazo de corteza, nos sentamos alrededor y guardamos silencio. El entierro fue duro para todos, fue como una forma de desesperanza.
―Chicos, tengo mucho miedo ―habla Vanessa, con la voz entrecortada―. Nunca me he sentido tan asustada en mi vida.
Trato de moverme para acercarme a ella y abrazarla, pero Cody se me adelanta y pone su brazo alrededor de sus hombros, apretándola levemente contra él.
―Está bien, Vane; no estás sola ―le consuela―. Todos tenemos miedo.
Silencio de nuevo. Me siento culpable, fui yo la que les arruinó el día. Estábamos muy felices por el agua y tuve que ir yo a sugerir el entierro. Aunque no me arrepiento: era ahora o nunca. Si hubiera esperado hasta mañana probablemente el cuerpo hubiera tenido un peor olor del que ya poseía. Y absolutamente todos merecemos ser enterrados con dignidad cuando llegue nuestra hora. Era nuestro deber darle ese derecho de humanidad a Emma.
― ¿Por qué nosotros? ―dice de repente Harry, sacándome de mis pensamientos―. Es que simplemente no lo entiendo. Habiendo tantas personas, tomando tantos vuelos, yendo a tantos destinos diferentes a diario, ¿por qué tuvimos que ser nosotros? ―Tiene la mirada perdida en la arena frente a él y parece ignorar nuestra presencia completamente, como si estuviera pensando en voz alta―. Yo tenía una vida buena. No perfecta, pero sí buena, satisfactoria. ―Frunce el ceño―. ¿Qué acaso hicimos algo malo en otra vida o alguna mierda así? ¿Estamos siendo castigados, es eso?
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Náufragos [PAUSADA]
Teen FictionSiento como alguien me sacude, despertándome de mi sueño. Abro los ojos perezosamente y lo primero que veo son unas hermosas esferas azules mirándome con una expresión de pánico. - ¿Qué pasa? -Me incorporo inmediatamente, y todo el cansancio que se...