Ya llevamos diecisiete días aquí. Más de dos semanas. Más de medio mes. Comencé a marcar los días en el tronco de una palmera desde el día 4. Ya han pasado dos semanas desde eso, obviamente.
La verdad, hemos manejado las cosas muy bien. No han habido problemas desde la pelea entre Cody y Zach que sucedió el segundo día, y nos hemos estando repartiendo las tareas: para traer comida, agua y yesca. Mi pie ya está perfectamente bien y ya no me siento inútil. Así que, sí. Las cosas han mejorado en cuanto a nuestras oportunidades de supervivencia se refiere.
También ha mejorado nuestra tolerancia y convivencia. Desde la fogata en la que, por las súper ideas de Cody, compartimos parte de nuestras vidas, nos hemos llevado y conocido mejor. Yo, en lo personal, me he llevado mucho mejor con Harry y April. Además de Zach y Vanessa, con los que ya me llevaba desde antes. Descubrí que April es una de las niñas más dulces y tiernas que he conocido. También es muy divertida, pero ese es un lado suyo que es más difícil de sacar. Cuesta trabajo que te agarre confianza, es una chica muy reservada. Así que, una parte de mí se siente halagada de que se permita ser ella misma conmigo, que me considere una persona de fiar.
En cuanto a Harry, he podido conocerlo mejor últimamente. Tenemos muchas cosas en común; tal vez sea porque nuestros padres nos abandonaron y nunca volvimos a saber de ellos directamente. Tal vez sea por eso que le tengo tanta confianza, porque le he contado muchas cosas de mi vida. Demasiadas para mi gusto. Asimismo, el también me ha contado mucho de él. Es una persona que ama con todo el corazón, me he dado cuenta de eso por cómo habla de sus hermanos. Aunque cuando comparte cosas de sus seres queridos, se pone muy serio y su expresión se mantiene monótona. Puedo escuchar el dolor en su voz y el cuánto los extraña. Y lo entiendo; todos lo hacemos. No hay día en el que no extrañe a mi mamá gritándome para que baje a desayunar, o día en el que no extrañe a Leo y a sus abrazos de oso que te dejan sin oxígeno. Extraño tanto a mi familia que duele. Pero no puedo hacer nada para cambiar mi situación más que lo que ya estoy haciendo: sobrevivir. Por ellos es que voy a luchar por mantenerme con vida, por volver a verlos un día.
― ¡Tendremos una cena decente, amigos! ―el grito de emoción de Cody me saca de mis pensamientos y, cuando volteo a verlo, está sosteniendo unos tres pescados en cada mano. Oh. Por. Dios.
― ¡Tienes que estar bromeando! ―exclamo mientras me acerco a él y doy brinquitos de la alegría―. ¡Comeremos algo más que fruta! ―Todos reaccionamos emocionados ante la bella carne blanca ante nuestros ojos. ¡Gracias a Dios!
―Creo que voy a llorar ―dice Vanessa y me abraza fuertemente.
Tal vez piensen que nuestras reacciones son algo exageradas. Pero en serio, la fruta no te llena nada cuando haces actividad física todo el día. Nos hace falta proteína, energía. Además, he adelgazado y me veo muy mal, demacrada. Bueno, en realidad no lo sé porque no tengo espejo, pero Harry dice que parezco mango chupado. Y le creo, pues me he dado cuenta de que los demás también han bajado de peso. Es bueno tener pescado.
― ¿Qué dicen si ponemos éstos al fuego de una vez y cenamos como reyes? ―dice Cody, mientras mueve los pescados en sus manos de un lado a otro frente a nosotros.
―No te quedes corto, amigo ―dice Nick y frota sus manos mientras sonríe―. Cenemos como dioses.
∆∆∆∆
Estamos en silencio mientras devoramos pescados. Desde el primer bocado, mi estómago me agradeció como nunca antes. Estoy tan contenta que besaría a Cody. Pero no lo haré, porque sería raro. E incómodo.
―No tienen idea de cuánto necesitaba esto ―comenta Vanessa, saboreando la carne blanca.
―Todos lo necesitábamos, princesa ―responde Nick, con un tono burlesco.
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Náufragos [PAUSADA]
Teen FictionSiento como alguien me sacude, despertándome de mi sueño. Abro los ojos perezosamente y lo primero que veo son unas hermosas esferas azules mirándome con una expresión de pánico. - ¿Qué pasa? -Me incorporo inmediatamente, y todo el cansancio que se...